Juan Pedro Bolaños, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Salamanca en su laboratorio del IBFG

Juan Pedro Bolaños, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Salamanca en su laboratorio del IBFG USAL-CSIC

Salamanca

Este es el científico salmantino que quiere demostrar que tu cerebro escucha lo que comes y cómo te mueves

La USAL logra una ayuda europea histórica para investigar cómo lo que comemos y cómo nos movemos puede prevenir la pérdida de memoria.

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Cuidar la memoria no empieza a los 70. Empieza ahora, con lo que decides poner en tu plato y con las veces que sales a caminar, a correr o a moverte.

Esa es la idea que hay detrás de NeuroSTARS, el ambicioso proyecto que lidera el científico salmantino Juan Pedro Bolaños, catedrático de Bioquímica de la Universidad de Salamanca.

Su investigación acaba de recibir 2,5 millones de euros del Consejo Europeo de Investigación, convirtiéndose en la primera Advanced Grant que logra la USAL en toda su historia.

¿El objetivo? Entender cómo nuestros hábitos de vida influyen en el cerebro y en el deterioro cognitivo asociado al envejecimiento.

Es decir, si comer bien y hacer ejercicio pueden marcar la diferencia real a la hora de prevenir la pérdida de memoria. Y no solo eso: cómo exactamente lo hacen, qué mecanismos están detrás y qué papel juegan unas células clave del cerebro llamadas astrocitos. 

“Podrían ser como sensores internos que traducen lo que hacemos cada día en cambios en el funcionamiento del cerebro”, explica Bolaños.

Esas células, con forma de estrella, han sido durante décadas las grandes olvidadas: estaban ahí, pero se las consideraba simples ayudantes de las neuronas. Ahora, gracias a este proyecto, podrían convertirse en las verdaderas protagonistas de una nueva forma de entender la salud mental.

Para investigar todo esto, el equipo trabajará con modelos animales, estudios metabólicos, análisis cerebrales y pruebas cognitivas.

El objetivo final es elaborar un “atlas del metabolismo cerebral”, algo así como un mapa de cómo reaccionan los astrocitos a lo largo de la vida ante diferentes estilos de vida.

Y lo más interesante: ver si es posible revertir o potenciar esos efectos cambiando directamente el metabolismo de esas células.

NeuroSTARS se desarrollará durante los próximos cinco años en el Instituto de Biología Funcional y Genómica (IBFG), un centro mixto de la Universidad de Salamanca y el CSIC.

Para Bolaños, más allá del reconocimiento personal, este logro marca un antes y un después para la USAL: “Es una oportunidad para que más investigadores se animen a competir por estos proyectos y para atraer talento científico a Salamanca”.