Abdullah Razaq, en la puerta de su tienda de alimentación en la calle San Torcuato

Abdullah Razaq, en la puerta de su tienda de alimentación en la calle San Torcuato

Zamora

Del pánico por la guerra en Pakistán al cariño de los zamoranos: "Espero traer a mi madre y mis hermanas pronto"

Abdullah Razaq ha abierto su primer negocio en Zamora con apenas 21 años y tras huir del encarnizado conflicto entre Pakistán e India. Su tienda de alimentación es ya un éxito en la ciudad.

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No son ni las 10 de la mañana y Abdullah Razaq, más conocido en el barrio como Abdul, casi no puede ni terminar su café antes de que la primera de sus clientas cruce la puerta. Este joven de 21 años se ha hecho ya un pequeño hueco en la calle San Torcuato, tras abrir su tienda de alimentación hace apenas un mes y medio.

Para ser su primer negocio, Abdullah conoce a la perfección su género y los productos que sus clientes le demandan. "Hoy no lleves fréjoles, que no son muy buenos los que me quedan, vuelve el miércoles", le explica a una de sus clientas, a la que regala un ramillete de tomates cherry, porque no le queda mucho perejil para regalar.

Y es que Abdul es así de generoso y amable. Por lo que no es de extrañar que la segunda clienta de la mañana, una mujer de nada menos que 96 años, le llegue a la puerta de su tienda con unas rosquillas caseras para él. "No te he hecho más porque me canso de estar de pie para hacerlas", se excusa la mujer.

Abdul y su clienta de 96 años charlando en la puerta del establecimiento

Abdul y su clienta de 96 años charlando en la puerta del establecimiento

Cuando se va, Abdul explica que esta señora vive en un cuarto sin ascensor, que llena el carro de la compra cada día (con parada en su tienda) y que "sube 3 y 4 veces al día". El joven lo cuenta con admiración y con el cariño de un tendero con sus clientas 'de toda la vida', o en este caso, de hace un mes.

Un chico risueño y muy amable que, por detrás guarda una historia de vivir el pánico de una guerra en tu propio hogar. Proveniente de la región fronteriza de Cachemira, decidió abandonar su país natal ante el repetido estallido de hostilidades con la India, un conflicto que se reaviva cada dos o tres años debido a disputas históricas y rivalidades de poder en la región.

Su padre llegó a Logroño en el año 2000, y en 2018, Abdul le siguió, aunque regresó un año y medio a Pakistán, donde aún residen su madre y sus hermanas de 14 y 15 años. Pero en 2020, el joven regresó a Logroño, donde comenzó a visitar habitualmente Zamora. "Tenía familia aquí y me gustaba mucho venir a las fiestas de San Pedro y la Semana Santa", explica.

Tanto es así que, aunque, su intención era abrir un negocio en Logroño, cuando una oferta inesperada le llegó en Zamora cambió sus planes. "Me gusta su tranquilidad, es una ciudad pequeña donde la gente es muy amable y trata bien a todo el mundo, por eso al final nos quedamos aquí", detalla.

Emprender no ha sido fácil. Con apenas 21 años, Abdul reconoce que "abrir tu propio negocio es muy complicado porque piden muchas cosas" y admite que fue tedioso enfrentarse a un interminable "papeleo" hasta obtener las licencias pertinentes. Un proceso que se prolongó dos meses, incluso antes de empezar cualquier reforma en el local.

Pero Abdul estaba convencido de su sueño. Tanto es así que comenzó a trabajar con apenas 18 años y, aparte de en una fábrica, quiso trabajar en supermercados "para coger experiencia e ideas".

Y con todo eso en mente, Abdul ha decidido que su local se centre en vender productos de Zamora, como Conservas Anda de Toro y o pan artesano de Fermín Rabanillo, al tiempo que incorpora alimentos latinos y árabes, para atraer tanto a la clientela local como a compradores extranjeros, que también habitan la ciudad.

Abdul atiende a una de las primeras clientas de la mañana

Abdul atiende a una de las primeras clientas de la mañana

En sus primeros meses, ya ha logrado crear "una pequeña clientela", y aunque reconoce que, al estar "solo", debe "organizar un montón de cosas", pero disfruta "tener mi propio negocio" y poderlo sacar adelante con tanto cariño.

Pánico por su familia aún en Pakistán

Mientras tanto, la situación en su tierra natal sigue siendo delicada. En Cachemira, la escalada de ataques con drones ha sembrado el pánico entre la población residente cerca de la Línea de Control. La India ha denunciado incidentes con drones y misiles, acusaciones que Pakistán ha negado, pero la tensión persiste y en los últimos días han provocado al menos 31 muertos y 46 heridos en un solo incidente.

Además, la India suspendió el Tratado de Aguas del Indo, vigente desde 1960, en respuesta a estos choques, lo que añade otra escala más a un conflicto que perdura desde hace décadas. Abdul explica que "cada vez que hay problemas con el abastecimiento del agua, India se venga".

El joven también explica que la geopolítica tiene un peso muy importante en los conflictos de su país, que acaban repercutiendo "en la población pobre, que es la que matan".

Pakistán, aliado estratégico de China, se ha convertido en un campo de pruebas para la tecnología militar china, que evalúa en combate real sus misiles y sistemas de defensa, mientras India fortalece su alianza con Estados Unidos para equilibrar el poder en la región.

Bien lo sabe él y su familia, residentes en esa frontera entre ambos países y que han visto cómo "unos 4 o 5 conocidos han muerto en el último ataque con drones". Un relato que acompaña mostrando vídeos de TikTok, donde se puede ver los destrozos de estos aparatos en zonas residenciales "a cinco kilómetros de nuestra casa", detalla.

En medio de este escenario, su madre y sus hermanas, permanecen en Pakistán, a la espera de poder desplazarse a España. "Es muy peligroso ahora; tenemos mucho pánico y miedo", confiesa, confiando en que "pronto pueda traerlas a Zamora", donde el joven aspira a ofrecerles la estabilidad y la seguridad que merecen.