Suelta de globos en el Campanazo de Ciudad Rodrigo
Ciudad Rodrigo estalla con el Campanazo: la campana ruge y el Carnaval del Toro se desata
Miles de farinatos han abarrotado la Plaza Mayor mirobriguense en un estallido de fiesta y tradición.
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El reloj marcó las seis en punto y, como un trueno sobre la Plaza Mayor, la campana rugió con fuerza. El Campanazo no es sólo el inicio del Carnaval del Toro, es el instante en el que Ciudad Rodrigo estalla en emoción, en el que la espera de todo un año se convierte en fiesta y en el que la adrenalina y la tradición se funden en un grito colectivo de júbilo.
Miles de personas han abarrotado el coso taurino, ondeando al aire los icónicos pañuelos naranjas mientras el badajo retumbaba con la energía de un pueblo entregado.
En esta edición, el honor de dar el primer campanazo recayó en Jesús Ángel y José Luis Paniagua, y Miguel y Ángel González, cuatro mirobrigenses ‘de pura cepa’ con alma de carnaval que este año recibieron el prestigioso Reloj Suelto, la máxima distinción que otorga la Asociación CarnavaldelToro.es, artífice de esta iniciativa.
Con cada golpe sobre el bronce, la euforia creció en la plaza, en las calles, en cada rincón de Ciudad Rodrigo, marcando el punto de no retorno: el Carnaval del Toro 2025 ya está en marcha.
Pero la emoción no terminó ahí. La atmósfera se tiñó de emoción cuando una pancarta con la imagen de Conrado Abad, el ‘eterno maletilla’, se desplegó en la fachada del Ayuntamiento, rindiendo homenaje a un hombre que encarnó el espíritu más puro de estas fiestas.
Y como colofón, dos mil globos biodegradables ascendieron al cielo mirobrigense mientras el confeti naranja irrumpía en la plaza, disparados desde ocho cañones que envolvieron la escena en un torbellino de color y magia.
Con cada papel naranja en el aire y cada grito de emoción, quedó claro que el Campanazo además de ser el inicio de cinco días de fiesta es también el latido de un pueblo que vive por y para su Carnaval.
Del Campanazo al pregón
Tras el estallido del Campanazo, la jornada continuó con el tradicional encierro de mansos de la ganadería de D. Luis Cebrián, que mantuvo la expectación en las calles de Ciudad Rodrigo antes de dar paso al momento más institucional del día: el pregón.
El periodista y escritor Rubén Amón, elegido este año como pregonero, dejó su firma en el libro de honor del Ayuntamiento antes de dirigirse a la multitud desde el balcón con un discurso vibrante. “Ciudad Rodrigo es la plenitud de la tauromaquia, su pasado y su futuro”, proclamó ante una plaza abarrotada, reivindicando la importancia de defender la fiesta más allá de esta “aldea irreductible”.
Con la emoción aún en el aire, las autoridades, junto a la reina del Carnaval, Vega Gómez, y las damas Alicia Alonso y Lorena Pérez, se trasladaron al Teatro Nuevo Fernando Arrabal para la celebración del pregón mayor, que puso el broche final a un primer día en el que Ciudad Rodrigo volvió a rendirse a la magia de su Carnaval.