Equipo médico y dos de los pacientes durante la presentación del programa en Hospital de Salamanca ICAL
El Hospital de Salamanca logra sus primeros trasplantes bipulmonares: “Es muy grato poder empezar a revivir”
El nuevo programa, pionero en Castilla y León, ya ha devuelto la vida y la esperanza a tres pacientes que no tenían otra salida.
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Durante mucho tiempo, respirar fue para ellos un esfuerzo titánico. Cada inspiración dolía. Cada exhalación era una cuenta atrás. Vivían pendientes de una máquina, de una bombona, de un milagro que quizás nunca llegaría.
Hoy respiran sin ayuda, caminan por su propio pie y vuelven a hacer planes. No es magia. Es ciencia, es vocación, y tiene nombre: trasplante bipulmonar.
El Hospital Universitario de Salamanca ha culminado con éxito tres trasplantes pulmonares dobles, un hito que cambia el futuro de la sanidad en Castilla y León y que marca un antes y un después para muchas personas que, hasta ahora, tenían que marcharse lejos de casa para aferrarse a la vida.
“Esto no es solamente supervivencia. Es calidad de vida, es dignidad, es volver a mirar hacia adelante”, dijo emocionada la gerente del CAUSA, Carmen Rodríguez Pajares, durante la presentación pública del programa, acompañada por buena parte del equipo médico y dos de los pacientes que ya saben lo que significa volver a respirar sin miedo.
Un equipo unido
Detrás de cada uno de estos trasplantes hay una "coreografía perfecta" de profesionales. Cirujanos, anestesistas, neumólogos, intensivistas, enfermeros, técnicos, celadores… Nadie sobra. Todos cuentan. Y todos trabajan en una misma dirección: devolver la vida donde parecía agotada.
“Es el programa más complejo que tenemos en el hospital”, explicó Marcelo Jiménez, director del programa de trasplantes. “Cada paso, desde el quirófano hasta la recuperación, exige lo mejor de cada uno de nosotros”.
Pero por encima de la técnica, hay historias. La neumóloga Virginia Pérez lo resumió con sencillez: “Esta cirugía llega cuando ya no queda nada más. Es una puerta que se abre cuando el resto están cerradas. Y cambia por completo el horizonte de quien la recibe”.
Víctor Sagredo, internista y coordinador de trasplantes, conoce bien lo que ocurre en las horas más delicadas, esas que transcurren en la UCI después de la operación: “Ahí todo es frágil. Pero cuando ves a alguien que apenas podía hablar empezar a cantar sabes que ha merecido la pena”.
También José María Rodríguez, anestiólogo, quiso recordar lo mucho que hay detrás: años de formación, viajes a otros hospitales, pruebas, errores, constancia. “Es un esfuerzo brutal. Pero cuando ves a uno de estos pacientes levantarse… entiendes todo”.
Uno de los pacientes durante la presentación de los resultados del programa de transplante pulmonar en el Hospital de Salamanca ICAL
“Es muy grato empezar a revivir”
José Martín, uno de los primeros pacientes en someterse a un trasplante bipulmonar en el Hospital de Salamanca, compartió emocionado lo que significa recuperar el aliento perdido: “Es muy grato poder empezar a revivir en esta vida”.
Aficionado al teatro y a la música, no solo habló: también cantó. Se arrancó con un par de canciones ante el equipo médico y los medios.
Otro de los protagonistas, Primitivo Valderrey, situó su trasplante como “la tercera experiencia más importante” de su vida, solo por detrás del nacimiento de sus hijos y nietos.
“Desde hace un año no podía disfrutar de ellos, no valía para nada. Pero me llamaron, vine corriendo con el oxígeno y aquí estoy. Espero poder disfrutar de todo lo que me quede de vida”, dijo entre aplausos, emocionado, agradeciendo al equipo médico su entrega.
Donar es dar futuro
Nada de esto sería posible sin el gesto más generoso: la donación de órganos. “Estos pulmones no llegan solos. Son el regalo de alguien que se fue y de una familia que, en el peor momento, dijo que sí”, recordó Miguel Ángel Bravo, coordinador de Trasplantes de Enfermería.
Por eso ahora, más que nunca, cuidar esos órganos es un deber compartido. “Cada trasplante es una historia de amor anónimo. Y hay que estar a la altura”.
Con esta nueva unidad el Hospital de Salamanca, ya referente en trasplante renal y de páncreas, se posiciona también como centro puntero en cirugía pulmonar, con capacidad para realizar hasta 25 trasplantes al año. Y no se queda en Salamanca: será punto de apoyo para otras comunidades que no cuentan con esta especialidad.
Pero más allá de los datos, lo importante es lo humano. Es ver a alguien que estaba al borde, y que ahora vuelve a abrir las ventanas y respirar hondo.