La procesión del Silencio del barrio salmantino de Pizarrales suspendida por la lluvia

La procesión del Silencio del barrio salmantino de Pizarrales suspendida por la lluvia Jesús Formigo Ical

Salamanca

La lluvia vence a la Hermandad del Silencio en el salmantino barrio de Pizarrales

Las previsiones meteorológicas obligaron a suspender la procesión más larga de la Semana Santa de la capital del Tormes

30 marzo, 2024 18:11

Con la vista puesta en el cielo, la lluvia también venció a la Hermandad del Silencio que tuvo que suspender su procesión prevista para este Sábado Santo, la más larga de la Semana Santa de la capital del Tormes. La cofradía, sin embargo, salió a la puerta de la parroquia de Jesús Obrero del barrio de Pizarrales para que los fieles pudieran encontrarse con el Cristo de la Vela y Nuestra Señora del Silencio.

Pese a que a las 17.00 horas, momento previsto para la salida de la procesión, el cielo parecía dar una tregua, las previsiones meteorológicas anticiparon un cien por cien de probabilidad de precipitaciones el resto de la tarde. Una amenaza por la que la cofradía prefirió no arriesgar y celebrar un acto de encuentro entre las tallas, en presencia de centenares de personas en el público.

Así, los niños y niñas de la cofradía portaron a hombros el paso de la Palabra, acompañados por los más pequeños que llevaban una corona de espinas roja sobre un paño blanco, y el silencio volvió a emocionar, entre lágrimas de penitentes, al barrio de Pizarrales.

Tras ellos, el Cristo de la Vela, obra anónima de 1920, comenzó a descender los 15 empinados escalones ante la emoción y la expectación de todos los allí presentes. E inmediatamente después, llegó el turno de la Nuestra Señora del Silencio, paso portado a hombros por las mujeres, y obra de Enrique Orejudo datada en 1990.

El cielo dio una tregua de media hora, suficiente para finalizar el acto, y las previsiones de lluvia se cumplieron, obligando a una rápida entrada de los pasos en el templo. Así se cerró un breve encuentro que las inclemencias meteorológicas volvieron a frustrar, impidiendo un desfile de más de cinco horas de duración que debería haber llegado hasta la Plaza Mayor, con la peculiaridad de no pasar por la Catedral, en una Semana Santa Pasada por agua.