El doctor Ross Kopelman es experto en salud capilar.

El doctor Ross Kopelman es experto en salud capilar.

Ciencia

Adiós a las canas: soy médico experto en cabello y este es el alimento que hay que tomar para revertir el pelo gris

Los cereales integrales y las legumbres son una gran fuente de este nutriente, aunque tomarlo en exceso puede ser perjudicial para la salud.

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A lo largo de la vida, hay señales que el cuerpo envía con sutileza, y otras que aparecen como un recordatorio inevitable del paso del tiempo. Las canas forman parte de esta segunda categoría: irrumpen con claridad, a veces de forma paulatina y otras de forma repentina, como si algo se apagara dentro del folículo piloso. Aunque socialmente se han normalizado e incluso reivindicado como un símbolo de madurez, sabiduría o estilo, lo cierto es que para muchas personas siguen siendo una fuente de incomodidad.

La industria cosmética ha construido a su alrededor todo un negocio que mueve millones en tintes y tratamientos, pero desde el ámbito médico y nutricional comienza a hablarse con mayor énfasis de un enfoque menos superficial: entender qué procesos biológicos están detrás del encanecimiento y cómo puede influir en ello lo que comemos a diario, en concreto lo que dejamos de comer. Un mineral esencial, el cobre, sería el ingrediente clave.

Uno de los elementos clave en esta historia es la melanina, el pigmento natural que da color a nuestro cabello, piel y ojos. Su producción no es constante a lo largo de la vida: disminuye progresivamente con la edad, y este descenso es precisamente lo que da lugar a las canas. Pero la pérdida de melanina no ocurre en el vacío: depende del funcionamiento de unas células llamadas melanocitos, y de la acción de enzimas específicas como la tirosinasa.

Aquí entra en juego el cobre, un mineral traza esencial que actúa como cofactor de dicha enzima. Es decir, sin suficiente cobre, la tirosinasa no puede funcionar correctamente y, en consecuencia, los melanocitos dejan de producir melanina con eficacia. La consecuencia visual de este desequilibrio bioquímico es clara: el pelo pierde su color natural y se vuelve gris o blanco.

Ross Kopelman, especialista en restauración capilar con años de experiencia clínica, lo explica con claridad: la deficiencia de cobre no es la causa única del encanecimiento, pero sí puede acelerar su aparición, especialmente en personas con una predisposición genética. Esta afirmación se apoya en investigaciones publicadas en revistas científicas como Biological Trace Element Research, donde se han observado niveles significativamente más bajos de cobre en el suero de personas con canicie prematura en comparación con controles sanos. 

La edad media de aparición de canas varía según el grupo étnico, mediados de los 30 en población caucásica, finales de los 30 en asiáticos, y mediados de los 40 en afrodescendientes, pero cuando el cabello se vuelve gris mucho antes de lo esperado, conviene preguntarse si hay algo más detrás, y no solo culpar al estrés o a los genes.

Como en todo lo que respecta a micronutrientes, la dosis lo es todo. El National Institutes of Health de Estados Unidos establece que los adultos deben consumir unos 900 microgramos de cobre al día para cubrir sus necesidades básicas. La buena noticia es que se trata de una cifra alcanzable con una dieta variada. La mala noticia es que muchas personas, especialmente aquellas que siguen dietas restrictivas, ultraprocesadas o desequilibradas, podrían estar lejos de alcanzar ese umbral. 

Saltar a los suplementos sin diagnóstico, sin embargo, es un error común y potencialmente peligroso: el exceso de cobre en el organismo no solo no aporta beneficios adicionales para el cabello, sino que puede provocar toxicidad hepática, trastornos neurológicos y problemas gastrointestinales.

Como consumir el cobre necesario

La solución, por tanto, no es comprar cápsulas por impulso, sino volver a mirar con atención al plato. El cobre está presente en alimentos sencillos y accesibles que muchas veces no se valoran lo suficiente. Los frutos secos como los anacardos, las almendras o las nueces de Brasil no solo aportan grasas saludables, sino también cantidades relevantes de este mineral.

Las semillas de girasol, el cacao puro, los moluscos, e incluso los cereales integrales y las legumbres como las lentejas también contribuyen. En dietas omnívoras, los órganos como el hígado (especialmente el de ternera) destacan como fuentes excepcionales. Y lo mejor es que estos alimentos no solo previenen la canicie: su perfil nutricional completo fortalece el sistema inmune, mejora la calidad de la piel y protege el sistema cardiovascular.

Ingerir demasiado cobre puede ser peligroso

Conviene aquí desmontar una idea errónea pero muy extendida: que si una sustancia es buena, más cantidad es mejor. El metabolismo humano no funciona así. En el caso del cobre, el margen entre la dosis recomendada y la tóxica es estrecho. Ingerir más de 10.000 microgramos diarios puede ser peligroso, y no es tan difícil alcanzar esa cifra si se abusa de suplementos o de ciertos alimentos fortificados. Por eso, el consejo de los expertos es siempre el mismo: ante la duda, realizar una analítica, verificar niveles en sangre y consultar con un especialista. Porque lo que a una persona le falta, a otra le puede sobrar, y no existe un patrón universal aplicable a todos los cuerpos.

Las canas también son genéticas

Aun así, no podemos reducir el encanecimiento solo a una cuestión de minerales. La genética desempeña un papel enorme en cuándo y cómo aparece el cabello gris. Existen genes como el IRF4 que influyen directamente en la regulación de la melanogénesis, y por tanto, en la edad de aparición de las canas. Pero incluso aquí, la epigenética tiene algo que decir: el entorno, el estilo de vida y la alimentación pueden modular la expresión de ciertos genes. Es decir, no todo está escrito, y cuidar la dieta sigue siendo una herramienta de intervención válida y poderosa.

Otro elemento que merece ser considerado es la velocidad a la que se pierde el color capilar. Si una persona joven comienza a tener canas de forma rápida y abundante, esto puede ser la señal de un desequilibrio más profundo. Las deficiencias de vitamina B12, hierro, zinc o ácido fólico también han sido asociadas con la aparición prematura de canas. De ahí que médicos como Kopelman insistan en que, más que tratar el síntoma, hay que investigar la causa. No se trata de ocultar las canas, sino de entender qué las está provocando y si ese proceso es reversible o, al menos, controlable.

El cabello, como las uñas y la piel, no es un órgano vital, y por eso suele ser el primero en mostrar los efectos de un déficit nutricional: el cuerpo prioriza a otros sistemas más importantes y deja al cabello sin recursos suficientes para mantener su color y fortaleza.