El doctor Gonzalo Díaz Soto, del Hospital Clínico Universitario de Valladolid

El doctor Gonzalo Díaz Soto, del Hospital Clínico Universitario de Valladolid Foto cedida

Valladolid

"La IA es capaz de prever la diabetes antes de que ocurra": el doctor Díaz Soto, endocrino y experto en nutrición

El sanitario del Hospital Clínico Universitario de Valladolid y profesor asociado de la UVa destaca las ventajas y contribuciones de esta tecnología a la medicina y en concreto a esta enfermedad.

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Está en boca de todos y ya nos acompaña en nuestro día a día. La inteligencia artificial (IA) ha cambiado, o está cambiando, nuestras vidas. Siempre que sea bien utilizada, esta tecnología está permitiendo lograr avances que hasta hace no mucho eran inimaginables. Y un sector, quizá el más importante, como el sanitario también se beneficia de ello.

Prueba de esto es que hay múltiples, miles, profesionales de la salud que se han centrado en el desarrollo e investigación de la IA en el sector sanitario. Uno de ellos es el doctor Gonzalo Díaz Soto, especialista en endocrinología y nutrición del Hospital Clínico Universitario de Valladolid y profesor asociado en la Universidad de Valladolid (UVa).

Recientemente, Díaz Soto abordó en el XXXVI Congreso Nacional de la Fundación Sociedad Española de Diabetes (FSED) el presente y futuro de la IA aplicada a la gestión de esta enfermedad. Ahora, en una entrevista con EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León, el doctor desgrana las ventajas, beneficios y deberes de esta tecnología en la detección, prevención y tratamiento de esta patología.

Los últimos datos del Atlas Mundial de la Diabetes de la IDF reflejan "por primera vez" una caída de la prevalencia de la enfermedad. En concreto, de la tipo II. Algo que Díaz Soto achaca a las políticas en salud públicas o los nuevos tratamientos farmacológicos. "Probablemente las variables son muchas", recalca.

No obstante, advierte de que en la diabetes tipo I, que implica la no producción de insulina, la incidencia está subiendo. "De hecho, ocurre desde hace décadas y en países occidentales. Es una tendencia global", subraya este sanitario de Valladolid.

Por eso, la importancia de una buena aplicación de la IA puede "ayudar en muchísimos aspectos". En concreto, destaca su aporte en la prevención y detección de la diabetes tipo II.

"A día de hoy, los criterios diagnósticos en diabetes son unos criterios muy establecidos, aceptados internacionalmente, pero que nos obligan a que el control de la glucemia se deteriore para llegar a identificar a un paciente que tiene diabetes o prediabetes", explica.

Ahora, bien, el endocrino y experto en nutrición explica que los sistemas de IA aplicada, "sobre todo los basados en monitorización continua y flash de glucosa, han demostrado que son capaces de prever esas alteraciones incluso antes de que ocurran".

Por eso, destaca que la tecnología juega un "papel importante en la detección". Algo que se extiende luego también a la hora de fenotipar el tipo de diabetes. "Muchas veces hablamos de distintos tipos, pero no nos centramos en los diferentes subtipos, que podrían condicionar que algunos tratamientos les fueran mejor o peor", añade. De esta manera, subraya que la IA "puede ayudarnos" en este aspecto.

A la hora del seguimiento de la enfermedad presenta beneficios también. Y es que en la monitorización de la glucosa llega un momento en que se alcanzan unos datos que los especialistas "no somos capaces de hacer frente en nuestro día a día en una consulta de 10 o 15 minutos".

Por eso, Díaz Soto apunta que se necesitan "programas, sistemas basados en IA, que nos permitan extraer la información de una manera sencilla, ágil, rápida y que nos permita hacer modificaciones en el tratamiento de los pacientes".

Un aspecto en el que el doctor del Hospital Clínico Universitario cree que la IA "va a jugar un papel muy importante como en el estudio de complicaciones crónicas". Es más, explica que ya existen "muchísimos programas tanto de detección de retinopatía, neuropatía, de problemas en los ojos, de riñón y del sistema nervioso central y periférico que es el que más afecta a los pacientes con diabetes, sobre todo si el control no es todo lo bueno que debiera".

Por último, la IA contribuye igualmente al tratamiento, permitiendo "saber las características que identifican a ese paciente como algo diferente, individual". Algo que "a día de hoy no somos capaces en medicina". "Nos va a permitir ofrecer el mejor tratamiento posible", resalta de nuevo.

Además, señala que ya existen algunos sistemas como el denominado páncreas artificial, que están basados en algoritmos de IA y que "mejorarán en un futuro". Pero estos los abordará más adelante.

