Pillamos a Borja Fernández “muy liado”. Él mismo nos lo confiesa en las primeras palabras dentro de esta conversación con EL ESPAÑOL de Castilla y León. Ahora es el entrenador de la Unión Deportiva Ourense. Bueno, podríamos decir sin miedo a equivocarnos, que es uno de los “hombres orquesta” del club.

La vida del nacido en Ourense hace 43 años cambió mucho aquel fatídico 28 de mayo de 2019. Era por la mañana cuando la Policía Nacional le detenía para llevarle a calabozos, donde estuvo casi tres días.

El exfutbolista del Real Valladolid explotaba el miércoles 27 de marzo cuando el Juzgado de Instrucción número 5 de Huesca archivaba el caso por presunto amaño de partidos de Primera División. “Sois unos mierdas, gracias por joderme”, aseguraba a través de sus redes sociales tras casi cinco años de pesadilla.

El gallego, que cerró una carrera deportiva impoluta de 18 años dentro del fútbol de élite comenzando en el Real Madrid Castilla y pasando por RCD Mallorca, Almería, Getafe, Deportivo de la Coruña, Éibar o en el fútbol indio, guarda un gran recuerdo del Real Valladolid y de la ciudad pucelana.

En el Pucela estuvo entre las temporadas 2006 y 2010 para volver en el 2016 y completar su estancia y finalizar su largo transcurrir en el mundo futbolístico en el club blanquivioleta entre las temporadas 2017 y 2019, año, este último, en el que explotó Oikos.

Ahora ha comenzado su periplo como entrenador, en su tierra, aunque no descarta volver a Valladolid.

Borja Fernández, en su época como jugador del Real Valladolid EFE

P.- Lo primero de todo y lo más importante, ¿Cómo está Borja en la actualidad?

R.- Bien. En Ourense, entrenando. Me estoy moviendo mucho para conocer entrenadores y adquirir más conocimientos. Ha salido esta oportunidad que es en casa y en un equipo al que tengo mucho cariño. Me he venido aquí para entrenar. A día de hoy va bien.

P.- ¿Cómo recuerda aquel 28 de mayo de 2019, día de su detención por el caso Oikos?

R.- Lo tengo bastante nítido todo, por una parte. Por la otra, lo veo como fuera de mi vida. Un recuerdo muy raro, como que no ocurrió y no viví eso. Es una sensación rara.

P.- El daño hacia su persona comenzaba ese día con todo lo que se armó alrededor de ese caso Oikos.

R.- Sí. El daño fue, tanto a mí, como a mi familia. Recuerdo lo que experimentas en ese momento que es: levantarte para desayunar para reunirte después con los que son tus jefes y, de repente, estar metido en un calabozo.

P.- Y llegó a pasar tres días en el calabozo…

R.- Dos noches y tres días muy duros. 

P.- Era acusado dentro de una presunta trama de compra de partidos con Carlos Aranda y Raúl Bravo. Desde ese día cómo argumentó su defensa.

R.- A nivel legal no había mucho que argumentar. Recuerdo que un día Ronaldo me dijo: “Aquí tienes que demostrar tú tu inocencia, en vez de tu culpabilidad”. Era así y tenía razón. Sabía que contra mí no había nada. Así lo declaré en comisaría. La gente no suele declarar cuando existe secreto de sumario, pero yo no tenía nada que esconder y declaré, tanto en un primer momento en comisaría, como en el juicio oral. Dije que no había nada, que no sabía nada y que no podía haber prueba en mi contra. Al final, así se ha confirmado.

P.- Quedaba esperar

R.- Así es. Cuando salieron más pruebas y yo seguía sin aparecer en ninguna, pedimos que se archivara mi caso. Así se hizo un año y cuatro meses después.

P.- El 29 de septiembre del 2020 recibía una comunicación por parte del juez del Juzgado de Instrucción Número 5 de Huesca que acordaba el sobreseimiento provisional parcial de las actuaciones que le evitaban ir a juicio. ¿Qué sintió?

R.- Me dijeron que habían salido conversaciones de los acusados en los que se decía que tanto de mí como del Real Valladolid no se sabía nada. Era una prueba más que certificaba que yo no tenía nada que ver con el caso. Se guardaron también las espaldas. Al final se sobreseyó mi caso.

