Crisanto Vicente, jefe de la Policía Municipal de Zamora

Crisanto Vicente, jefe de la Policía Municipal de Zamora

Zamora

Crisanto Vicente (50), de salvar cuatro vidas a jefe de la Policía Municipal de Zamora: "No solo ponemos multas"

El nuevo líder de los agentes municipales quiere cambiar la imagen del cuerpo y reforzar su cercanía con los zamoranos.

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Son los primeros en llegar. Esa mano amiga cuando surge una urgencia. Y bien lo sabe el que ha necesitado de su ayuda durante un mal rato. Pero a la Policía Municipal de Zamora le ha caído el 'sambenito' de "los que multan". Algo contra lo que Crisanto Vicente, de 50 años, quiere luchar desde su nuevo puesto como jefe de la Policía Municipal de Zamora.

Natural de San Marcial, el recién nombrado líder de los agentes municipales reconoce que son "el patito feo" de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Por eso, en su nueva lista de tareas al frente de la Policía Municipal figura "dar a conocer" aquello que los siempre cercanos agentes de azul celeste hacen por los zamoranos cada día.

Una labor que nace del fondo del corazón y de la pura vocación por servir a los zamoranos. Y buen ejemplo de ello es el propio Crisanto, quien ingresó en la Policía Municipal de Zamora el 1 de febrero de 2006. Lo hizo tras abandonar un puesto fijo de ocho años en una empresa privada. "Siempre me gustó la idea de ser policía", reconoce. Desde entonces ha pasado por todos los niveles del cuerpo, primero como agente, luego como oficial y finalmente como inspector.

Aunque lo más sorpresivo para él es haber ascendido a inspector junto a su compañero Luis Concejo, y apenas unos días más tarde, ser nombrado jefe del cuerpo mediante una libre designación que nombra el Ayuntamiento tras la jubilación de Tomás Antón. "Imagínate cómo lo puedes recibir, con un poco de alegría, pero también parece que te ponen un saco encima. Es una carga y una responsabilidad grande", comenta.

Continuar un legado y abrir nuevas vías

Crisanto Vicente guarda un profundo respeto por su predecesor, quien se mantuvo en el cargo durante 15 años. "Ha dejado una impronta muy importante en la ciudad. Es una persona querida y respetada, que ha abierto la Policía a la sociedad zamorana. Nos ha colocado donde estamos ahora mismo. Nos ha abierto el camino, y lo importante ahora es mantenerlo", reconoce.

Hace apenas unos días que ostenta el cargo, así que todavía está aterrizando en sus nuevas funciones. Pero sí tiene claro que su mira está puesta en reestructurar la organización interna y reforzar áreas menos visibles, como la Policía Administrativa.

Una parte del cuerpo responsable de coordinar actividades municipales y servir de nexo entre concejalías. "La carga que nos llega es enorme. Hay que potenciar esa parte", asegura.

Además, la Policía Municipal de Zamora enfrenta problemas con el cuadro de mandos: faltan por promocionar tres nuevos subinspectores, lo que deja vacantes tres plazas de oficial y obliga a ascender cuatro oficiales nuevos.

"Mientras no tengas la cúpula hecha, la base no se puede estructurar correctamente. Tenemos que planificar primero los mandos para luego reorganizar toda la plantilla", explica.

Otra de las tareas pendientes para Crisanto es la elaboración de los nuevos cuadros de turnos y deshacer el conflicto activo entre la plantilla y la Concejalía de Personal, con Laura Rivera a la cabeza.

Algo que no le es ajeno al nuevo jefe de la Policía Municipal, ya que desde su primer ascenso en 2016, se encarga del tema de personal. Una tarea con la que piensa continuar personalmente. "Para mí, el personal es lo fundamental de cualquier institución. El valor humano de la plantilla hay que mantenerlo, y eso se hace estando encima de ello", explica.

Crisanto espera que se resuelva la petición principal de los agentes, quienes reclaman que cuando se haga la plantilla, se tengan en cuenta fiestas y eventos especiales como la Semana Santa o la Navidad y que no se añadan posteriormente a esos calendarios, ya que descuadra su conciliación familiar.

"Tengo una reunión con la concejala de Personal para estudiar estos parámetros. En principio quieren respetar lo que la mayoría de la Policía había acordado. En breve sabremos hacia dónde tenemos que tirar", asegura.

Percepción ciudadana de la Policía Municipal

Crisanto Vicente es consciente del estigma, de un cuerpo que se percibe como que sirve solo para denunciar. "Esa es la parte fea de nuestro trabajo y, lamentablemente, es la que la gente más comenta. Pero no es la principal, quizás sea un 15 o un 20% de las cosas que hacemos, pero es que obligatoriamente también las tenemos que hacer", detalla.

Pero insiste en que la ciudadanía ve solo una parte del trabajo. "También acudimos a emergencias en domicilios, colaboramos en eventos o abrimos puertas de quien se queda atrapado. Es muy difícil que alguien dé una nota de agradecimiento, pero muy fácil que ponga una queja. Esa es la realidad", explica.

El jefe de la Policía Municipal insiste en la importancia del trato humano de sus agentes. "Somos los primeros en llegar cuando algo pasa y asistimos en muchas emergencias", insiste. De hecho, recientemente, dos de sus compañeros han recibido una medalla al mérito por salvar la vida de un niño de apenas dos años en Zamora.

Y por no hablar de que el propio Crisanto puede presumir (aunque no lo hace) de haber salvado la vida a cuatro personas, que se estaban atragantando. Una de ellas fue su propio hermano; otra, la abuela de su mujer; otra un hombre que se atragantó en un restaurante de la capital, y la cuarta, una persona anónima en un espacio público.

Sus amigos y familiares bromean con que es un 'riesgo' ir a comer con él, no vaya a ser que se atraganten. Pero Crisanto siempre responde que "también siempre los salvo". Todo gracias a sus grandes dosis de "serenidad y templanza", para tener la cabeza fría y actuar en un momento que es de vida o muerte.

Sobre ese nerviosismo, recuerda que en una de las ocasiones, se encontraba en un lugar lleno de gente. "Las mesas estaban ocupadas, la gente se bloqueó, no sabía ni llamar al 112, pese a que todo el mundo tenía un teléfono encima. Actuamos rápido y salió bien. Es cuestión de determinación", afirma.

La eterna espera por el nuevo cuartel

Crisanto Vicente tiene muchas tareas por delante, pero también está a la espera de que se cumpla una histórica promesa con sus agentes: el traslado al Banco de España. Al nuevo jefe de Policía Municipal le parece que las instalaciones "serán evidentemente mejores que las actuales", pero reconoce que la ubicación más ideal hubiera sido en el mismo lugar que actualmente se está construyendo el nuevo parque de Bomberos de Zamora.

"Sería mucho mejor, ya que los espacios se crearían acordes a las necesidades que pudiésemos tener y no al contrario, que hemos tenido que adaptar las necesidades al espacio disponible", asegura.

Respecto a la ubicación, Crisanto destaca su posición estratégica al contar "con varias salidas rápidas a la avenida Cardenal Cisneros, tanto por la calle Arapiles como por la calle Magallanes. La avenida es el eje vertebrador de la ciudad, y eso facilita nuestra movilidad en caso de emergencia".