El doctor Ángel Luis Montejo, coordinador del 'Proyecto Edades'

El doctor Ángel Luis Montejo, coordinador del 'Proyecto Edades'

Salamanca Salud

Doctor Montejo: "Hallar una vacuna contra el Alhzeimer está en fase muy esperanzadora"

Salamanca cuenta con el 'Proyecto EDADES', un nuevo y pionero conjunto de acciones enmarcadas en la investigación e intervención, de carácter integral, en el ámbito del deterioro cognitivo leve y fases iniciales de la enfermedad de Alzheimer. Proyecto puesto en marcha por el doctor Ángel Luis Montejo, profesor e investigador de la USAL

3 octubre, 2021 07:00

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El Alzheimer es un tipo de demencia, "muy estigmatizada", como apunta el doctor Ángel Luis Montejo, que causa problemas con la memoria, el pensamiento y el comportamiento. Los síntomas generalmente se desarrollan lentamente, y empeoran con el tiempo, hasta que son tan graves que interfieren con las tareas cotidianas de las personas.

En una entrevista con el doctor Montejo, coordinador del 'Proyecto EDADES', puesto en marcha por el Ayuntamiento de Salamanca y el propio Ángel Luis Montejo, se busca "anticiparse al desarrollo de la enfermedad". Asegura que "desde que un paciente va al médico, hasta que le diagnostican Alzheimer, pueden pasar de cinco a quince meses, esenciales para el devenir futuro de la demencia". Está dirigido a la población mayor de 55 años susceptible de desarrollar deterioro cognitivo leve (DCL) y/o fases iniciales de la enfermedad de Alzheimer, aquellas en las que los factores apropiados convierten un Deterioro Cognitivo Leve (DCL) en una demencia.

El doctor Ángel Luis Montejo es profesor de Psiquiatría y Psicología Médica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca. Investigador principal en ensayos clínicos en el Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca, y coordinador del grupo de investigación Neur-2 Investigación clínica en psiquiatría, tratamientos avanzados.

El doctor Ángel Luis Montejo

El doctor Ángel Luis Montejo

¿Doctor, qué es el 'Proyecto EDADES'?

Es un proyecto innovador, que hemos diseñado para intentar cubrir una ausencia en la atención de los problemas de deterioro cognitivo, que pueden terminar en la enfermedad del Alzheimer. Está dividido en tres partes, primero, hacer una detección precoz de todas las quejas cognitivas, que pueden ser las fases iniciales de la enfermedad, que pueden anteponerse hasta 20 años. Queremos detectarlo bien, porque hemos visto que el sistema nacional de salud no está bien preparado para encontrar precozmente estos problemas. La gente suele acudir cuando ya los problemas de memoria son más acusados y, sobre todo, cuando ya hay una afectación funcional. Tanto el paciente como la familia se preocupan cuando ya hay una afectación funcional, ya tiene problemas para saber dónde está o no sabe exactamente el día, o repiten mucho las mismas cosas, porque es incapaz de quedarse con las respuestas. Ya suele ser tarde. Entonces, queremos anticiparnos varios años antes a la aparición de estos síntomas.

¿Puede explicarnos esa cuestión de repetir mucho las cosas?

No repetir. Hacer preguntas. La misma pregunta repetida varias veces, de la que se quejan mucho los familiares, es que preguntan lo mismo varias veces. Le contestan y ya llega un momento que se cansan, porque ya se lo han contestado y no ha sido capaz de aprender. Es decir, uno de los síntomas más principales del Alzheimer es que no somos capaces de aprender, retener información nueva. Nos acordamos de lo de antes con mucha facilidad, porque esas zonas de almacén de memoria, que llevan instaladas en nuestro cerebro muchos años, y nos acordamos mucho mejor de lo que sucedió hace mucho tiempo, porque está muy consolidada, pero nuestro cerebro no es capaz de consolidar nueva información. Ese es el problema.

