La profesora zamorana Laura Luelmo

La profesora zamorana Laura Luelmo

Zamora

Laura Luelmo, el crimen de la joven profesora que conmocionó a España

El próximo lunes 15 de noviembre arranca el juicio con jurado popular contra el único acusado del secuestro, violación y muerte de esta zamorana de 26 años

14 noviembre, 2021 02:37

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12 de diciembre de 2018. El que debía ser un día más para todos se transformó en una de las fechas negras de la historia reciente de nuestro país. España sufrió con especial intensidad la desaparición y asesinato de Laura Luelmo. La joven zamorana de 26 años que acababa de llegar a El Campillo (Huelva) para dar clase de Dibujo a los alumnos del IES Vázquez Díaz de Nerva, pero que apenas pudo ejercer la docencia diez días, ya que su propio vecino le arrebató la vida tras secuestrarla y agredirla sexualmente. 

Bernardo Montoya, delincuente con más de dos décadas de delitos de diversa índole (inluido el asesinato de otra mujer en 1997) y recién salido de prisión, se enfrentará desde el lunes 15 hasta el viernes 19 de noviembre a un juicio con jurado popular en la Audiencia Provincial de Huelva, donde se piden para él tres condenas de prisión permanente revisable. La Fiscalía, la familia de la joven y la Junta de Andalucía coinciden en la tipificación de los delitos (detención ilegal, agresión sexual y asesinato) y las penas a solicitar contra el acusado.

La crónica del terrible crimen contra una prometedora joven zamorana

Laura Luelmo apenas contaba con 26 años cuando llegó a El Campillo (Huelva). Natural de Villabuena del Puente (Zamora), graduada en Bellas Artes en la Universidad de Salamanca y con máster de Profesorado en Educación Secundaria y FP en la especialidad de Dibujo por la Universidad de Valencia. Una prometedora joven con las ideas muy claras y muchas ganas de ejercer su profesión como docente. Tanto, que no le importó cruzar prácticamente el país para hacerse cargo de una sustitución en el IES Vázquez Díaz de Nerva (Huelva). A muchos kilómetros dejaba a sus padres (Mayte y Ángel) y a su novio (Teofi), que lamentablemente no volverían a verla tras el puente de la Constitución de ese 2018.

Una nueva vida en Huelva - 4 de diciembre de 2018

La zamorana alquilaba una casa en la pequeña localidad onubense de El Campillo, de apenas 2.000 habitantes, y se instalaba allí. Laura comenzaba a dar clase en Nerva a alumnos de la ESO cubriendo una baja. Una vivienda que, desgraciadamente, se encontraba a escasos 12 pasos de un exconvicto reincidente, recién salido de prisión, y acusado de un asesinato a una anciana en 1997 y varias agresiones a mujeres.

El día que el monstruo volvió a matar - 12 de diciembre de 2018

Laura Luelmo vuelve de su jornada lectiva en Nerva, y a las 16.20 horas envía su último mensaje de Whatsapp a su pareja, Teófilo: "No sé si saldré a caminar, hace viento". Un mensaje que fue fundamental en las primeras líneas de investigación tras su desaparición. La zamorana no podía correr por prescripción médica e inicialmente se barajó la posibilidad de que hubiera salido a dar un paseo y hubiera sufrido algún accidente.

Lo que en realidad ocurrió es que la joven acudió a un supermercado cercano a las 17:22 horas, como refleja el ticket de compra, donde se detalla que adquirió media docena de huevos, dos botellas de agua y una bolsa de patatas. Y a su vuelta, Bernardo Montoya, vecino de la calle Córdoba donde Laura residía y que estaba esperando en el poyete de su casa mientras manipulaba un brasero, la introduce por la fuerza en su domicilio, la amordaza, la ata a una silla y la tira al suelo.

Según el relato del propio acusado, este corre a la puerta de la casa a guardar el brasero, momento en el que Laura aprovecha para levantarse y propinarle una patada en el costado. Entonces Bernardo la golpea brutalmente la cabeza. Una versión que, el acusado ha cambiado en varias ocasiones, incluso para terminar por acusar a su expareja, Josefa, de haber sido ella quien agredió a la joven zamorana con un martillo.

Pese a eso, las investigaciones indican que, tras los golpes, la joven habría caído desmayada y Bernardo, asustado, habría introducido su cuerpo en el maletero de su Alfa Romeo, donde la habría desplazado a un campo a cinco kilómetros del municipio. Allí es donde, la Guardia Civil y los forenses creen que pudo perpetrar la agresión sexual, puesto que su cuerpo aparecía sin ropa interior. Además, las pruebas complementarias que los forenses realizaron en su momento desvelaban que esos desmedidos golpes en la cabeza acabaron con la vida de la joven casi en el acto.

