A fuerza de trabajo e innovación, Carlos Sadness (Barcelona, 1987) es un realidad en la música. Tras una trayectoria en la que su ritmo ha acompañado a muchos jóvenes, su reinvención al pop más 'refrescante' ha supuesto la consagración de un cantautor que triunfa especialmente en un mercado tan complejo como el latinoamericano, llegando a sumar alrededor de dos millones de escuchas mensuales en la plataforma de Spotify.

El Español-Noticias de Castilla y León entrevista a un artista emergente que buscará hoy hacer las delicias de los pucelanos, en la Plaza Mayor a partir de las 22:30 horas. El cantautor regresará a Valladolid en sus Ferias y Fiestas de la Virgen de San Lorenzo tras haber actuado en diciembre de 2016 en el Porta Caeli.

Hace escasos meses estrenó 'Tuchico', ¿en qué se inspiró?

Salió en marzo para acompañar una gira que tuve en Latinoamérica, pero fue un capricho, una canción que tenía compuesta y no iba para el disco, que en vez de quedarse en el cajón nos hizo compañía por aquellos conciertos. Juega a ser una canción bailable con un mensaje bastante ácido como es esa petición de 'por qué no dejas a tu chico y vienes a brillar conmigo' que seguramente más de uno hemos vivido alguna vez. Actualmente estoy trabajando en el single 'Perreo Bonito' con La Bien Querida.

¿Qué significa para usted este tema?

'Perreo Bonito' será un EP. Tenía unas canciones un pelín más urbanas o con una sonoridad más latina de lo habitual, que no podían entrar todas en el disco por salirse del concepto y pensé en aprovecharlas para hacer un EP con ese mismo título. Son canciones emocionantes, con ritmos más modernos o cercanos a lo que llamamos 'perreo', pero con un contenido muy alejado del habitual en el reggeaton, por ahí va un poco la gracia del título y del trabajo en sí.

Es un clásico de los festivales de verano, ¿cómo los vive desde el escenario Carlos Sadness?

La verdad es que mi presencia en festivales es habitual desde casi el principio de mi carrera. Me he acostumbrado y me siento como en casa. Con cuatro discos tengo un repertorio que me permite adaptarme bien a ellos y a la vez a salas o formatos más íntimos. Yo disfruto de esa energía que hay en los festivales, me carga las pilas, me hace sentir muy afortunado ver a tanta gente cantando las canciones.

¿Disfruta más siendo el único artista o prefiere mayor variedad?

Todo me parece bien. Lo bueno de no ser el único es que hay gente que te descubre y que no te hubiera visto de otra manera. También cuando estás solo sabes que todas esas personas han ido a verte a ti y hay una comunión especial, hay un respeto importante en las canciones menos conocidas o lentas, puedes tocar más rato y salir de los 'hits' más populares. 

Se encuentra trabajando en un nuevo disco, ¿cómo lo lleva?

Sí, aunque a un ritmo muy relajado. Solo escribo cuando tengo algo que contar o alguna idea que me parece bonita o emocionante. Soy un poco clásico en ese sentido y no puedo seguir el ritmo de la música actual, del consumo veloz y voraz de canciones y la exigencia de la novedad continua. Espero que mis canciones sean algo más que una novedad semanal, que se queden más tiempo.

Comenzó con una banda de rock y, posteriormente, como Shinoflow en el rap. ¿Cómo fue ese proceso hacia un estilo más pop destinado a todos los públicos?

Comencé con una banda de rock, de hecho de la primera me echaron porque quería cantar en español y no en inglés. Decían que cantando en español no llegaríamos a nada, pero yo sentía que me disfrazaba cantando en inglés. Luego grabé algo de rap que era bastante particular en la escena de aquel entonces y me hice algo conocido, pero hace un montón de años de eso, casi veinte, era adolescente cuando empecé a hacer canciones, el mundo ha cambiado y mi música un poco también.

¿Necesitaba la industria musical un estilo más 'refrescante' como el suyo en España?

No sé si la industria musical me necesita o si me necesitó en algún momento, pero está claro que un proyecto no funciona si no es un poco particular, si no ofrece algo diferente. Muchas personas me dicen que soy un poco 'outsider' estilísticamente, es 'indie', pero no es 'mainstream' y es español pero no tanto, porque hay una esencia latinoamericana importante y eso me lleva a tocar mucho por allí. Supongo que esa personalidad ha encontrado un hueco.

Si por algo se le relaciona es por tocar el ukelele, ¿qué importancia ha tenido este instrumento en su trayectoria?

Lo toco en los shows, en algunos temas, pero no suena ni en el 10% de mis canciones. Me cae bien el ukelele y me hace compañía en el escenario. No soy un 'boomer' que desprestigie ningún instrumento por sencillo o infantil. Algunos artistas salen diciendo: "Habría que romper todos los ukeleles". Me parece una estupidez, es un instrumento que ha acercado la música a muchas personas. Es económico, poco pretencioso y no hace daño a nadie. La mayoría de himnos que quedarán de esta década se habrán compuesto con 'samples' y sintetizadores y no hay nada de malo en eso.

¿En qué punto de su carrera se encuentra?

No lo sé, uno siempre quiere pensar que lo mejor está por venir, pero la pandemia me fastidió muchos planes que estoy reconstruyendo con trabajo y paciencia. Mi último y cuarto disco ha sido el de mayor éxito, me da mucha satisfacción superarme a mí mismo y estoy trabajando para seguir en esa línea, pero sin volverme loco. O solo un poco, nada más.

Esta noche actuará en las Fiestas de Valladolid, ¿qué le tiene preparado a los pucelanos?

Suena típico, pero me hace mucha ilusión. Me encanta tocar en fiestas y cantar en plazas mayores es un sueño. Valladolid es una ciudad que al principio me costaba, ya que yo vengo de Barcelona y estoy lejos. Toqué en Porta Caeli hace unos años y fue brutal, hicimos 'sold out', vendimos todas las camisetas, fue maravilloso. Ahora toca un examen mayor, pero lo afronto con ganas, con un repertorio lleno de canciones que han conectado con mucha gente, una versión especial. Espero una gran noche.