El Pleno del Ayuntamiento de Valladolid finalizaba con tensión. Uno de los temas sobre los que los ciudadanos de Castilla y León más hablan en redes sociales son los continuos bloqueos que sufren en Twitter por parte de la cuenta oficial del Ayuntamiento. El portavoz de Vox, Javier García Bartolomé, ha sido quien sacaba la patata caliente en el debate.

“Esta semana han aparecido quejas de numerosos usuarios que han sido bloqueados por la cuenta oficial”, explicaba. Del mismo modo, afirmaba que se trataba de un problema de “imparcialidad y neutralidad”. Un hecho que tilda de “escandaloso” y asegura que esto se produce porque “están abonados a continuos publirreportajes pagados con el dinero de los vallisoletanos”.

El problema, según aclaraba el concejal Pedro Herrero García, viene de que los criterios están definidos y se necesita un mínimo de “respeto”. A lo que, desde Vox, respondían: “La crítica va en el sueldo de los que estamos en política”, una afirmación que ha hecho saltar al concejal que expresaba que la “critica sí, pero el insulto no”.

Sin embargo, lo cierto es que en redes sociales son numerosas las personas que se quejan diariamente de estos bloqueos. Una acción que se produce, en parte, por los comentarios despectivos que los usuarios realizan sobre el Ayuntamiento de Valladolid y sus representantes. No solo la cuenta oficial, sino que el propio alcalde, Óscar Puente, también ha tenido que lidiar con este tema en muchas ocasiones ya que, según expresaba el portavoz de Vox, “tiene bloqueada a media ciudad”.

Los argumentos, por parte del grupo socialista, son claros: “En Twitter no se bloquean ciudadanos sino cuentas. Se calcula que el 25% de las cuentas son ‘bots’ preparados para propagar contenidos falsos” y le señalaba mediante un “su partido sabe mucho de esto”.

Javier García parecía no estar de acuerdo con sus razonamientos y alegaba que ser críticos con la cuenta y manifestarse no es un comportamiento digno de bloqueo: “No se puede eliminar el derecho a la información”.

El alcalde, finalmente, también se unía a los alegatos manifestados por el concejal de su partido y decía que “no se puede defender el insulto como arma” y que “la libertad de expresión tiene sus limites y más para quienes representamos a los ciudadanos”.