Buscando a Laura sin descanso - 13 de diciembre y días posteriores

A las 08.30 horas, Laura no se presenta a su puesto de trabajo en Nerva. Una profesora del centro y quien le había alquilado la casa en El Campillo a la joven da la voz de alarma a la Guardia Civil de Huelva y, casi a la vez, su padre interpone una denuncia por la desaparición de su hija en la comisaría de Policía Nacional de Zamora.

Los agentes de la Unidad de Policía Judicial acuden a la casa de Laura y perciben normalidad total en el domicilio. Pero a la salida del registro se encuentran con el propio Bernardo Montoya que, al ser preguntado por la joven, refiere que "no sabía ni que vivía alguien en esa casa". Tras la identificación del hombre sale a la luz el listado de delitos cometidos por este hombre y su reciente salida de prisión el 22 de octubre de 2018 tras cometer un robo con violencia. El coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Huelva, Ezequiel Romero, aseguraba por entonces que Montoya pasaba a ser el sospechoso principal del caso.

En los días siguientes, el padre y el novio de Laura se desplazan hasta El Campillo, donde se percatan que en casa de la joven faltan sus zapatillas y ropa de deporte, que da fuerza a la hipótesis de que hubiera sufrido un accidente durante un paseo. Casi a la vez, Bernardo Montoya acude al centro de salud aquejado de un dolor en las costillas, de la supuesta patada que le habría propinado Laura en su intento de huir. Además, los agentes de la Guardia Civil que vigilan la calle Córdoba registran que, tras la noche anterior, el acusado jamás regresa a su domicilio. 

De forma paralela, la provincia de Zamora se vuelca en las redes sociales y difunde masivamente la fotografía de la joven de Villabuena del Puente. Los medios de comunicación siguen al detalle los avances en Huelva y todos los zamoranos se mantienen en vilo por la desaparición de esta maestra de Dibujo, que apenas había podido dar unas clases a sus alumnos.

El sábado 15 de diciembre se organiza la primera batida. Apoyados por la última geolocalización del teléfono móvil de Laura en las inmediaciones de El Campillo, la búsqueda se centra en un radio de cinco kilómetros. A la batida incorpora un helicóptero, el Grupo Cinológico, y los GEAS (Grupo Especial de Actividades Subacuáticas) para buscar en las pozas de la zona. Mientras, la Guardia Civil localiza a Bernardo Montoya en la casa de su padre, en Cortegana; y los agentes observan como por la tarde se desplaza hasta la casa de otros familiares en Palos de la Frontera.

Al día siguiente, la búsqueda de Laura se amplía a un radio de diez kilómetros, incorporando un mayor número de voluntarios, agentes forestales y cazadores muy conocedores de la zona campestre. Esta batida se centró en la zona noroeste, donde al día siguiente aparecería el cuerpo sin vida de Laura. 

El fatal hallazgo - 17 de diciembre de 2018

Los peores presagios se cumplen. Durante la tercera batida, la joven zamorana aparece en el paraje conocido como Las Mimbreras, en una zona de jaras apenas visibles y donde algunos agentes habían estado a tan solo metro y medio. Finalmente, un voluntario de Cruz Roja daba con su ropa y con el cuerpo de Laura, que presentaba evidentes signos de violencia. 

Zamora y la zona de El Campillo y Nerva se rompen de dolor por la muerte violenta de la joven profesora. La noticia provoca una vorágine de reacciones de repulsa por el que es claramente un crimen machista. Concentraciones, carreras (al creer inicialmente que la joven había salido a hacer deporte), comunicados, mensajes a través de las redes sociales, y un seguimiento mediático casi al segundo.

A la caza del asesino - 18 de diciembre de 2018

La Guardia Civil entra a la casa de Bernardo Montoya en El Campillo, donde se encuentran una habitación con abundantes restos de sangre, y donde creen que la joven estuvo atada y fue golpeada en la frente. Tras esto, los agentes interceptan a Montoya en su vuelta a la localidad, pero al ver a los agentes, este huye hacia una zona forestal, primero en coche y luego a pie como último intento de huida, cuando es finalmente detenido.

Bernardo Monyota confiesa - 19 de diciembre de 2018 y posteriores

El grupo de especialistas de la Guardia Civil que ya había conseguido las confesiones del asesino de Diana Quer, José Enrique Abuín El Chicle, y de Ana Juliz Quezada, asesina de Gabriel, consigue una confesión de Bernardo Montoya, tras horas de interrogatorio. Durante el mismo, Montoya niega inicialmente la agresión sexual y justifica los golpes a la joven fruto de una discusión. Pero durante la reconstrucción del crimen en su propio domicilio asume los hechos y confiesa los detalles de dónde arrojó la manta con la que envolvió el cuerpo y asegura haber roto el móvil de Laura para que no pudiera ser localizada. Esta fue su primera declaración ante la juez del Juzgado de Instrucción 1 de Valverde del Camino (Huelva). Tras inspeccionar también el vehículo, Bernardo Montoya pasa a disposición judicial y es encarcelado en una celda de aislamiento en la Cárcel de Huelva.

