El alcalde de Santa Marta y parte de la Corporación municipal junto al equipo docente, los alumnos y algunos de los usuarios del nuevo servicio.
La localidad salmantina que apuesta por la inclusión: 25 vecinos reciben menús completos y apoyo laboral
Un nuevo catering social garantiza alimentación diaria y formación a personas vulnerables, apoyando también al comercio local y la empleabilidad juvenil.
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La inclusión social se cocina cada día en la Escuela Municipal de Hostelería de Santa Marta de Tormes, donde ha arrancado un programa pionero que combina la ayuda alimentaria con la formación y la generación de empleo.
Veinticinco vecinos en situación de vulnerabilidad, previamente seleccionados por el área de Servicios Sociales, reciben desde esta semana un menú completo diario elaborado por alumnos en formación, gracias al nuevo servicio de catering social puesto en marcha por el Ayuntamiento en colaboración con la Junta de Castilla y León.
El arranque de este servicio ha contado con el respaldo del alcalde, David Mingo, y varios miembros del equipo de Gobierno, que han querido acompañar a los usuarios en este primer reparto y conocer de cerca una iniciativa que supone un paso más en la atención social.
El menú inaugural, compuesto por sopa de verduras, pollo guisado y manzana, marca el tono de una oferta diaria equilibrada y saludable, adaptada a los estándares de calidad profesional y con un claro compromiso con la dignidad de las personas beneficiarias.
El programa, financiado con más de 220.000 euros a través de la Acción de Formación y Empleo “Catering social”, dará trabajo y experiencia durante nueve meses a ocho alumnos, que son los encargados de preparar y distribuir las comidas tras una formación específica que comenzó en marzo. Para ellos, supone una oportunidad real de inserción laboral en el sector de la hostelería, a la vez que contribuyen a mejorar la vida de sus vecinos.
Las comidas se reparten de lunes a viernes e incluyen primer y segundo plato, postre, pan y agua mineral, siguiendo criterios de profesionalidad y aprovechando productos frescos y de proximidad adquiridos en comercios locales. Así, el programa cubre una necesidad básica a la vez que genera valor económico y ayuda a fijar población, apoyando al pequeño comercio de la localidad.
El servicio está pensado también para facilitar la vida a personas con movilidad reducida. En estos casos, pueden designar a una persona de confianza para recoger el menú, siempre presentando la autorización correspondiente.
“Existen muchas personas con carencias alimenticias derivadas de la dificultad para hacerse la comida, por cuestiones de edad o problemas de movilidad. La labor social de este programa le da un valor añadido y repercute de forma directa en los vecinos”, ha subrayado el alcalde, que recuerda que la iniciativa da continuidad al antiguo comedor social, pero ahora con la ventaja de que los usuarios pueden llevarse el menú a casa.