La técnica HIFU que está cambiando vidas en Salamanca Luis Cotobal

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“En dos horas, apagamos el temblor y devolvemos la vida”: Guilherme Carvalho, neurólogo del hospital de Salamanca

La técnica HIFU permite tratar el temblor esencial sin cirugía, en tiempo récord y con resultados que superan el 90% de eficacia.

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No hubo bisturí. Tampoco puntos de sutura. Ni un quirófano al uso. Solo un marco metálico, una resonancia magnética y un haz de ultrasonidos que atravesó el cráneo sin tocarlo.

Al terminar el procedimiento, la paciente no pudo contener las lágrimas: “Volver a pintarme los labios y los ojos es algo que no puedo explicar”. En esa sala, los médicos también lloraron a su lado.

Así fue el primer día que el doctor Guilherme Carvalho, neurólogo del Hospital Universitario de Salamanca, aplicó la técnica HIFU a una paciente con temblor esencial severo, un trastorno neurológico que sabotea los gestos más simples del día a día.

Este avance ha sido posible gracias a la incorporación de la prestación autonómica impulsada por la Junta de Castilla y León, que ha dotado al hospital con un equipo de Ultrasonido Focalizado de Alta Intensidad (HIFU) tras una inversión de tres millones de euros a través de la Consejería de Sanidad.

Desde aquel momento, en enero de este año, ya son 26 los pacientes tratados, y el hospital se ha colocado en primera línea, no solo en Castilla y León, sino en todo el país.

Lo que parecía ciencia ficción, ya pasa en Salamanca

El HIFU, acrónimo de High Intensity Focused Ultrasound, es una técnica que suena a futuro, pero ya está aquí. Permite “apagar” partes muy concretas del cerebro responsables del temblor, sin abrir la cabeza. Se trata de una técnica en la que participa un equipo multidisciplinar de profesionales sanitarios.

El procedimiento, guiado por imagen, produce una pequeña lesión térmica en el punto exacto donde se origina el trastorno. “Hace una década esto era impensable. Siempre se hacía con cirugía abierta”, cuenta Carvalho. Ahora, el paciente entra el domingo, se trata el lunes y el martes desayuna en casa.

Guilherme Carvalho, neurólogo del Hospital Universitario de Salamanca

Guilherme Carvalho, neurólogo del Hospital Universitario de Salamanca Luis Cotobal

Eso sí, no todo el mundo puede acceder al tratamiento. Primero, debe tratarse de un temblor invalidante, y el paciente tiene que haber probado ya sin éxito los medicamentos tradicionales.

Además, hay una barrera física: el grosor del cráneo. Si es demasiado denso, los ultrasonidos no pueden atravesarlo. “Pero la edad no importa. Hemos tratado a personas de 18 y también de más de 80 años”, asegura el neurólogo.

Resultados que hablan por sí solos

Los porcentajes impresionan: más del 90% de los pacientes mejora su calidad de vida, y entre un 80 y un 90% ve desaparecer el temblor casi por completo. “En algunos casos hemos logrado una mejora del 100%”, afirma.

Y por ahora, ni rastro de recaídas: “Aún es pronto para hablar de recaídas, porque no todos han llegado al año de seguimiento. Pero de momento, ninguno ha vuelto a temblar”.

Sara Márquez Batalla, licenciada especialista en radiodiagnóstico

Sara Márquez Batalla, licenciada especialista en radiodiagnóstico Luis Cotobal

Detrás de cada número una vida distinta

Las estadísticas importan, pero lo que de verdad deja huella son las historias. Como la de un paciente que fue despedido multitud de veces por culpa del temblor.

“Iba ilusionado a cada nueva empresa, pero en cuanto lo veían, le decían que no estaba capacitado. Después del tratamiento, volvió a trabajar. Eso, para nosotros, es impagable”, confiesa el doctor.

No siempre hay un final feliz. Y cuando toca decirle a alguien que no puede recibir el tratamiento, el trago es duro. “En pacientes mayores de 70 años, cuando no hay alternativa quirúrgica, es especialmente difícil. Algunos lloran. Ven esto como su última oportunidad”, reconoce.

Salamanca en boca de todos

En apenas cuatro meses, el equipo ha conseguido una fluidez que muchos tardan años en alcanzar. Cada lunes se tratan dos personas, y el protocolo salmantino ha empezado a circular por otros hospitales.

“Nos han felicitado desde toda España. Incluso compañeros de Castilla-La Mancha nos han pedido nuestros procedimientos. Queremos demostrar que en Castilla y León también se hace medicina puntera”, dice Carvalho.

Equipo de profesionales de la técnica HIFU durante el tratamiento de un paciente

Equipo de profesionales de la técnica HIFU durante el tratamiento de un paciente Luis Cotobal

El objetivo ahora es publicar los resultados y generar conocimiento científico propio. Y que Salamanca siga siendo una referencia, no solo para quienes sufren temblores, sino para toda la neurociencia.

¿El principio del fin de la cirugía?

La estimulación cerebral profunda sigue siendo la técnica más eficaz en párkinson complejo, pero tiene sus riesgos: requiere abrir el cráneo, colocar electrodos, y conlleva un postoperatorio más largo.

“Con el HIFU no hay quirófano, ni infecciones, ni hospitalización prolongada. Estoy convencido de que acabará por sustituir al DBS”, vaticina el neurólogo.

Un mensaje claro: no tengan miedo

Carvalho lanza una invitación directa: “Que no tengan miedo. Que se informen y pidan a su neurólogo ser derivados. Aquí los vamos a tratar con el máximo cariño, vengan de donde vengan”.

Cada lunes, en una sala del Hospital de Salamanca, hay personas que recuperan lo que creían perdido. Y no lo hacen con bisturí, sino con precisión, ciencia y una segunda oportunidad para volver a pintarse los labios.