Retos de futuro

La IA ya es una realidad. Ha llegado para quedarse. No obstante, es evidente que se encuentra en una fase incipiente, más teniendo en cuenta el rápido desarrollo que lleva y la demostración cada vez más clara de que su techo aún está por alcanzarse. Por eso también hay retos de futuro a los que hacer frente.

En este sentido, el doctor apunta que en la actualidad la IA, efectivamente, ya existe, pero matiza que "de una manera muy parcheada". "En realidad no hacemos una atención integrada con los programas de inteligencia artificial de los que disponemos", apunta.

En esta línea, relata que estos programas se utilizan de forma independiente para retinopatías, neuropatías o fenotipar la diabetes. "Eso origina que necesites muchísimo tiempo, no es un tratamiento holístico ni una utilización de la inteligencia artificial en todos los patrones que valoras en tu día a día en una consulta", puntualiza.

Por eso, este contexto asegura hace que sea "difícil de utilizar" y, además, precisa que "muchos de estos sistemas están probados en poblaciones que a veces son muy diferentes a la nuestra".

"Son poblaciones americanas o de Europa del norte, que sus hábitos de vida, alimentación, sociales y culturales son muy diferentes, y probablemente la información que te ofrecen puede ser diferente en una enfermedad que depende tanto de tus hábitos de vida y de tu día a día como es la diabetes", explica.

Peligros

Como en cualquier novedad, el desconocimiento es amplio y variado. Por eso, el endocrino, aunque evitando hablar de peligros, destaca que existen "puntos a regular y que son importantísimos". Uno de ellos son los datos de salud, que "están tremendamente protegidos porque así debe ser y que pertenecen al paciente".

"Tenemos que ser muy escrupulosos en su uso. La IA supone en ocasiones, aunque sea de manera anónima, compartir esos datos de salud y es algo que la Unión Europea y el Gobierno de España tienen que regular", afirma.

En este contexto, resalta la relevancia de saber "qué se hace con esos datos, si realmente van a salir fuera del país o no y qué información se va a obtener de ellos". "El tema de la privacidad es muy delicado a controlar en el futuro y por supuesto el uso indebido de la información", insiste.

Realidad de futuro

A pesar de todo esto, Díaz Soto señala que la IA podrá contribuir a retrasar el diagnóstico y, en algunos casos, junto a nuevos fármacos, hará que la medicina sea capaz "incluso de evitar" la enfermedad. Ahora bien, aclara que retrasarlo "ya es mucho en una patología crónica" como esta y reconoce que, "tal y como conocemos la inteligencia artificial a día de hoy", cree que "no va a ser suficiente como para hacer un cambio radical, una verdadera revolución en el manejo de la diabetes".

En cualquier caso, se muestra "optimista" de cara al futuro y no cierra la puerta a aventurar que los cambios que se produzcan en estos próximos años hagan que cada vez se tengan "mejores herramientas para tener un enfoque más global, donde no solo sea terapéutico, sino también de prevención y que veamos reducciones de la enfermedad en la población".

Asimismo, explica que "por primera vez", gracias a la IA, el paciente puede "descargarse en parte de su enfermedad". Todo ello gracias a sistemas como el ya mencionado páncreas artificial.

Y es que esta tecnología permite que sea el propio sistema, a través de un algoritmo de IA o basado en ella, el que "toma las decisiones de la insulina que necesita". "Eso no supone solo una mejora del control metabólico demostrado, sino que además es una reducción de la carga de enfermedad para el paciente", destaca.

El doctor, para poner en valor este avance, explica que la diabetes es un tipo de enfermedad que "acompaña al paciente y supone modificaciones en las decisiones que toma de manera diaria, hora a hora, desde que se va a comer a cenar, si hacer ejercicio o no, lo que sea".

Además, se atreve a aventurar que la IA, en un futuro, "podrá a ayudar a tomar esas decisiones incluso cuando no puedan tomarse por una máquina o un algoritmo al uso". De igual manera, puntualiza que existen aplicaciones basadas en estas tecnologías que permiten realizar el cálculo de calorías o hidratos de carbono que tiene la comida.

"Los pacientes pueden usarlas cuando antes exclusivamente se tenían que basar en su buen ojo. Eso nos facilita la vida a la hora de cálculos de dosis, de la insulina que necesitan, de las modificaciones de las pautas. Son muchos los beneficios para el paciente, pero no pueden suponer una carga añadida, tienen que ser sistemas cómodos, seguros y que funcionen bien", zanja.