Arturo entre viñedos con una copa de sus vinos

Arturo entre viñedos con una copa de sus vinos Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Valladolid

La historia de Arturo, un joven bodeguero en un pueblo de Valladolid: "Vendemos unas 160.000 botellas de vino al año"

Arturo es uno más dentro de una conocida bodega de la provincia vallisoletana que ha conseguido numerosos premios con sus vinos en sus diez años de vida.

Más información: El joven bodeguero vallisoletano que brilla con sus premios y elabora vino mediante métodos ancestrales

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Mucientes es un municipio de la provincia de Valladolid que ensalza el mundo del vino y que cuenta en la actualidad, y según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) con una población de 691 habitantes.

El cultivo de la uva en el lugar, al igual que en otros pueblos vecinos, tiene un papel de suma relevancia, tanto en sus tradiciones, como en su forma de vida y también en su arquitectura.

La localidad vallisoletana forma parte de la Ruta del Vino Cigales, a la que pertenecen también varias bodegas y empresas agroalimentarias y turísticas del municipio.

Allí nos encontramos con Arturo González, de solo 23 años y que lleva un total de seis ayudando a sus padres para sacar adelante la Bodega Mucy, que cuenta con diez años ya de historia.

La vida de Arturo

“Soy un joven de 23 años con mucho arraigo en mi pueblo que es Mucientes. Me siento realizado con las diferentes labores que realizo y me considero una persona sociable a la que le gusta conectar con la gente, escuchar y aprender de los demás”, asegura Arturo en declaraciones a este periódico.

También se considera “leal a sus raíces” y “curioso” ya que “siempre busca mejorar e innovar” porque “le apasiona lo que hace” ya que considera que lo suyo “no es solo un trabajo”.

Nació en la localidad vallisoletana de Mucientes y recuerda su infancia como “feliz” vinculada a sus abuelos Angelito, Mari, Alfonso y Nandi que, para él, son los “grandes protagonistas de su infancia”. Eran agricultores y de ahí le viene su pasión por el campo.

“Soy un estudiante de marketing e investigación de mercados, apasionado del mundo vitivinícola y mis padres son los propietarios de Bodegas Mucy. Desde que comenzamos con esta aventura, el vino comenzó a ser parte de mi vida”, asegura.

A su corta edad suma seis años echando un cable a sus padres en la bodega. Ejerce la labor comercial y asiste a ferias del sector con el fin de conocer a futuros clientes tanto en el mercado nacional como en el internacional.

Mi vida es una mezcla entre vino, magia y marketing. Desde muy pequeño me empezó a gustar el mundo del ilusionismo y desde los nueve años hago actuaciones de magia por toda Castilla y León hasta que a los 18 años comenzó a apasionarse por el vino y por todo lo que lo rodea”, explica.

Arturo con una copa de vino entre viñedos

Arturo con una copa de vino entre viñedos Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Arrancó con la carrera de Marketing e Investigación de Mercados en Valladolid y compagina sus estudios con la carrera profesional.

Mi relación con el vino es muy bonita. Mis mejores momentos siempre están acompañados de una buena copa de vino, disfruto mucho quedando con amigos y abriendo una botella de vino, también visitando bodegas de otras zonas, probando vinos de las grandes bodegas clásicas, pero incluso, de bodegas de pequeños proyectos vitivinícolas”, explica.

La historia de la bodega

El padre de nuestro entrevistado, Pablo González, ha sido viticultor y agricultor desde los 16 años que comenzó a trabajar con su padre Alfonso. En el año 2015 comenzó a elaborar el primer vino, el Mucy rosado en una bodega en alquiler.

Fue en el año 2018 cuando Mucy construye una bodega propia en la carretera Villalba número 1 de Mucientes y comenzaron a sacar marcas de vino “más modernas” como Alpairo, Paño de Lágrimas y Tres Fugados, que cada una cuenta en su contraetiqueta una historia vinculada a su nombre. Así incluyeron el marketing a sus vinos.

Arturo al frente de una visita guiada a la bodega

Arturo al frente de una visita guiada a la bodega Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Pablo González y Laly Caballero, los padres de Arturo, son los que ponen en marcha la bodega hace ya diez años. Durante el año trabajan ellos tres y un enólogo, pero en épocas de vendimia en las que el trabajo se intensifica, toca contratar a más gente.

“Contamos con un total de 25 hectáreas de viñedos en vaso de hasta 80 años de edad. Creemos mucho en el vino rosado, tanto en el tradicional como en las nuevas tendencias de colores más pálidos, pero también hacemos verdejo y vinos tintos”, añade nuestro protagonista.

La bodega cree, y mucho en “el potencial de la zona” no solo a la hora de elaborar vinos rosados, sino también para esos blancos” para los que cuentan con “terrenos espectaculares y de mucha edad”.

Unas 160.000 botellas al año

En la actualidad cuentan con ocho marcas distintas de vino y venden tanto al mercado nacional como al exterior. “Vendemos unas 160.000 botellas al año”, asegura Arturo.

Además, cuentan con prestigiosos premios como dos medallas de oro en el Concurso Mundial de Bruselas con su Mucy rosado 2016 y Paño de Lágrimas 2020, dos medallas de plata con su Mucy rosado 2018 y Paño de Lágrimas 2019, a nivel internacional.

Alguno de los vinos

Alguno de los vinos Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

A nivel nacional se llevaron el premio del Museo del Vino de Peñafiel siendo el Mucy rosado el mejor, en un certamen en el que participaron vinos de toda Castilla y León.

“Este año ha sido especial ya que el Consejo Regulador de Cigales ha proclamado a Paño de Lágrimas 2023 como mejor tinto joven de la D.O en sus premios calidad, y también hemos recibido dos medallas de oro en Vinespaña para Mucy rosado 2024 y Paño de Lágrimas 2023”, explica el joven bodeguero.

Desde la bodega ven el futuro “con ilusión” y “quieren seguir trabajando como hasta ahora para seguir mejorando sus vinos y aprendiendo”.

El futuro es de Arturo y de su bodega familiar.