Julián Díaz, coleccionista de Semana Santa, posa con parte de su colección

Julián Díaz, coleccionista de Semana Santa, posa con parte de su colección Cedida

Valladolid

Julián Díaz, coleccionista de Semana Santa: “Tengo más de 19.600 piezas singulares y esto no se acaba nunca”

El vallisoletano reconoce que la Pascua “está de moda en la sociedad, pero en crisis en las cofradías” y critica la influencia que hay desde Andalucía: “Es como lo que pides por Amazon y lo que te llega”.

Más información: Felipe González, carnicero del Val: “La Semana Santa de Valladolid se vive en silencio, las saetas para los sevillanos”

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En un chalet del municipio de Valdestillas (Valladolid), cada rincón es un altar, cada estantería una procesión en miniatura y cada pared un cartel que narra la devoción de generaciones. Allí vive Julián Díaz, un coleccionista de vocación temprana y pasión infinita por la Semana Santa. A sus espaldas, más de 19.600 piezas (concretamente 19.926 a día de hoy) cuidadosamente clasificadas, muchas de ellas con historias tan intensas como las procesiones que las inspiran.

Julián tiene 50 años y es militar de carrera, además de presidente de la asociación cultural Paso a Paso, que se dedica a promocionar las Semanas Santas de toda España y la de Valladolid en particular, sobre todo a través de redes y llevando material de Valladolid a diferentes encuentros y congresos nacionales por toda España. “He ido a Ceuta, desde Calahorra a Barbastro”, afirma a EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León.

A los 8 años arrancó esta pasión, nunca mejor dicho. Cuando otros niños coleccionaban cromos de futbolistas, él lo hacía de la Semana Santa. “Empiezas poco a poco a ir almacenando material y llega un momento en el que tienes un tesoro entre tus manos, y esto hay que organizarlo”, dice.

Su primer tesoro de la colección fue un cuadernillo que se sacó sobre la Semana Santa de Valladolid, “yo creo que fue el primero que se sacó, en el que había un repaso de todas las cofradías. Estaba el Cristo Yacente del Museo Nacional de Escultura. Esa fue la primera publicación que tuve de Semana Santa. Y sigue estando intacta”, recuerda.

Libros, revistas y periódicos, literatura cofrade, vídeos, documentos y hasta juegos, sin olvidar los itinerarios de mano, en su casa de Valdestillas hay de todo. Dos habitaciones completas de información del tiempo de pasión. Y todo minuciosamente archivado. Aquí lo que se busca, se encuentra, por ello las peticiones que hacen a Julián llegan desde todas las partes.

Parte de la colección que Julián tiene en su casa

Parte de la colección que Julián tiene en su casa Cedida

Ese universo es ahora un museo no oficial, pero no por ello menos impresionante. Allí conviven carteles antiguos, figuras en miniatura, juguetes religiosos, medallas, velas, programas de mano y hasta pequeños tronos procesionales. La colección no solo abarca Valladolid, sino que se expande por toda Castilla y León: Zamora, Burgos, Segovia, Salamanca, León, Medina del Campo, Medina de Rioseco, Tordesillas, Astorga, Soria y el Burgo de Osma están representados con orgullo.

Para hacernos una idea de la magnitud de esta colección, en España existen 8.132 municipios, de los cuales casi 5.000 tienen menos de 1.000 habitantes, y no hay cofradías. Pues bien, el inventario de Julián tiene etiquetadas publicaciones de 599. Por eso, medios de comunicación, instituciones y curiosos siempre llaman a su puerta para tirar de hemeroteca.

“No hay Semana Santa pequeña, cada una tiene algo que ofrecer”, afirma. Julián no solo guarda objetos: conserva memoria, fe, historia. “Esto no se acaba nunca. Siempre hay una nueva cofradía, una nueva tradición, un detalle que no tenía. Es un mundo en constante movimiento”.

La casa de Julián es un santuario de papel, madera, metal y emoción. Un testimonio vivo de la religiosidad popular y de cómo la pasión de un solo hombre puede convertirse en patrimonio compartido.

Su sueño: que algún día todo este legado encuentre un hogar definitivo en un museo para que otros, como él, puedan seguir recorriendo el alma de la Semana Santa, pieza a pieza.

Y este material recorre muchos puntos. Por ejemplo, en Medina del Campo, a través de la sala 110 del Museo del Turismo que está en el Centro San Vicente Ferrer, o ahora mismo la exposición que hay en la Iglesia de la Pasión (Valladolid).

Lo más antiguo que tienen es una real cédula de 1777, original, por la cual el rey prohíbe flagelantes de sangre, basándose en periódicos franceses de 1897, de los que se habla de Semana Santa. Y luego de Valladolid tienen programas de Semana Santa de 1924, el que se publicó el primero, hasta la actualidad.

También tienen docenas y docenas de programas muy antiguos, sobre todo de los años 40, 50 y 60 cuando el movimiento Nacional Católico editó muchas publicaciones.

