En la imagen Cristina Antón, guía del Yacimiento arqueológico de Siega Verde, muestra grabados del Paleolítico superior de entre 17000 y 20000 años de antigüedad. ICAL
Siega Verde, la joya del paleolítico al aire libre escondida en un pueblo de Salamanca
El enclave cumple quince años como Patrimonio Mundial y consolida su papel como epicentro del arte rupestre europeo al borde del río Águeda.
Más información: El ambicioso proyecto realizado en Salamanca para preservar el arte rupestre de Siega Verde
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A quince kilómetros de Ciudad Rodrigo, en la localidad de Villar de la Yegüa, entre las lomas del oeste salmantino y a pocos pasos de la frontera portuguesa, se esconde uno de los mayores tesoros arqueológicos de la península ibérica.
Siega Verde no es una cueva, no hay que agacharse ni adentrarse en galerías. Todo lo contrario: se camina a cielo abierto.
En el margen del río Águeda, este yacimiento al aire libre conserva más de 400 figuras grabadas en piedra, testimonio de la vida, la fauna y el arte simbólico de quienes habitaron este entorno hace más de 20.000 años.
Fue descubierto en 1988 por el arqueólogo Manuel Santonja, cuando entonces dirigía el Museo de Salamanca.
Su hallazgo, un caballo grabado sobre pizarra, abrió una nueva lectura sobre el arte paleolítico en la península, hasta entonces casi exclusivamente vinculado a cuevas como Altamira.
Junto al cercano Valle del Côa en Portugal, Siega Verde vino a demostrar que el arte rupestre al aire libre existía y que merecía el mismo reconocimiento.
Quince años de protección mundial
Aunque el sitio ya fue declarado Bien de Interés Cultural en 1998, no fue hasta el 1 de agosto de 2010 cuando Siega Verde obtuvo el respaldo definitivo: su inscripción en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Desde entonces, comparte este estatus con el Valle del Côa bajo la denominación conjunta de “Sitios de Arte Rupestre Prehistórico del Valle del Côa y de Siega Verde”. En conjunto, forman el mayor conjunto de arte paleolítico al aire libre de Europa.
En sus paneles, repartidos a lo largo de tres kilómetros de ribera, se identifican caballos, ciervos, bisontes, uros, cabras, felinos o incluso rinocerontes lanudos, muchos de ellos representados mediante la técnica del piqueteado o la incisión.
Algunas figuras presentan un detalle inusual: varias cabezas yuxtapuestas, como si el autor hubiera querido plasmar movimiento. La cronología mayoritaria de estos grabados se sitúa entre el Solutrense y el Magdaleniense, es decir, entre los 17.000 y 14.000 años atrás.
Yacimiento de arte rupestre de Siega Verde (Salamanca) ICAL
Un patrimonio aún por explorar
Pese al tiempo transcurrido desde su descubrimiento y su alto valor cultural, Siega Verde ha vivido buena parte de su historia reciente en relativo silencio. Las visitas son aún modestas y muchos salmantinos no conocen que a apenas una hora de sus casas se encuentra un sitio arqueológico único en el mundo.
Esa realidad ha empezado a cambiar en los últimos dos años, desde la creación de la Fundación Siega Verde, que agrupa a varios ayuntamientos del entorno y que cuenta con la Junta de Castilla y León como patrono principal.
La Administración regional ha intensificado su apoyo económico al enclave, que en el bienio 2024-2025 recibe 450.000 euros para acciones de difusión, mantenimiento y promoción.
Además, el plan más ambicioso hasta la fecha está ya en marcha: una Actuación de Cohesión en Destinos, financiada con fondos europeos Next Generation, que invertirá más de 3,3 millones de euros hasta 2026.
Su objetivo: transformar el actual centro de recepción en un espacio experiencial, crear un ecoparking con bajo impacto visual y dotar al conjunto de nuevos recursos tecnológicos.
Conservar, investigar y divulgar
Uno de los proyectos estrella que ya se desarrolla es la creación de un gemelo digital del yacimiento, impulsado por la Universidad de Salamanca.
Este modelo tridimensional servirá para monitorizar los paneles grabados, controlar los factores climáticos que puedan dañar las rocas, y permitir el estudio en laboratorio de las representaciones sin necesidad de intervención directa.
También facilitará una difusión más amplia, a través de aplicaciones y recursos virtuales que mostrarán incluso los grabados no accesibles al público.
En paralelo, se están llevando a cabo trabajos de conservación ligados a la vegetación, especialmente líquenes, que cubren o deterioran las superficies grabadas.
Yacimiento de arte rupestre de Siega Verde (Salamanca) ICAL
Una visita que conecta con la historia
Las visitas a Siega Verde están abiertas al público, aunque se limitan a grupos pequeños para preservar el entorno.
A lo largo del recorrido guiado se pueden observar catorce paneles seleccionados y aprender, de la mano de especialistas, las claves de un arte que sigue despertando preguntas.
Las rutas se ofrecen de miércoles a domingo en julio, y de martes a domingo en agosto, con opción también de visitas nocturnas los fines de semana.
El terreno dispone además de un centro de interpretación con reproducciones, maquetas, material didáctico y accesibilidad adaptada.
En su entorno, lugares como Ciudad Rodrigo, San Felices de los Gallegos o el Parque Natural de Arribes del Duero complementan una oferta cultural y natural de primer nivel.
En estos días en los que se cumplen 15 años de su declaración como Patrimonio Mundial, Siega Verde se reivindica no solo como huella del pasado, sino como oportunidad para el futuro de toda una comarca.