Francisco Blanco Antona posa en Chicago Cedida
Francisco Blanco, el cirujano salmantino que juega en la 'Champions’: “La IA transformará el quirófano”
El jefe del Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca ha recibido en Estados Unidos el nombramiento como miembro del Colegio Americano de Cirujanos, uno de los máximos reconocimientos internacionales.
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El jefe del Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca (CAUSA), Francisco Blanco Antona, ha recibido en Chicago uno de los reconocimientos más relevantes de la cirugía internacional: su nombramiento como Fellow del American College of Surgeons (ACS).
Una distinción que, según él mismo reconoce, es “todo un honor personal y profesional, un orgullo difícil de describir”. EL ESPAÑOL Noticias de Castilla y León tiene el honor de hablar con él.
Este hito no llega de repente. Forma parte de un camino largo y exigente. En 2009 obtuvo el título de Fellow Europeo en Coloproctología y un año después superó el examen BOARD de la UEMS, convirtiéndose en Fellow del European Board of Surgery. “Este nuevo reconocimiento del ACS afianza mi compromiso con la excelencia quirúrgica y con el aprendizaje continuo”, afirma.
El ACS no solo evalúa la competencia técnica: también valora la ética, la calidad asistencial y la contribución a la formación. “El proceso es muy riguroso y no se limita a revisar los méritos profesionales”, explica el cirujano.
En su caso, cree que se han tenido en cuenta “la constancia, la carrera docente e investigadora y el desarrollo de una cirugía moderna y altamente especializada en Salamanca”.
El salmantino subraya que este logro no es solo suyo. “Es imposible alcanzar un reconocimiento así únicamente con esfuerzo individual”, insiste. “Está sustentado en la confianza institucional y en un equipo formidable, que también es parte de este logro”.
Para el especialista, su incorporación al ACS “trasciende lo personal”. Afirma que supone un motivo de orgullo para Salamanca, para Castilla y León y para la propia cirugía española. “En nuestros hospitales públicos se hace una cirugía de primer nivel, comparable a la de los grandes centros internacionales”, sostiene.
Formar parte de esta red mundial de más de 90.000 cirujanos es, además, una plataforma para proyectar ese trabajo. “Integrarse en el ACS es integrarse en una comunidad global que promueve los estándares más altos de calidad, seguridad y ética”, destaca.
La pertenencia a esta red abre puertas a colaboraciones científicas, intercambios profesionales y foros donde se define el futuro de la especialidad. “Poder compartir experiencias con cirujanos de referencia mundial es una oportunidad única”, asegura. “En un contexto donde la cirugía evoluciona tan rápido, estar conectado globalmente es esencial para mantener la excelencia asistencial”.
Durante más de dos décadas, Blanco Antona ha vivido en primera persona la revolución técnica de la cirugía general y digestiva. “Hemos pasado de la cirugía abierta a la laparoscopia, y ahora la cirugía robótica es ya una realidad cotidiana”, apunta.
Francisco Blanco en el Complejo Universitario de Salamanca Cedida
Estos avances han cambiado no solo los resultados clínicos, sino también el rol del cirujano, que hoy debe ser un profesional altamente especializado y preparado tecnológicamente.
Pero insiste en que la evolución no es solo técnica. “La cirugía actual es más segura, más multidisciplinar y más centrada en el paciente”, afirma. La implantación de programas como ERAS o la prehabilitación, añade, “ha transformado por completo nuestra forma de entender el proceso quirúrgico”.
Referente en cirugía mínimamente invasiva y patología colorrectal, Blanco Antona destaca que la laparoscopia, la robótica y las nuevas herramientas de imagen han supuesto una auténtica revolución. “La fluorescencia, la reconstrucción 3D o la navegación quirúrgica nos permiten ver mejor y operar mejor”, resume.
Aun así, recalca que el avance más importante no se basa en la tecnología en sí, sino en el uso que se hace de ella. “El verdadero progreso está en humanizar la cirugía, en adaptar cada tratamiento al paciente y conseguir intervenciones menos invasivas y más seguras”.
La cirugía del futuro
Para Blanco Antona, el futuro ya está definido. “La cirugía del futuro será más inteligente”, afirma. Considera que la robótica es ya presente, pero que la gran revolución vendrá de la mano de la inteligencia artificial.
“La IA transformará todo el proceso quirúrgico: desde la planificación hasta la toma de decisiones en quirófano”, explica.
La cirugía personalizada será otro de los grandes pilares: “Adaptaremos la estrategia quirúrgica no solo a la anatomía, sino a la biología del paciente, integrando genómica, radiómica y análisis de datos”.
En centros como el CAUSA, el principal desafío es mantener la excelencia en un contexto de demanda creciente y recursos limitados. “Debemos reorganizarnos, optimizar tiempos y apostar por la eficiencia sin comprometer la seguridad del paciente”, apunta.
A ello se suma la exigencia docente e investigadora propia de los hospitales universitarios. “Formar a nuevos cirujanos y generar conocimiento requiere tiempo, estructura y apoyo institucional”, recuerda.
La investigación, una asignatura aún pendiente
Aunque reconoce la calidad técnica y científica de la cirugía española, Blanco Antona admite que “la investigación clínica sigue siendo uno de los grandes retos”. La falta de tiempo y de estructura dificulta que la innovación asistencial se traduzca en producción científica.
Aun así, destaca que el panorama está cambiando, ya que “cada vez hay más grupos participando en redes multicéntricas y colaborando con ingenieros o expertos en IA”.
“El nivel de la cirugía española es excelente”, afirma. Destaca la calidad asistencial, la multidisciplinariedad y el liderazgo en áreas como la cirugía mínimamente invasiva o los programas ERAS. No obstante, señala que “debemos mejorar la proyección internacional y la participación en ensayos y foros globales”.
El nuevo reconocimiento reforzará una línea de trabajo que el servicio ya venía desarrollando. “Participamos en programas internacionales de cirugía mínimamente invasiva, colorrectal y politrauma, y mantenemos colaboraciones activas con centros europeos y americanos”, explica.
Su vínculo con la Université Libre de Bruxelles, donde se formó, sigue siendo una fuente constante de proyectos. Y el ACS, añade, “nos permitirá abrir nuevas vías de colaboración en investigación y formación”.
Sus maestros
Blanco Antona reconoce dos figuras determinantes en su trayectoria. Una fue el Dr. Santiago Azagra, en Bruselas, quien le mostró “una forma precisa, elegante y respetuosa de entender la cirugía”.
La otra, su maestro Eduardo García-Granero, en Valencia: “De él aprendí técnica, rigor científico y, sobre todo, una forma profundamente humana de vivir la cirugía”. Ese legado, asegura, “sigue guiando cada día mi manera de entender esta profesión”.
A pesar de los logros, su motivación sigue intacta. “Lo que me mueve hoy es exactamente lo mismo que me llevó a elegir la medicina: ayudar, mejorar la vida de los pacientes y seguir aprendiendo”. Le ilusiona acompañar a los residentes en su crecimiento y asumir nuevos proyectos asistenciales y docentes.
En cuanto a sus metas a futuro, lo tiene claro: “Mi sueño es llegar a la jubilación con la misma ilusión, vocación y entrega que tengo hoy”.
Entre sus objetivos destacan consolidar definitivamente la cirugía robótica en el CAUSA y seguir desarrollando su carrera docente en la Universidad de Salamanca.