Carmen Robles Marcos, ganadera en la provincia de Valladolid
Carmen (38), ganadera en un pueblo de Valladolid: "Da para un buen sueldo trabajando 365 días al año"
La medinense, que cuenta con una explotación de 45 hectáreas en la provincia vallisoletana, asegura que “ama” su profesión.
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Carmen Robles Marcos es una vallisoletana de 38 años que, tras criarse en Medina del Campo, lugar en el que nació, decidió apostar por la ganadería para continuar con el legado familiar.
En la actualidad cuenta con una explotación de 45 hectáreas y cuenta con más de 90 cabezas de ganado de vacuno y también vende yeguas, como asegura en declaraciones a este periódico.
“Da para un buen sueldo trabajando los 365 días del año”, afirma. Hay mucho trabajo por detrás. De él nos habla en esta entrevista.
La vida de Carmen
“Me defino como una persona humilde, muy emprendedora y trabajadora. Que busca, cada día, dar lo mejor de sí misma para salir adelante en este sacrificado mundo de la ganadería”, asegura, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, Carmen Robles Marcos.
Nació en Medina del Campo hace 38 años y suma diez en el mundo. Es una amante de montar a caballo, de viajar, de la gastronomía y también de la caza. Una apasionada de lo suyo, además. Suma diez años en el mundo ganadero.
“Me he criado en una familia muy trabajadora y he tenido una infancia normal y feliz en el pueblo. Cuando era pequeña quería ser veterinaria pero no llegué a ello. Al final, me he criado en la explotación de mis padres y con ella he seguido”.
Una explotación a la que está al mando desde hace dos lustros.
Diez años como ganadera
“La explotación se ubica entre Medina del Campo y Pozal de Gallinas, aunque pertenece al término municipal de Medina del Campo. Era de mis padres, que la vendieron. Por eso decidí hacer una incorporación como joven ganadera para afrontar el reto yo sola”, nos cuenta nuestra protagonista.
Su explotación tiene unas 90 cabezas de ganado vacuno de raza limousin y black angus que tienen una actitud cárnica. También cuenta con yeguas que vende posteriormente y que cuentan con actitudes para desempeñar disciplina de salto, doma clásica y vaquera.
“Mis padres llevaron el negocio desde 1992 a 2008. Yo retomé la actividad hace diez años y mi labor se basa en la comercialización de ganado para recría y aptitud cárnica”, añade la joven ganadera.
Vende, parte a la restauración y otra parte, directamente, a mataderos que lo comercializan. También tiene sus clientes particulares.
Imagen de Carmen con un caballo
Vivir de la ganadería
“Actualmente sí que se puede vivir de la ganadería. Hace unos años no. Todos los comienzos en un negocio ganadero son muy complicados. Hay que pagar muchas cosas. Ahora, el margen del precio de la carne ha subido y estamos un poco más desahogados”, explica.
Nuestra entrevistada está preocupada por las enfermedades dentro del ámbito ganadero y asegura que “estamos desamparados” añadiendo que “las inspecciones son muy estrictas”.
“El problema está en que este tipo de enfermedades se dan en animales que no están controlados sanitariamente. Esto puede afectar a explotaciones como la mía. Además, no hay gente que quiera trabajar en el campo. Los jóvenes no quieren trabajar todos los días”, apunta.
Ella está sola en su explotación, trabaja llevando todo. Papeleo, administración, cuidado de sus animales y la venta a sus clientes.
“Pido un poco de flexibilidad burocrática. Gastamos mucho tiempo en papeleos. Esta profesión da para un buen sueldo trabajando los 365 días del año, pero depende de los meses, uno se lleva más dinero o menos”, añade.
Jubilarse como ganadera y una clínica
Carmen asegura que “ama” este oficio. Se ha criado con ello. Empezó a estudiar una carrera universitaria, pero pronto se decantó por la explotación. Sin embargo, también trabaja, por las tardes, en una clínica podológica que es propiedad de la familia.
Una clínica que suma15 años, ni más ni menos, de actividad en Medina del Campo y que lleva junto a su padre y su hermano. Se puede decir, sin miedo a equivocarnos, que es una pluriempleada.
“Afronto el futuro con mucho miedo e incertidumbre, también ante la aparición de la dermatosis nodular. También porque no hay relevo. No hay gente dispuesta a trabajar diez horas al día durante los 365 días del año”, finaliza.
Carmen es un auténtico ejemplo de amor por el mundo rural y por la ganadería. La lucha y el sacrificio la definen.