El grosor del magma expulsado al exterior es ahora menor respecto al de otros días.

El grosor del magma expulsado al exterior es ahora menor respecto al de otros días. EP

Ciencia La Palma

El volcán entra en fase hawaiana, con una lava más fluida y veloz

Cumbre Vieja entra en un periodo más tranquilo y con más emisión de magma. En cualquier momento puede retomar las explosiones o frenar.

28 septiembre, 2021 16:39

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El volcán de Cumbre Vieja nos sorprende cada día que pasa. Los científicos ya han avisado, los volcanes tienen numerosas fases que se suceden sin un orden concreto, pero esta cumbre parece que quiere pasar por todas antes de repetir. Ahora le toca el turno a la fase efusiva, con la emisión de una lava más fluida y que se mueve más rápido.

De hecho, su comportamiento ha pasado de estromboliano a hawaiano, que es como se define a los volcanes que emanan lava de esta manera, según María José Blanco, la directora del Instituto Geográfico Nacional en Canarias. "El carácter estromboliano sigue existiendo, lo que pasa es que ahora también tiene fases en las que no hay emisión piroplástica, sino únicamente coladas de lava y eso es un comportamiento hawaiano".

Según ha afirmado a EFE el portavoz del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan), David Calvo, la lava está saliendo ahora de una boca cercana al cráter principal. Esta boca está emitiendo menos ceniza y piroclastos y desde ayer por la tarde no ha parado de fluir la lava por ella.

La lava del Cumbre Vieja avanza más fluida y más rápida que en día anteriores

Los datos del sistema europeo de emergencias Copernicus indican que el magma expulsado a la superficie ocupa ya 258 hectáreas y ha destruido 589 edificios. La unión de las dos lenguas de lava hace unos días y los nuevos aportes están ensanchando la manga (ya es más lava que la emitida por el volcán del Teneguía, 46,3 millones de metros cúbicos), si bien el frente continúa su camino destructor con una línea más delgada, como si quisiera tener una precisión quirúrgica para llegar al mar.

La evolución de la lava en las últimas horas parece indicar que bordeará la montaña de Todoque (último obstáculo antes de alcanzar las aguas) por el norte. Así lo ha explicado Miguel Ángel Morcuende, director técnico del Pevolca, el Plan de Prevención de Riesgo Volcánico de Canarias.

"La colada de lava es la que sale del flanco norte", ha indicado, si bien prefiere no predecir cuándo llegará al mar. "No tenemos la posibilidad de marcarles una fecha y una hora".

Los aportes magmáticos desde el flanco sur de la manga pueden rodear el monte por otro lado para desembocar en la playa de los Guirres, donde Involcan preveía que entraría al mar en un principio.

David Calvo, portavoz de Involcan, ha señalado que la fluidez de la nueva lava (de un grosor mucho menor que las anteriores coladas) y el camino despejado por las anteriores emisiones hace que viaje más rápido sobre las mismas, por lo que es posible que en las próximas horas el frente de la colada se ensanche con los nuevos aportes.

El camino hacia el mar

No obstante, queda todavía alrededor de un kilómetro para que llegue al mar; dos, si se sigue el trazado "que los modelos consideran más probable", señala la directora del IGN en Canarias, María José Blanco. Las consecuencias del contacto serán la entrada en ebullición del agua (que provocará explosiones de vapor) y la emisión de gases tóxicos, pero estos no generarán grandes problemas de salud a una población que, por otro lado, ya ha sido advertida y evacuada. Picor en los ojos y tos serán los síntomas más comunes. Más raro será que, en personas frágiles como ancianos o enfermedades respiratorias crónicas, tengan exacerbaciones que requieran de una atención médica.

Las consecuencias para el ecosistema marino no serán especialmente graves. En un primer momento la biodiversidad se verá afectada pero se recuperará en poco tiempo y se enriquecerá con la aportación de nutrientes de aguas profundas, ha contado a EL ESPAÑOL Eugenio Fraile, oceanógrafo que viaja a bordo del buque Ramón Margalef para cartografiar la zona y evaluar el impacto del volcán en el entorno marino.

Los vulcanólogos advierten, con todo, de que esta es solo una fase más del volcán. En cualquier momento puede volver a una situación explosiva, como la de este fin de semana, con la mayor emisión de gases y piroclastos y una reducción de la lava.

También puede entrar en una fase de tranquilidad, como la de este lunes, que duró apenas unas horas. Esta pausa puede durar incluso días y eso no implica que el volcán se haya dormido: el magma se puede acumular en bolsas bajo la tierra y, cuando se vacía una, tardar un tiempo hasta que se mueve la otra.

El problema es que, en un evento de estas características, el terreno cambia a cada instante. Por eso no se pueden hacer predicciones una vez la maquinaria de actividad sísmica y volcánica ha comenzado: el subsuelo se va deformando y los modelos científicos creados de forma previa ya no son válidos. Por eso sirven para predecir un evento pero no para determinar cuál será su evolución exacta.