Juguetes de Semana Santa

Todo este tiempo de coleccionista le ha servido a este vallisoletano para, por ejemplo, darse cuenta de que no existían juguetes relacionados con la Semana Santa. Pues, dicho y hecho. Carta para las cofradías y jugueterías para que se pusieran las pilas. Incluso hasta para la mítica marca de Playmobil. “Me contestó y me dijo que le parecía muy interesante”. Y así es cómo han logrado que la Semana Santa ya esté en las jugueterías, “y con un gran potencial”.

Su relación con la Semana Santa es tan grande que incluso todos los turistas que pasan por la ciudad le ven. ¿Cómo? Pues porque él, junto a su hija, es la imagen que se reproduce en el Monumento al Cofrade que se encuentra en la plaza Portugalete. Representa a un cofrade adulto con túnica y capirote, junto a una niña, también cofrade, en el momento en el que esta prende la llama del hachón que porta su compañero.

Y sí, en este caso el saber sí ocupa lugar. Por eso tiene dos cuartos en exclusiva para todo el material. En uno todo lo relacionado con libros y en otro, carteles. De momento, 6.866 carteles de toda España. Suma y sigue cada día.

Entre tanto material es complicado elegir un favorito, por eso, lo que tiene claro es que “cuál le duele más tener”. Se explica. “Muchas veces están en tus manos documentos, originales que te da pena que acaben en ti porque quiere decir que hay alguien que no lo ha valorado o porque ningún heredero lo ha querido conservar”. Así, pone de ejemplos, invitaciones del alcalde para dar el pregón de la Semana Santa o una medalla de la cofradía de las Siete Palabras. “Conmigo está en buenas manos, pero duele”, lamenta.

No todo vale en esta colección. Díaz deja claro que aquí solo entran documentos originales. Nada de descargar de internet, fotocopias o impresiones.

Por su trabajo como militar, Díaz ha viajado mucho y eso le permitía recopilar mucho material. Hoy en día, esta búsqueda es mucho más sencilla gracias a Internet. Aunque reconoce que la mejor vía sigue siendo la de la amistad, “oye, que he estado en tal sitio y te he traído esto”.

Sin precio

¿Cuánto vale esta colección? “Mucho, mucho, mucho”, asegura para matizar que las cosas “tienen el valor que cada uno las quiere dar”. Pero apunta que en su colección hay objetos únicos y ejemplares que ya no quedan. Por ejemplo, documentos de la Semana Santa vallisoletana que no tienen ni en el Archivo ni en la Junta de SS. Aunque el valor del tiempo empleado es impagable. “Sí, han sido muchas horas sin dormir para ahora tener lo que tengo”.

Estanterías llenas con artículos de Semana Santa

Estanterías llenas con artículos de Semana Santa Cedida

En sus manos también cayeron unas fotografías inéditas de un senador español de 1927 que hizo durante un viaje a la ciudad del Pisuerga. Concretamente al entrar en la iglesia de San Benito. “Son unos negativos inéditos porque se ve a la Piedad de la iglesia de San Martín preparada para salir para la procesión general del Viernes Santo, no he visto nada igual”.

Y la pregunta del millón es ¿qué va a pasar en el futuro con este tesoro de la Semana Santa? Julián Díaz tiene dudas. “Me gustaría que siguiera mi hija, pero entiendo que es un trabajo muy costoso, es un follón para ella”, afirma. Su idea sería que alguna institución o museo se hiciera cargo, pero es algo que se ve de momento muy lejano. Lo que sí tienen que tener claro que es una colección detallada y bien archivada. “Los funcionarios no van a tener que estar meses y meses catalogándolo”, bromea. Aquí todo está detallado.

Lo que falta

Y en este tesoro extenso siempre hay algo que falta. Los coleccionistas son así. En su caso echa de menos dos elementos. La figura de los bocetos, tanto del monumento al Cofrade como del Cristo de la Humildad, de una cofradía de la que es presidente. “Y es algo que no tendré, aunque he peleado mucho por ellos”.

Para terminar, este intrépido coleccionista hace una valoración de la situación actual de la Semana Santa en su ciudad. “La Semana Santa hoy en día está de moda en la sociedad, pero está en crisis en las cofradías. Me explico”.

De moda

Se explica: “Está de moda porque vemos llenas las calles, los colegios que se vuelcan, a la gente le gusta atravesarlo, pero está en crisis en las cofradías en el aspecto de que nos faltan cofradías. Sobre todo en Valladolid. En Valladolid estamos hablando de casi 300.000 habitantes, son más de 10.000 cofrades, son muy poquitos cofrades”.

Por último, lanza una crítica muy personal sobre lo que se vive en los últimos años en las calles de la ciudad, sobre todo esa influencia andaluza que se está padeciendo y que ha generado una polémica en la capital.

“Tenemos que cuidar mucho más lo que es la esencia de la Semana Santa vallisoletana y no dejarnos que vengan de fuera a encontrar un cuadro típico de Andalucía. Están conquistando todas las Semanas Santas de España. Hay que pensar que la Semana Santa andaluza fue la Semana Santa castellana y con la reconquista fue avanzando hacia el sur. Me gusta mucho sus procesiones, pero allí porque esto es como lo que pides por Amazon y lo que te llega”.