La explosión mediática - 26 de diciembre de 2018

Ante la magnitud mediática del caso y la multitud de filtraciones que se habían sucedido durante los días anteriores con los detalles del terrible suceso, el coronel Ezequiel Romero, jefe de la comandancia de Huelva, y el teniente coronel Jesús García, que pertenece a la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, dan una exhaustiva rueda de prensa donde desgranan los detalles del crimen cometido contra la joven zamorana. Una comparecencia que fue seguida con gran interés por la sociedad española, pero que también generó mucha polémica por cómo podría afectar hacer públicos los detalles del suceso a la familia de Laura Luelmo. Y es que el mismo día de la entrada en prisión de Montoya, la familia de la zamorana emitía un comunicado en el que pedía respeto a su silencio público y rogaba que se pusiera fin a la difusión de bulos o rumores sobre el caso, ya que de lo contrario tomarían medidas legales.

Una supuesta exnovia celosa - 10 de enero de 2019

Durante su estancia en la prisión de Sevilla II, en Morón de la Frontera (Sevilla) a la que fue trasladado, Bernardo Montoya relata a dos funcionarios de prisiones que la autora material del asesinato de Laura Luelmo es una exnovia suya, Juana, otra exconvicta que había conocido en el Centro Penitenciario Puerto III (Cádiz). El acusado explica que "no quiere comerse un marrón" que no le corresponde y asegura que fue su expareja quien, movida por los celos al verle hablando con Laura, la golpeó con un palo de escoba y luego con un martillo en la cabeza. Una declaración donde también negaba la agresión sexual y la retención ilegal en su domicilio, y que quedó registrada por videoconferencia ante el juez el 4 de abril de 2019. En ella solo reconoció haberse deshecho del cuerpo de la joven, donde llega a relatar que Laura estaba desnuda de cintura para abajo "porque su ropa se enganchó en las jaras".

Un fallo informático casi saca a Montoya de la cárcel - 12 de abril de 2019

En esta fecha se produce uno de los momentos más rocambolescos del caso. Se descubre que un fallo informático había impedido grabar la primera confesión de Bernardo Montoya en el Juzgado de Instrucción 1 de Valverde del Camino. Al parecer, un cable del audio no estaba correctamente conectado al equipo informático, por lo que la confesión del acusado no había quedado grabada, si bien sí existía la transcripción pertinente de la misma.

Petición de libertad provisional - 22 de abril de 2019

El abogado del acusado, Miguel Rivera, solicita la puesta en libertad provisional de Bernardo Montoya por la ausencia de esta grabación de su primera confesión. El letrado defiende que la jurisprudencia tanto del Tribunal Supremo, la Audiencia Nacional como de la Ley Orgánica del Poder Judicial solo da validez al material audiovisual, pero no a su transcripción en papel. Mientras, el Ministerio Fiscal indica que la transcripción de una declaración tiene la misma validez que una grabación, si bien admite que no tiene la literalidad y la apreciación que un audio. Además, recuerdan que anteriormente no existía dicha tecnología y las confesiones eran igualmente válidas sobre el papel. 

La Jueza niega la excarcelación de Montoya - 30 de abril de 2019

El Juzgado de Instrucción 1 de Valverde del Camino admitía a trámite la petición de puesta en libertad provisional para Bernardo Montoya. El letrado defiende por entonces que la única confesión válida es la realizada por Montoya el 4 de abril por videoconferencia, donde acusa de haber cometido el crimen a su exnovia y niega la agresión sexual y el secuestro.

Un mes más tarde, el 22 de mayo de 2019, la jueza niega la puesta en libertad provisional a Montoya y asegura que la primera confesión del crimen "está acreditada", ya que el documento escrito de su confesión es válido.

El juicio, sin fecha a la vista - 13 de enero 2021

El Juzgado de Instrucción 1 de Valverde del Camino emite un auto para prorrogar la prisión preventiva a Bernardo Montoya, tras cumplirse los dos años desde su encarcelamiento que admite la ley. Todo a la espera de poner fecha al juicio, mientras la investigación sigue en su fase de instrucción. 

Bernardo Monyota, por fin, ante los tribunales - 13 de septiembre de 2021

La Audiencia Provincial de Huelva señala el 15 de noviembre de 2021 como fecha de inicio del juicio con jurado popular contra Bernardo Montoya. El próximo lunes, El Campillo, Zamora y toda España volverán a revivir el terrible crimen que acabó con la vida de esta prometedora joven zamorana, que se mostraba feliz y con muchas ganas de ejercer su profesión como docente de Dibujo. Un asesinato que removió las tripas a buena parte de la población y que provocó una oleada de solidaridad con sus seres queridos y de reivindicación contra la violencia machista.