Esquema de la formación del cráter de Nadir.

Esquema de la formación del cráter de Nadir. Science Advances

Ciencia

El agujero en el Atlántico que puede cambiar la teoría de la extinción de los dinosaurios

Varias teorías de la extinción de los dinosaurios encuentran su origen en el impacto de un único meteorito de 10 kilómetros de ancho en Yucatán.

20 agosto, 2022 02:31

Chicxulub es uno de los pocos rastros que existen del día del juicio final de los dinosaurios: un cráter de 193 kilómetros de ancho en la península de Yucatán, en México. El culpable de este enorme socavón fue un asteroide caído hace casi 66 millones de años y la destrucción que causó se considera el fin del período Cretácico y el inicio del Paleógeno. No sólo los dinosaurios fueron barridos de la Tierra, sino la mitad de las especies que habitaban el planeta por entonces. Sin embargo, la historia podría cambiar dentro de poco porque los científicos creen haber encontrado a un segundo culpable de esta masiva extinción.

Nadir es el nombre con el que los científicos acaban de bautizar a un segundo cráter que data de la misma época que Chicxulub y que han encontrado a 400 kilómetros de la costa de Guinea y Guinea-Bisáu, en pleno océano Atlántico. Todavía queda mucho por estudiar, pero parece que su origen podría ser también un asteroide que, precisamente, estuviera relacionado con el que cayó en Yucatán. Es decir, la extinción masiva del Cretácico-Paleógeno podría estar originada por dos rocas espaciales y no sólo una, como hasta ahora se ha pensado.

De todas formas, el asteroide que pudo dar forma a Nadir parece ser mucho más pequeño que el de Chicxulub; concretamente, 25 veces más pequeño. Se calcula que la roca que chocó contra Yucatán tenía un tamaño de entre diez y once kilómetros de ancho y la que cayó cerca de África, un tamaño aproximado de 400 metros de ancho. Ahora bien, este meteorito no es ningún pequeñín. En este artículo de Live Science lo comparan con el Empire State Building y, de hecho, ha provocado que Nadir cuente con un ancho de 8,5 kilómetros y una profundidad de 40 metros.

Otro posible impacto

El equipo de científicos que ha encontrado el cráter de Nadir estaba liderado por Uisdean Nicholson, geólogo de la Universidad Heriot Watt, en el Reino Unido, y han publicado sus hallazgos este miércoles en la revista Science Advances. Sin embargo, los investigadores no se encontraban tras la pista de este accidente geográfico, sino que se lo han encontrado por casualidad. El verdadero objetivo de este trabajo era estudiar las placas tectónicas responsables del distanciamiento entre África y el sur de América hace unos 100 millones de años.

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Utilizando la técnica de la reflexión sísmica los investigadores encontraron el cráter de Nadir escondido bajo 900 metros de agua y otros 400 metros de sedimentos. En el estudio describen este accidente como "un borde elevado sobre el suelo del cráter en terrazas, con un pronunciado levantamiento central y una extensa deformación del subsuelo". El estudio de los estratos que forman el cráter permitió datar su formación hace 66 millones de años, "aproximadamente la misma edad que el impacto del cráter de Chicxulub".

A pesar de que los científicos deben todavía perforar y tomar muestras del cráter para certificar que ha sido provocado por un asteroide, ya tienen una hipótesis en este sentido. El equipo de la investigación piensa que tanto el cráter de Chicxulub como el de Nadir se formaron por un impacto de meteoritos muy cercano en el tiempo o, incluso, que ambos provienen de un mismo asteroide originario que se partió en trozos. Es decir, que ambos meteoritos podrían haber sido hermanos y ambos responsables de la extinción de los dinosaurios.

Arranca el cataclismo

Más allá de la información que estos meteoritos pueden aportar sobre la desaparición de los dinosaurios y otras especies anteriores al ser humano, el descubrimiento de un cráter es muy celebrado por la comunidad científica. "Son muy importantes porque tenemos muy pocos cráteres de impacto conservados en la Tierra. Cada uno de los que encontramos aportan una nueva ventana, nuevas perspectivas del proceso geológico que los creó y sus efectos en la evolución biológica de nuestro planeta", explica David Kring del Lunar and Planetary Institute (LPI) a Live Science.

Los investigadores calculan en el estudio que el meteorito que formó el cráter Nadir debió colisionar con el lecho marino del océano Atlántico con una potencia de 5.000 megatones de TNT y pudo producir una bola de fuego de 10 kilómetros de ancho. Las consecuencias inmediatas fueron la evaporación de grandes cantidades de agua y roca y un terremoto de magnitud 7 en la escala de Richter, que debió producir deslizamientos de tierra y olas enormes. Las olas que alcanzaron el oeste de África alcanzaron los 100 kilómetros de altura y las que llegaron al sur de América, cinco metros.

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Por tanto, la extinción masiva que tuvo lugar al final del Cretácico pudo originarse por dos impactos de meteoritos en vez de uno. De todas formas, las teorías del origen de esta extinción también apuntan a una intensa actividad volcánica como el punto de partida de los fenómenos que tuvieron lugar a continuación. Un cataclismo en el que se produjeron cambios climáticos, cenizas que bloqueaban la luz del sol y cambios en el nivel del mar, entre otros fenómenos.