
Mar Gómez, Roberto Granda y José Ángel Núñez
El día a día de los meteorólogos, objetivo de campañas de odio y amenazas: "Nos han llegado a decir que nos van a colgar"
Individuos organizados que niegan el cambio climático atacan a los hombres y mujeres del tiempo con insultos y hasta amenazas de muerte.
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La figura del hombre o la mujer del tiempo siempre ha llegado a las casas españolas con simpatía. Esa persona que, delante de un mapa, entra a la hora de comer y por la noche en los salones para dar la predicción meteorológica de los próximos días.
A priori, el de meteorólogo parece un trabajo agradable, exento de riesgos y críticas o debates absurdos. Al menos, así debería ser. Sus predicciones e informes nacen de mediciones respaldadas por el rigor científico. Y esto parece indignar fuertemente a muchas personas.
Desde hace tiempo, estos profesionales reciben insultos y, en algunas ocasiones, amenazas por el simple hecho de hacer su trabajo. Todo ese odiolo reciben, sobre todo, por la red social X (antes Twitter), aunque, en algunos casos, también por correo electrónico.
"Nos han llegado a decir que nos van a colgar", denuncia Roberto Granda, de eltiempo.es. La variedad de insultos que le llegan van desde suaves como "imbécil" a los más agresivos como "hijo de puta".
Mar Gómez, directora meteorológica del mismo medio y doctora en Ciencias Físicas, por ser mujer, recibe, además, insultos como "puta" y "zorra". En su caso, también se añaden dudas sobre cómo habrá conseguido sus títulos académicos e, incluso, su puesto de trabajo.
No se queda solo en eso. A ella le han llegado a desear la muerte o que enferme toda su familia por el simple hecho de publicar información meteorológica en la red social.
Un caso más grave es el de José Ángel Núñez, jefe de climatología de la Agencia Española de Meteorología (AEMET) en la Comunidad Valenciana. Él, personalmente, no había recibido un gran número de insultos. El odio se concentraba más en los perfiles de X de la institución.
Sin embargo, eso cambió con la dana que sufrió Valencia el pasado 29 de octubre de 2024. Se convirtió en blanco de críticas y escrutinio y, seis días después, recibió una amenaza que sí que le afectó: llevaba su nombre, apellidos y una foto suya.
En ella, sacaban de contexto unas declaraciones suyas y las manipulaban para cambiar el mensaje y responsabilizarle de la tragedia que se saldó con 236 muertes.
Como consecuencia, entró en un fuerte estado de ansiedad que le obligó a cogerse la baja laboral. Llegó, incluso, a temer por su integridad física: "Tuve que abandonar mi domicilio durante diez días" lamenta.
Los datos del odio
Estos no son, ni mucho menos, casos aislados. El pasado enero, un grupo español de investigadores publicó un artículo en el que habían estudiado el discurso de odio que recibe la AEMET en Twitter entre el 31 de diciembre de 2021 y el 19 de abril de 2023.
De los 480.559 mensajes recopilados, un 25% mostraba hostilidad hacia AEMET, su personal y su labor científica. Esto demuestra que no es algo casual ni se trata de individuos sueltos. Está organizado a propósito, dice Sergio Arce-García, uno de los autores del estudio.
El investigador, que también es profesor investigador de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) cuenta que a él y a las otras autoras, Virginia Martín (Universidad de Valladolid) y Leticia Rodríguez (Universidad de Cádiz), les sorprendió, precisamente, el tamaño de esa organización.
Con eso se refiere a lo que han podido ver durante este seguimiento: el tamaño y la estructura de funcionamiento, a qué hora se emite, a qué hora se deja de emitir, qué días, los mensajes que se propagan o la escritura. "Ves una coordinación enorme".
Es frecuente que les acusen de manipular a la población con el cambio climático y el calentamiento global, algo que, para quienes escupen su odio, no existe y es una falacia de los gobiernos. "Aluden que es una invención, que nos pagan" cuenta Gómez.