El estilo de vida y la actividad son totalmente determinantes en la aparición o en el desarrollo e, incluso, en la gravedad de la enfermedad.

¿De quién partió esta interesante idea del 'Proyecto EDADES'?

Fue una idea mía. A través de nuestra experiencia de investigación y clínica, porque atendemos pacientes con Alzheimer. Tenemos una unidad de investigación, desde hace ya más de casi 20 años, donde hacemos ensayos clínicos con muchas patologías diversas, y una de esas enfermedades, aparte de intentar buscar nuevos tratamientos o tratamientos avanzados, que todavía no están a la venta, como con los tratamientos para la depresión y para la esquizofrenia. También hemos trabajado mucho en tratamientos para DCL, y ahí hemos visto que sólo se está haciendo investigación en deterioros cognitivos leves en fases muy iniciales. Un problema que tenemos en la clínica es que para el diagnóstico no tenemos biomarcadores adecuados para decir que una persona tiene Alzheimer o no. Lo que tenemos son pruebas indirectas, por ejemplo, una resonancia magnética, un TAC, un escáner o algo así. Y esos biomarcadores no sirven, no son suficientes. Una persona tiene Alzheimer o no lo tiene.

Luego vimos que los pacientes que estábamos recibiendo tardaban bastante tiempo en llegar a nosotros. No es lo que queríamos, era buscar pacientes con deterioro cognitivo leve, en vez de esperar a que ellos vinieran, irlos a buscar. ¿Y dónde? ¿En la comunidad? ¿En los médicos de Primaria? En las asociaciones de mayores, fundamentalmente. Hemos visto que, cuando había pacientes que no están tan mal como para recibir un tratamiento, que sólo están de cara cuando la enfermedad ya ha empezado, no había una alternativa de talleres, y hacer actividades. Porque está muy claro, ya se sabe en muchas publicaciones, que el estilo de vida y la actividad que uno hace son totalmente determinante en la aparición, o en el desarrollo, e incluso, en la gravedad de la enfermedad. Por ejemplo, en una persona que tiene factores de riesgo, que ha tenido antecedentes familiares, pero que está inactiva, está estresada y tiene poca vida social. Los factores de riesgo son mucho más importantes que aquellas personas que están activas, que tienen un buen grupo social, que están felices, y que tienen un montón de actividades, ya no sólo de cálculo, de memoria y de otras cosas, sino su propio estilo de vida. Entonces, queremos, a través del 'Proyecto EDADES', darle a la gente unos talleres para aprender a mejorar su estilo de vida, y para aprender también a parar, para que tengan actividades en las que su cerebro esté funcionando adecuadamente, creando nuevas neuronas. Es, en resumen, uno de los objetivos, hallar muy temprano los signos de la pérdida cognitiva.

El sistema nacional de salud no está bien preparado para encontrar precozmente estos problemas de memoria. La gente suele acudir cuando ya son más acusados.

¿Qué puede mejorar el diagnóstico?

Fundamentalmente, la calidad de vida y la evolución de la enfermedad. Cuanto antes seamos capaces de hacer un diagnóstico adecuado, tendremos mucho más tiempo para que esa persona se prepare a enfrentarse mejor a la enfermedad, en aquellos factores que son modificables. Primero, si nosotros detectamos a través de biomarcadores, es decir, tenemos lo que nos da el diagnóstico correcto de la enfermedad, a partir de las pruebas neuro psicológicas, que son las pruebas sofisticadas que nos dicen si una persona está perdiendo capacidades en determinadas áreas. Puede ser la memoria, fundamentalmente, que es lo primero, pero puede ser también el lenguaje, la capacidad de asociación, la capacidad de orientación. Si tenemos ya con esas pruebas una sospecha, los biomarcadores que se hacen, bien a través de tomografía, de emisión de positrones, o bien a través del celular, nos dicen si en el cerebro hay una o dos proteínas que son las que producen la enfermedad. Estas proteínas se denominan beta-amiloide y proteína tau. Si encontramos esas proteínas, aunque no es definitivo al cien por cien, más el estudio clínico, más la evaluación neuropsicológica, nos va a dar un diagnóstico muy cercano y de una enorme certeza si tiene algún problema de perdida cognitiva.

