David Bustamante junto a Alberto y Cristina, nietos de Cándido e hijos de Alberto Cándido

David Bustamante junto a Alberto y Cristina, nietos de Cándido e hijos de Alberto Cándido Mesón Cándido Instagram

Segovia

Bustamante visita Segovia por un motivo especial y saborea el cochinillo del restaurante más famoso de la ciudad

El cantante ha disfrutado de un inmejorable día en la ciudad castellana y leonesa junto a grandes amigos.

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Muchas caras conocidas eligen Castilla y León para vivir grandes momentos y celebrar días especiales. Algunos restaurantes se han convertido en una parada obligatoria para los famosos y, si hablamos de la provincia de Segovia, todo el mundo ha escuchado hablar del Mesón Cándido. 

En este establecimientose han sentado reyes, reinas, príncipes, estrellas de Hollywood, presidentes del Gobierno y artistas. Un precioso restaurante que se ubica próximo al Acueducto y que puede presumir de haber dado de comer a las personas más conocidas del mundo. 

Una empresa familiar que sirve el cochinillo, plato estrella de la provincia, como nadie. Un manjar que parten con el borde de un plato y, las generaciones posteriores, han logrado mantener este legado. 

No es el único espacio con el que cuentan, ya que tienen un hotel, donde se encuentra la Finca de los Jazmines, especializada en ceremonias de todo tipo y grandes eventos. Por ella, también han pasado las caras más famosas del momento. 

Y, este fin de semana, fue el turno de David Bustamante. El pasado sábado, la finca de bodas fue protagonista del enlace entre el deportista Roberto Carretero y su mujer Karmen Arteaga. "Una celebración llena de buenos momentos donde no faltaron grandes amigos", expresan desde el Mesón Cándido. 

Y entre los asistentes se encontraba él, David Bustamante, quien también pudo disfrutar de la fiesta "en un ambiente inmejorable". Alberto y Cristina, nietos de Cándido e hijos de Alberto Cándido, también estuvieron presentes en esta ceremonia. 

Acompañaron a los novios y a los invitados en una "jornada memorable", controlando que cada detalle "estuviera a la altura de un día tan especial". "Un placer haber formado parte de esta celebración", afirmaban.

Como no podía ser de otra forma, en la boda no faltó el cochinillo ni la tradicional forma de partirlo. Plato en mano, y ya siendo marido y mujer, Roberto y Karmen pudieron saborear de este manjar, partiéndolo y tirando el plato al suelo.