Muchas veces, ilustra Granda, ni siquiera hace falta mencionar el cambio climático. Con decir que son valores fuera de lo normal, los insultos llegan igual. "No aceptan los datos y la respuesta es atacarnos".
Los meteorólogos e instituciones como la AEMET son elementos confiables para la sociedad, explica Arce-García. Tras esos embates se esconde la intención de hacer dudar a la población general de todo. "Si perdemos esas referencias, nos pueden atacar con todo", añade.
Según el profesor de la UNIR, este tipo de campañas, incluidos los insultos a meteorólogos, están asociadas a un tipo de cuentas "de una tendencia muy clara que procede de la extrema derecha estadounidense". Empezó en el país norteamericano, pero se ha extendido por el mundo.
El investigador defiende que en Estados Unidos ya están "dos pasos por delante" y esa persecución se ha extendido a profesores académicos e, incluso, periodistas. Una tendencia que espera que no llegue a España, pero que no está muy seguro de que se pueda evitar.
¿Desde cuándo se odia a los meteorólogos?
Este fenómeno no es algo reciente, ocurre desde hace años. Gómez relata que comenzó a experimentar el hostigamiento hace más de diez años, cuando empezó en la divulgación, "aunque no tan intensamente como ahora" confiesa.
La directora meteorológica de eltiempo.es explica que al principio esta violencia era algo "muy residual", pero desde hace tres o cuatro años se ha recrudecido mucho. Granda está de acuerdo con ella y fecha este recrudecimiento en 2021, aproximadamente.
Entre ese verano y el de 2022, en el que empezaron a batirse récords de calor. "Con cualquier tipo de análisis en el que decíamos que el calor que hacían no era normal, ya llegaban las amenazas o los insultos por redes" indica.
Aunque este odio está presente de manera continua, los investigadores españoles vieron en su estudio que hay ciertos momentos en los que se recrudece. Esto ocurre cuando se producen fenómenos meteorológicos extremos.
El ejemplo de esto está en la dana ocurrida el pasado octubre en Valencia y la amenaza que sufrió Núñez, de la AEMET.
Gómez menciona otro factor que despierta a los más iracundos: los mapas de temperaturas. Las leyendas de estas infografías emplean las tonalidades rojas para el calor y las azules para el frío y, según cuenta, cuanto más rojo, más insultos.
"Este junio [por las altas temperaturas] ha sido peor porque casi todos los días publicábamos mapas en rojo" cuenta. La meteoróloga achaca esto a la relación que se hace en España con estos colores y la política.
Arce-García expone otro motivo a tener en cuenta en este sentido, la intención de "matar el dato". Si se critica el mapa y la información que aporta, se desvía la atención de lo que se dice realmente, que las temperaturas están aumentando y hay un cambio climático.
Asimismo, el rojo, además de que puede crear alerta, es un color con implicación emocional y "todo lo que crea emoción desplaza la razón" argumenta el profesor de la UNIR.
La respuesta a estos ataques es muy diferente entre unos y otros. Por ejemplo, Gómez ignora este tipo de mensajes y bloquea las cuentas que los emiten en cuanto le llegan.
Por su parte, Granda no bloquea "nunca" y muchas veces sí que les contesta. En la mayoría de casos no funciona, peroprefiere quedarse con los que sí, "aunque sea uno de cada cien".
Los dos meteorólogos reconocen que esta situación no les ha llegado a afectar personalmente, pero que sí que les preocupa el recrudecimiento de los últimos años. A Núñez, de AEMET sí que le afectó, hasta tal punto que necesitó atención psiquiátrica tras recibir la amenaza.
Ahora ya no siente un peligro real para su integridad. Él se ha recuperado y continua con su labor, pero recuerda que otros deciden abandonar las tareas de divulgación o, al menos, limitan mucho su actividad pública para no quedar expuestos, algo intolerable para él.
El meteorólogo lamenta que ocurra algo así "en un país democrático". Científicos, investigadores y divulgadores "no pueden verse sometidos a estas situaciones por hacer su trabajo de forma honrada" sentencia.