Reapertura del Puente de Piedra de Zamora tras su restauración

Reapertura del Puente de Piedra de Zamora tras su restauración

Zamora

Guarido da carpetazo a la polémica del Puente de Piedra a golpe de decreto: no se elevará el pretil

La responsabilidad en caso de accidente recaería en el director de la obra, Francisco Somoza.

Más información: Guarido anuncia una "solución definitiva" para el Puente de Piedra en las próximas semanas

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El alcalde de Zamora, Francisco Guarido, ha decidido zanjar la polémica de los seis centímetros faltantes en el pretil del Puente de Piedra con un decreto de alcaldía.

Con este documento, Guarido hace valer su poder de decisión como regidor de la ciudad y no modificar la rehabilitación del monumento zamorano, pese a los informes en contra redactados por el equipo técnico del Ayuntamiento de Zamora.

Guarido ha confirmado que el decreto se emitirá "mañana o pasado" con el objetivo de "acabar con esta situación" en una obra que, ha asegurado, "todo el mundo reconoce que ha quedado bien y que es aceptada socialmente, pero que tiene ciertos problemas técnicos de detalle".

El texto, según ha explicado, tendrá en cuenta que la Comisión de Patrimonio "no rechazó la posibilidad de recrecimiento del pretil con un taco de piedra de seis centímetros", aunque finalmente determinó que "humanísticamente no procede".

Guarido ha subrayado que "no veía otra posibilidad" de corrección que esa, porque "la alternativa sería tirar el pretil y volverlo a hacer nuevo", algo que ha calificado de nuevo como "poco razonable".

El alcalde de Zamora ha reconocido que los informes técnicos municipales señalaban que "faltaban esos seis centímetros según la interpretación de las normas de construcción de elementos urbanos".

Sin embargo, Guarido ha recordado que el director de la obra, el arquitecto Francisco Somoza mantiene "una posición distinta", que ha sido respetada "desde el principio".

Según ha relatado Guarido, Somoza justifica su actuación en un acuerdo de la Comisión de Patrimonio del 14 de diciembre de 2017, que establecía "recuperar la rasante original de la calzada con el fin de disminuir la altura del pretil".

El regidor ha asegurado que no comprobó personalmente ese texto, pero confía en su veracidad: "Seguro que es cierto, porque nadie dice estas cosas si no son ciertas".

El director de la obra también argumentó que durante la pavimentación del puente hubo que respetar canalizaciones subterráneas que no se cambiaron, lo que "obligó a subir unos centímetros la calzada".

En consecuencia, aunque el pretil "deja por fuera más de 1,10 metros, incluso 1,35 en algunos puntos", el ajuste técnico derivó en una reducción aparente de su altura final.

Guarido ha señalado que el técnico responsable certificó que, pese a esas variaciones, "el pretil construido garantiza el uso normal y la seguridad de todos los usuarios", lo que permitió reabrir el puente al tráfico peatonal el pasado 25 de marzo de 2025. "A mí esto me sirve para dar por cerrado el asunto", ha aseverado el alcalde.

El decreto de alcaldía establecerá que "se dan por ejecutadas las obras derivadas de este contrato de forma que pueden ser puestas al servicio del uso público tal y como ya se viene haciendo".

Guarido ha reiterado que el puente lleva meses abierto "con la aprobación de la opinión pública y la correcta utilización" del mismo.

Seguridad

Sobre la seguridad jurídica de este movimiento por su parte, Guarido ha recalcado que "la situación queda amarrada porque el director de la obra externa garantiza que la seguridad es completa y que se hace responsable de todos los efectos oportunos".

Además, el alcalde ha recordado que la normativa en cuestión "no habla de pretiles, sino de barandillas", por lo que el criterio de medida podría diferir.

Y respecto a las posibles consecuencias legales que pudiera tener el Ayuntamiento en caso de accidente en el puente, Guarido ha reiterado que la responsabilidad recaería en Somoza.

Además, el alcalde ha señalado que la barandilla antigua "era de 90 centímetros, esta es de 104, con 40 centímetros de espesor, por lo que el pretil está bien amarrado", lo cual, según su criterio, reduce al máximo la posibilidad de que ocurra un accidente.

También ha recordado que "las ménsulas donde se apoyaban las barandillas estaban oxidadas y destruidas", lo que suponía "un problema de seguridad enorme".

Por eso, el regidor zamorano cree que "no se puede comparar la situación de ahora con la de antes" y ha reiterado que, pese a todo, "nunca pasó nada".