P.- Tras un año y cuatro meses de lucha, ¿Qué piensa en ese momento?

R.- Fue un alivio grande. Por fin estaba fuera del caso. Sabía que mi imputación tenía las horas contadas pero esas horas se convirtieron en un año y cuatro meses, al final. Además, tenía muchas expectativas en que el Real Valladolid cumpliera su palabra. Escribí a Ronaldo y a la gente del club. Quería ponerme a trabajar. Pensé que se acababa el calvario y que era casi un año y medio que no había pasado. Lo único que quería era volver a ponerme el mono de trabajo.

P.- El pasado mes de marzo, el Juzgado de Instrucción Número 5 de Huesca daba carpetazo definitivo al Caso Oikos. Usted fue muy claro tras conocer la noticia.

R.- Denuncié a la Policía por muchas irregularidades y, sobre todo, porque entraron en mi casa sin autorización. No había orden de registro. No tenían que haber entrado en mi casa y lo hicieron igual.

Borja Fernández posando Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León por Borja

P.- ¿Qué daño le ha ocasionado el Caso Oikos?

R.- Principalmente el de no seguir la carrera que tenía en el Real Valladolid. No pude desarrollar ese camino tan bonito y limpio para engancharme al fútbol profesional desde otro punto de vista. Después, una pérdida de confianza brutal en la justicia. Denuncié los hechos y el juez ha protegido a la Policía.

 P.- Pese a salir absuelto es una mancha difícil de borrar.

R.- Tras una carrera tan larga, ahora se me atribuye la Oikos, aunque con buenas palabras. Todo ello pese a que se sabe que no he hecho nada ilícito dentro del mundo del fútbol.

P.- ¿Qué le diría al juez?

R.- El juez no ha hecho nada malo conmigo. En la vista oral ya me dijo que no había nada en mi contra. Fue un caso tan mediático que, seguramente, eso penalizó a la hora de poder desvincularme antes. Luego, es cierto, que me desvinculó antes que al resto. El problema fue con los jueces que protegieron a la Policía cuando ya no estaba dentro del caso.  Denuncié a la Policía y no hicieron nada. Me ha tocado vivir un fallo muy grave del sistema. Policías que entran en tu casa sin orden judicial. Los jueces no lo valoran porque no se quieren meter en problemas.

P.- Siempre ha sentido el apoyo de su familia.

R.- Llevo desde los 15 años viviendo fuera de casa. He estado, siempre, muy cerca de la familia, pero he sido muy independiente. Mis padres y mi familia siempre me han dado mucho apoyo y libertad en todo lo que hago.

P.- Y ahora, se ha ido a entrenar a su tierra.

R.- Llegué a Ourense hace cuatro semanas, a principios de abril. De momento, estoy muy contento.

P.- Cumple con muchas funciones dentro del club.

R.- Sí. Estoy en un club que quiere crecer. Tenemos una estructura más pequeña. No es a la que he estado acostumbrado durante toda mi carrera. Los recursos son los que hay y contamos con varios hombres orquesta.

P.- En lo deportivo, ¿qué tal?

R.- Llegué y el equipo estaba quinto, dentro del Playoff. Estamos cuartos ahora con posibilidad de quedar terceros, a falta de dos jornadas. Esta semana, si ganamos el domingo, podemos confirmar el Playoff. Estamos en 3ª RFEF. Nosotros somos la Unión Deportiva Ourense.

P.- No se puede saber lo que puede ocurrir en el futuro, pero ¿Se plantea volver al Real Valladolid?

R.- Ahora mismo estoy aquí y lo único que me planteo es finalizar la temporada. Entrenar me gusta y habrá que esperar a las opciones que salgan en el futuro.

P.- En su tierra está bien.

R.- Al final, donde más tiempo he vivido en los últimos 28 años, desde que salí de Ourense, ha sido en Valladolid y he estado muy a gusto. Es como mi base de operaciones. Llevo toda la vida moviéndome y no me supone un problema. El tiempo dirá.

P.- Objetivo y deseo.

R.- Disfrutar lo que pueda. Hasta hoy la vida me ha permitido hacer lo que me dé la gana. Eso es lo que quiero, siendo entrenador, o en otra profesión fuera del fútbol.

Borja Fernández cuando se incorporó al cuerpo técnico de Javier Baraja con el Promesas Fotografía: Real Valladolid