Fachada de la librería Cervantes en Segovia Cedida
La librería segoviana con casi 120 años de historia: por aquí pasaron Machado, Jimmy Carter y los libros prohibidos
“Aquí se han vivido momentos de esplendor, y también se ha sufrido mucho”, explica Guillermo Herrero Gómez, bisnieto del fundador, y que es el actual propietario.
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Se podría considerar como un milagro. Guillermo Herrero Gómez lo tiene claro. Que en los tiempos que corren una librería haya cumplido con salud 119 años “es un milagro”. Por este motivo, la historia de la Librería Cervantes se merece ser plasmada en un libro porque como asegura el autor “es una página en la historia de Segovia”.
Esta librería refleja la realidad española y de Castilla y León de los últimos 120 años. “Aquí se han vivido momentos de esplendor, y también se ha sufrido mucho. La conjunción de esas luces y sombras ha configurado una trayectoria que merece la pena recordar por las lecciones que ofrece”, asegura el autor.
Fundada en 1906 por Cándido Herrero Bernal, la Librería Cervantes es un emblema cultural de Segovia que ha perdurado a lo largo de más de un siglo, adaptándose a los cambios y manteniéndose como un referente en la vida intelectual de la ciudad.
Guillermo Herrero, bisnieto del fundador, es el actual propietario. “Criado entre libros”, devoraba los tebeos del Capitán Trueno y acompañaba con frecuencia a su padre en las gestiones propias del negocio, como cuando iba a San Quirce a comprar polvorientos libros almacenados en el campanario de aquella iglesia. Licenciado por partida doble, en 2018 inició una nueva etapa profesional en la empresa familiar. Y él se ha encargado de dar el toque 2.0 a un comercio que forma parte del ADN de los segovianos.
Originalmente estuvo ubicada en la calle San Francisco, se trasladó en 1916 a su actual emplazamiento en la calle Cervantes, donde ha sido testigo de innumerables acontecimientos históricos y ha servido de punto de encuentro para generaciones de lectores y pensadores.
Durante la década de 1920, la librería se consolidó como un centro neurálgico para la élite intelectual segoviana, ofreciendo alrededor de casi un millar de referencias en libros. No faltaban los catecismos de Astete, los silabarios para aprender a leer, los famosísimos Cuentos de Calleja, calendarios zaragozanos y los cuadernos de dibujo Ferrer y Miró. Aunque el best seller siempre eran las obras de Emilio Salgari (Sandokán y el Corsario Negro). Además de 800 en artículos de papelería. Aquí se podía encontrar de todo. Abrecartas, compases, lápices, libretas, pinceles, pizarras, reglas, tinta china y hasta papel higiénico.
Figuras destacadas, como los fundadores de la Universidad Popular, eran clientes habituales que adquirían productos a crédito.
En la década de 1930 comenzó a forjarse una entidad que aglutinara a todos los comercios del centro histórico de Segovia. Además, estaba muy implicada en la realidad social de la ciudad. En una ocasión donó una pluma estilográfica para que fuera sorteada entre los aficionados de la Gimnástica, de la que era colaboradora.
Delito de espionaje
La Guerra Civil Española dejó una profunda huella en la familia propietaria. Francisco Herrero Valduvieco, hijo del fundador, fue ejecutado en 1938 acusado de espionaje para el bando republicano. Al alba, como la canción de Aute, fue fusilado por “delito de espionaje y conspiración”.
A pesar de esta tragedia, la librería logró recuperarse rápidamente en la posguerra, impulsada por la venta de libros de texto y material escolar, convirtiéndose en un pilar esencial para la educación en Segovia. “El apoyo de la librería Cervantes a la causa republicana fue meridiano”, apunta el autor.
Además, en Cervantes se vendían muchos de los denominados libros prohibidos. “Lógicamente no eran expuestos en el escaparate”, recuerda Guillermo. Se guardaban celosamente en un espacio de la trastienda, a la que solo tenían acceso los clientes habituales o aquellos lectores que “a primera vista parecían no simpatizar con el régimen de Franco”.
En los años 60, la Librería Cervantes vivió su época dorada, abasteciendo de libros y material escolar tanto a la capital como a las escuelas de la provincia. Este auge se debió en gran medida a su capacidad para adaptarse a las necesidades de la comunidad educativa y a su compromiso con la difusión del conocimiento.
Visitas ilustres
A lo largo de su historia, la librería ha recibido visitas de personajes ilustres. Antonio Machado, por ejemplo, solía detenerse frente a su escaparate durante sus paseos diarios, descansando y observando las novedades literarias. Más recientemente, el expresidente estadounidense Jimmy Carter entró en el establecimiento en busca de peonzas, reflejando la diversidad y singularidad de los productos ofrecidos.
En la actualidad, Guillermo Herrero Gómez, bisnieto del fundador, está al frente del negocio. Bajo su dirección, la librería ha incorporado tecnologías modernas, incluyendo la creación de una página web en 2016 para facilitar la adquisición de libros y adaptarse a las nuevas demandas del mercado.
Él ha sido el encargado de poner la historia en un libro que como dice el título es una “una página en la historia de Segovia”. Con la llegada de la democracia, el pequeño comercio sufrió mucho pero la librería se mantuvo en pie.
A lo largo de este tiempo Librería Cervantes ha recibido, por su dilatada trayectoria, el premio ‘Marqués de Lozoya a la mejor tarea cultural’ o el del ‘Premio Comercio Tradicional’, otorgado en el año 2019 por la Junta de Castilla y León.
A pesar de los desafíos que enfrentan las librerías tradicionales en la era digital, la Librería Cervantes continúa siendo un símbolo de resistencia cultural y un espacio donde la pasión por la lectura y el conocimiento se mantiene viva.
El legado de la Librería Cervantes es testimonio de la importancia de preservar los espacios culturales que enriquecen la vida de una comunidad. Su historia refleja no solo la evolución de un negocio familiar, sino también la de una ciudad que ha sabido valorar sus creencias.