El fotógrafo y cofrade salmantino Alejandro Pérez en una entrevista para EL ESPAÑOL de Castilla y león
“No quiero postureo, quiero emoción”: así dispara Alejandro Pérez su cámara en plena Semana Santa
La muestra del joven fotógrafo salmantino capta lo que rara vez se ve desde la acera: la emoción cruda, el temblor de la fe y la belleza en los márgenes de cada procesión.
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Una vela encendida con un mechero tembloroso. El rostro de un nazareno cubierto por lágrimas. El peso invisible -pero muy real- de una cruz de madera. Son detalles que pasan desapercibidos entre el incienso y la solemnidad, pero que el objetivo de Alejandro Pérez López ha aprendido a captar con precisión quirúrgica.
A sus 19 años, este salmantino presenta su exposición “Instantes cofrades. Luces y sombras de la devoción”, una selección de cuarenta fotografías que narran, desde la emoción más honesta, lo que ocurre detrás de la Semana Santa.
Lo hace desde dentro, porque Alejandro además de fotógrafo, también es hermano de carga en la Congregación del Santo Entierro desde los 16 años. De hecho, fue precisamente esa experiencia la que le despertó la necesidad de contar la Semana Santa con imágenes. “Fue mi tío quien me animó a cargar por primera vez. Desde entonces, lo entendí todo”, cuenta.
Entre Salamanca y Sevilla
La exposición reúne 33 fotografías de la Semana Santa salmantina y otras 7 de la ciudad de Sevilla, donde Alejandro tuvo la oportunidad de participar en un recorrido cofrade único. Allí fotografió su imagen favorita de toda la muestra: San Gonzalo. “Le tengo muchísima devoción”, confiesa.
Pero lo que une todas las imágenes no es la ciudad, ni siquiera la estética. Es la emoción. “Quiero que quien vea una foto mía sienta lo que pesa esa cruz, que se le erice la piel. No me interesa el postureo”, afirma con contundencia.
Y esa filosofía se nota también en su manera de trabajar: sin reglas fijas, sin obsesión por la técnica, dejándose llevar por el instinto y el ojo entrenado.
Pregunta: ¿Tienes una técnica concreta a la hora de fotografiar procesiones?
Respuesta: Técnica como tal no. Me baso en lo que me sale del ojo. Si veo una imagen que me llama, la intento capturar. Si no sale, le doy otra vuelta.
Lo importante, insiste, es estar atento. En un entorno donde todo se mueve -la gente, las emociones, la propia luz-, el reto está en prever el momento sin que se te escape.
“Dentro del bullicio hay que saber qué imagen quieres retratar. Tenerlo más o menos claro. Pero si no sale, pues te buscas otra. Es lo bonito también: ir a por algo y que te sorprenda otra cosa.”
“No puedo fotografiar mi propia cofradía y eso me duele”
Uno de los sacrificios que le impone su doble papel de fotógrafo y cofrade es no poder capturar a su propia hermandad. La procesión del Santo Entierro, la suya, le pilla con el capirote puesto, no con la cámara en la mano.
“Algún día me gustaría retratarla, pero a día de hoy me resulta imposible. Le tengo demasiado apego”, admite. La emoción, de nuevo, lo condiciona todo.
P: ¿Qué tiene la fotografía cofrade que no tengan otros géneros?
R: El sentimiento. En otras disciplinas puedes capturar técnica, velocidad, belleza… pero aquí lo que buscas es transmitir emociones puras: tristeza, alegría, recogimiento. Es algo que no puedes fingir.
Para Alejandro, Salamanca ofrece un marco incomparable para todo eso. La piedra de Villamayor, las dos catedrales, el sonido de un tambor rebotando en los muros. La ciudad se convierte, cada año, en un gigantesco escenario espiritual. “Teniendo una ciudad tan bonita, no podemos desaprovechar la oportunidad de mostrarla como se merece”, dice con convicción.
El fotógrafo y cofrade salmantino Alejandro Pérez en una entrevista para EL ESPAÑOL de Castilla y león
¿Y ahora qué?
Ya inmerso en plena Semana Santa y con su cámara lista para una nueva maratón de emociones, Alejandro no tiene más proyectos inmediatos. Pero eso no significa que se detenga. “Quiero seguir creciendo, seguir contando historias. Ya se verá qué viene después.”
La exposición “Instantes cofrades. Luces y sombras de la devoción” se puede visitar hasta el próximo 30 de abril en la sala de exposiciones del Espacio Joven de Salamanca. El horario de visita es de lunes a viernes, de 9:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas.
Una cita imprescindible para quienes quieran ver la Semana Santa desde una mirada distinta: la que se fija en lo casi invisible.