David Gago y Francisco Guarido
Los vecinos de Rabiche rechazan alojarse en la casa de acogida y piden al Ayuntamiento quedarse en hoteles
"Estaba todo sucio, y no es un lugar donde se pueda vivir de manera digna", denuncian.
Más información: Desalojan 10 viviendas de un barrio de Zamora tras el desplome de un muro de contención
Un total de 28 vecinos del barrio zamorano de Rabiche se han visto forzados a abandonar sus hogares tras el derrumbe de un muro de contención que ha provocado graves daños materiales en las viviendas colindantes.
El desplome de 300 toneladas de hormigón ha dejado a las familias en una situación de incertidumbre y malestar, ya que las soluciones ofrecidas por el Ayuntamiento de Zamora no han sido bien recibidas por todos.
Sara García, una de las vecinas afectadas, explica a las puertas del Consistorio que se les ofreció alojarse en la casa de acogida de María Bonifacia, "y eso no nos ha gustado nada, porque estaba indecente, es inhumano. Somos familias con personas mayores, enfermas, con niños y bebés. Esa no era una opción viable".
Según su testimonio, algunos de los vecinos han tenido que dormir en coches o en condiciones inadecuadas en casas de familiares, lo que ha generado mucho malestar entre los afectados. "Somos personas normales, solo queremos una vivienda digna", añadía ante los medios de comunicación.
Y es que las principales quejas giran en torno a la oferta del Ayuntamiento para que se alojen temporalmente en la Casa de Ejercicios y en la Casa de Acogida de María Bonifacia.
Muchos afectados consideran que estos espacios no reúnen las condiciones necesarias para acoger a las familias en su situación. "Estaba todo sucio, y no es un lugar donde se pueda vivir de manera digna", denunciaba otra vecina. Así que se han negado a tomar dicha alternativa.
Por ello reclaman al Ayuntamiento que les faciliten quedarse en un hotel porque "qué menos que tener una cama y un sitio donde ducharte", reclamaban. Y es que estos vecinos de Rabiche aseguraban que hay afectados "durmiendo en cohces, en la calle o en casa de sus familiares, pero durmiendo en el suelo".4 o 5 días, claro. Y nos han dicho que en 4 o 5 días nos buscaban una solución
Por su parte, el Ayuntamiento ha ofrecido diferentes opciones, como el pago de alquileres durante dos meses para aquellas familias que encuentren viviendas temporales, salvo que algunos damnificados prefieran irse a vivir con sus familiares durante el tiempo que duren las obras. También han planteado la posibilidad de alojarse en la Casa de Transeúntes, en cesión del Obispado de Zamora.
"No vamos a forzar a nadie, pero también pedimos que se entienda la dificultad de alquilar viviendas por tan poco tiempo", explicaba el alcalde. No obstante, algunos vecinos consideran que estas soluciones son insuficientes y que el Ayuntamiento debería ser más proactivo en la búsqueda de alternativas.
Sobre la posibilidad de alquilar alguna vivienda temporalmente, los vecinos aseguran que "nos ven que somos gitanos y no quieren alquilarnos. Por eso pedimos que sea el Ayuntamiento quien se encargue de gestionar los alquileres, porque ellos tienen más poder y más capacidad para resolver este problema", aseguraba.
Por su parte, el primer teniente de alcalde, David Gago, ha recalcado que las 28 personas han sido realojadas inicialmente en hoteles de la ciudad hasta el próximo sábado. Sin embargo, la solución a largo plazo sigue siendo incierta.
"Después de buscar alojamiento en la Casa de Ejercicios y plantear opciones en la Casa Madre Bonifacia, hemos optado por ofrecer un recurso temporal en hoteles para ganar tiempo y encontrar una solución más estable", afirmó Gago.
el alcalde de Zamora, Francisco Guarido, también hizo hincapié en que el Ayuntamiento está actuando con "diligencia y rapidez", pero reconoció que el proceso no será inmediato. "Estamos hablando de semanas, no de meses, para que las obras estén finalizadas", ha señalado.
Además, dejó claro que, aunque las viviendas no han sufrido daños estructurales importantes, no se permitirá la entrada de los vecinos hasta que se retire el muro por completo y se reconstruya en parte el talud que sostiene el terreno, para garantizar la seguridad de todos.
A pesar de las garantías del Ayuntamiento, el descontento entre los vecinos no se ha disipado. "Estamos viviendo momentos muy duros. Hemos perdido nuestros hogares, nuestras vidas, y esto nos crea mucha ansiedad", confesó uno de los vecinos afectados.
La respuesta del Ayuntamiento: plan de emergencia y realojo
Ante la presión de los vecinos, Guarido ha defendido la actuación del Ayuntamiento y ha detallado las medidas que se están tomando para solucionar el problema lo antes posible.
El alcalde ha recordado que la caída del muro ha sido un suceso imprevisto: "Son hechos que suceden. Ni el equipo de gobierno, ni la policía, ni los servicios de obras o urbanismo esperábamos que algo así ocurriera".
También ha aclarado que no había constancia en los registros de quejas formales sobre el estado del muro en los últimos años, aunque admitió que "no se descarta que alguien lo haya comentado de manera verbal en su momento".
Guarido anunció que las obras de emergencia comenzaran de inmediato: "A las ocho de la mañana estará aquí una máquina de Madrid para empezar los trabajos. Vamos a actuar lo más rápido posible, y no vamos a escatimar en medios".
El alcalde también ha detallado que la primera fase consistirá en retirar las 300 toneladas de hormigón que se desplazaron sobre las viviendas. Gracias a la colaboración del propietario de una parcela colindante, los camiones podrán acceder para retirar los escombros. "Agradezco la disposición del dueño de la parcela, sin cuya ayuda no podríamos iniciar los trabajos", afirmó.
La segunda fase de la obra será la reconstrucción del muro, que fue construido hace 45 años con materiales que, según Guarido, no eran los más adecuados. "El muro contenía un talud de terreno con mucha agua y raíces de árboles que, con el tiempo, empujaron el bloque de hormigón hacia fuera. Estas son situaciones sobrevenidas y difíciles de prever", explicaba.