Los días libres están para aprovecharlos, y más ahora que el buen tiempo se empieza a notar. Los rayos de sol, el respirar aire puro y el disfrutar de un día de aventura con la familia, pareja, amigos o en solitario no tiene precio. Por eso, a muchos lo que les apetece en esta época es disfrutar de una buena ruta de senderismo y, quizá, haya muchas que se escapen dado que Castilla y León es una tierra llena de rincones mágicos para pasarlo en grande.

Rutas de senderismo hay muchas y muy variadas, dependiendo del nivel de dificultad, distancia, las vistas que se deseen, y un largo sinfín de características, se pueden encontrar unas u otras. Sin embargo, hay una que es especial, diferente y que logra conquistar a todos los que pasan por ella cada día.

Está ubicada en la provincia de Segovia y seguro que muchas personas han oído hablar de ella, o han tenido el privilegio de poder hacerla. Es la Senda de los Pescadores y no deja indiferente a nadie. Tiene una longitud de unos 20 kilómetros, lo que supone un tiempo de unas 5 o 6 horas para hacerla, pero cada persona la puede adecuar a su gusto y acortar el trayecto según se quiera.

Tres mujeres caminando por la Senda de los Pescadores Diputación de Segovia

Desde el vértice geodésico situado junto a la ermita de San Cebrián, en el término municipal de Zarzuela del Pinar, puede contemplarse hacia el norte, una de las masas arbóreas más extensas de Europa. Un increíble bosque de pino resinero o negral que se extiende en todas las direcciones casi hasta donde la vista no consigue llegar. Una impresionante masa forestal conocida como Tierra de Pinares.

No cabe duda de que esta es una joya que el bosque esconde. El río Cega atraviesa la Tierra de Pinares en dirección a las inmediaciones del puerto de Navafría. En él se encuentra un verdadero tesoro botánico repleto de chopos, sauces, fresnos, alisos, avellanos, manzanos silvestres, espino albar y un largo etcétera de plantas herbáceas y dos autenticas sorpresas que son el pino silvestre y el abedul.

Tal es su importancia que durante siglos ha sido fuente de riqueza y modo de vida de poblaciones limítrofes. Del pino se aprovechaba casi todo, desde su madera para realizar utensilios y materiales de construcción hasta sus ramas y piñas para hacer carbón vegetal. Además de todo ello, estos bosques tienen una gran riqueza micológica, lo que hace que los fines de semana estén llenos de aficionados a este manjar.

Una imagen panorámica de la Senda de los Pescadores Diputación de Segovia

Pero ¿cómo es la Senda de los Pescadores y cuál es su itinerario? El punto de partida está en el Puente Segoviano situado en la carretera A-601 y a tan solo tres kilómetros de la villa de Cuéllar. Un recorrido que se divide en siete trayectos diferentes que suman 16,5 kilómetros. Un agradable camino que va acompañado por la tranquilidad que otorga el sonido del río. Destaca que, a lo largo del trayecto, se puede observar el avellano y contemplar sus frutos en otoño. Además, también tiene un toque de aventura dado que tienes que atravesar puentes y pasarelas de madera.

El último tramo de esta ruta discurre junto al río y remonta por medio de unos escalones asentados con madera hasta llegar a una pequeña área recreativa formada por mesas y bancos de madera donde se puede hacer un descanso o aprovechar para comer algo después de esta larga caminata.

Un camino que sigue por el borde del cañón hasta llegar a alcanzar una panorámica aérea del curso del rio. Una ruta de senderismo que no deja de sorprender y es que a la altura del paraje conocido como El Manzano- Sotocivieco se ubica la antigua caseta de resineros con un especial color blanco y que estos usaban para refugiarse de las inclemencias meteorológicas.

Uno de los caminos segovianos por los que discurre la Senda de los Pescadores Diputación de Segovia

Lo cierto es que hay una curiosidad que llama la atención y no es más que su nombre. La Senda de los Pescadores, dado que son muchos quienes aprovechan para practicar este deporte. Sin embargo, cabe viajar al pasado y recordar que en 1616 y 1656 se prohibió la pesca en el río Cega a causa del descenso de las poblaciones de peces existentes como consecuencia del uso de una planta llamada el gordolobo.

En definitiva, un lugar único que merece ser visitado, al menos, una vez en la vida y que se convierte en una escapada perfecta para esta primavera.