Langostinos y laboratorio de la empresa Noray de Medina del Campo

Langostinos y laboratorio de la empresa Noray de Medina del Campo

Valladolid

Medina del Campo, donde nacen 'langostinos de meseta' que se crían a 300 kilómetros de la costa

La granja bajo techo de este crustáceo en la localidad es la única en el mundo que posee certificación europea que garantiza una acuicultura sostenible y comprometida con el reciclaje de residuos

23 diciembre, 2021 06:00

No es necesario salir al mar para pescar langostinos. Ni siquiera es requisito imprescindible estar cerca de la costa. Al menos no para la empresa Noray Seafood que lleva 13 años criando langostinos en plena meseta castellana. Esa donde reina el cultivo de secano, donde vastas extensiones de cereal crecen a lo largo y ancho de una región en la que abundan los rebaños de ovejas y donde el clima es de todo menos suave como lo es en el litoral. Precisamente aquí, en plena provincia de Valladolid, en la localidad de Medina del Campo se crían nada menos que 50 toneladas de langostinos al año, aunque pueden llegar a duplicar esta cantidad en función de la demanda del mercado.

Los 24 tanques que se reparten en unas instalaciones de 7.000 metros cuadrados reproducen fielmente las condiciones de salinidad, temperatura y nutrientes que los langostinos necesitan para crecer y alcanzar una maduración óptima. Tan solo son necesarios entre 3 y 4 meses para que estos crustáceos alcancen en el paladar una textura de carne tersa y sedosa que admite infinitas recetas antes de llegar a la mesa.

En sushi, ceviche, tartar, carpaccio, cocido, frito, a la plancha, guisados o al horno; el resultado siempre es el mismo, un producto de alto valor gastronómico que sale de Medina del Campo y que viaja por España y Europa, donde se consumen al año  930.000 toneladas de este producto, fresco, crudo o cocido.

Portugal, Francia, Noruega, Austria o Alemania son solo algunos de los países que se rinden al sabor de los langostinos con sello medinense. "Ahora mismo, tras un cambio de tendencia durante la pandemia, exportamos alrededor del 80% de la producción, a nivel europeo y el 20% restante lo comercializamos en España entre hoteles, restaurantes, caterings, grandes superficies y mercado online, el que más ha crecido desde la irrupción de la pandemia", explican desde la empresa.

Única en el mundo

Puede parecer sorprendente, pero la de Medina del Campo es la única granja del mundo que cría langostinos bajo techo con certificación de calidad ASC (Aquaculture Stewardship Council), sello que reconoce una producción responsable en el cultivo de productos de mar garantizada por acciones de sostenibilidad ambiental y de responsabilidad social.

El objetivo de esta certificación no es otro que el de obtener los mejores rendimientos sociales y medioambientales de la acuicultura, garantizando que la producción respete y promueva la conservación de la biodiversidad marina, los recursos naturales, el bienestar animal, la conservación, el buen uso de los recursos hídricos y una gestión responsable de los residuos. 

Libres de antibióticos y sulfitos, los langostinos 'made in' Medina del Campo llevan alegrando paladares desde 2008, cuando la innovadora idea de dos noruegos, Bjorn Aspheim y Jan Skybak, se materializó en un negocio que lleva ya más de una década reportando beneficios.

Imagen de las instalaciones de Noray Seafood en Medina del Campo

Imagen de las instalaciones de Noray Seafood en Medina del Campo

Por entonces, eligieron Medina del Campo por "su ubicación estratégica en el centro de la Península, cerca de la capital y a apenas cuatro horas de las costas españolas, hecho que permite cubrir la demanda nacional en muy poco tiempo, pero también la demanda de Portugal o Francia en un plazo de 24-48 horas", explican desde Noray.

En sus inicios las larvas procedían de Estados Unidos, pero el desarrollo continuo del cultivo de este crustáceo ha permitido que desde hace algunos años hayan conseguido cerrar el ciclo completo de reproducción. "Podemos decir que nuestros langostinos son nacidos y criados en España", apuntan desde la granja.

Hoy, sus 15 trabajadores conforman una plantilla que se dedica al peculiar negocio de criar crustáceos en plena meseta castellana, aunque se encuentran inmersos en un proceso de expansión nacional e internacional con una apuesta importante por la sostenibilidad para reducir la huella de carbono, con especial atención al ahorro de agua y con una inversión continua en I+D, una de sus claves de crecimiento.