Escuchamos que el 'Proyecto EDADES' tiene muy buenos beneficios para el paciente.

Claro que sí, porque podemos decirle a un paciente que si tiene esos marcadores, antecedentes familiares y un pequeño deterioro cognitivo, es proclive a la enfermedad. Si hemos sido capaces de hallárselo antes de que tenga una pérdida funcional importante, varios años antes, podemos señalar el camino. Qué cosas puede hacer para mejorar su pronóstico, y también podemos ofrecerle nuevos tratamientos. Una de las grandes puertas de nuestro proyecto es incluir la investigación de nuevos tratamientos, que hoy por hoy intentan bloquear esas moléculas, esas proteínas.

Las actividades paralelas del 'Proyecto Edades' también son esenciales para la salud de los pacientes.

Claro. En los talleres de 'EDADES' les hacemos ejercicios de estimulación cognitiva, de estimulación de la memoria, actividad física y social. También buscamos que la gente aprenda nuevas tecnologías, sobre todo para que se puedan comunicar con los demás. Esto es tremendamente importante. Queremos que la gente aprenda a evitar la soledad. Hay mucha gente que lamentablemente tiene una vida muy limitada, pasea, si es que pasean, solos, y no hacen actividades sociales. Esto es un error tremendamente importante. Como el sedentarismo. Nosotros insistimos mucho en que la gente tenga que estar conectada, aprenda, si es que no lo sabe ya, a estar conectada con los demás, ya no solo el teléfono, sino que lo puedan hacer por una llamada de WhatsApp, o como sea a sus familiares, a sus amigos, pero que pueden estar conectados. La conexión con otras personas, la actividad social, es tremendamente importante.

¿Cuál es la situación actual del Alzheimer?

El Alzheimer es una enfermedad que va a ir apareciendo cada vez con más frecuencia, porque los síntomas más importantes aparecen a medida que vamos creciendo. Entonces, a medida que la esperanza de vida aumenta, vivimos más años, por tanto, habrá más casos de personas que van a padecer Alzheimer. Tendrán más tiempo para desarrollarlo. Hoy por hoy, tenemos una ventaja sobre antes, los factores de riesgo físicos, gracias a los médicos de Atención Primaria, se están controlando mucho mejor.

Hay que controlar el sedentarismo, la hipertensión, el colesterol, la mala dieta. Esto se está haciendo mejor gracias al Sistema de Salud. Si no fuera por eso, tendríamos una epidemia de enfermedad, porque claro, estamos hablando de Alzheimer como un tipo de demencia, que es lo más frecuente, pero no es la única. Existen otras demencias que son vasculares, es decir, el cerebro no lleva sangre suficiente, o se ha gastado desde hace meses, que son mixtas. Es decir, una mitad es generalmente degenerativa, como es Alzheimer.

El Alzheimer consiste en que nuestras neuronas se van desgastando, porque hay una serie de nuestro cerebro que no puede eliminar las neuronas que se van muriendo, se van acumulando en parte de esa membrana, y se acumulan unas con otras y producen unos ovillos que asfixian las neuronas. Eso es el Alzheimer. Sin embargo, la demencia vascular es simplemente porque las arterias se van haciendo viejas, duras y no van creciendo nuevas ramificaciones que puedan oxigenar y llevar los nutrientes a las neuronas. A veces, las dos causas se juntan, por eso es importante que todos los factores de riesgo de salud física se controlen. También vemos como factores de riesgo la salud mental, porque sabemos que la gente con depresiones crónicas tiende a tener más deterioro cognitivo. Por ello, es muy importante no dejar a las personas que están tristes o que están angustiadas, o que están agobiadas, sin tratamiento. Hay que tratarlos, porque se ha visto que, a largo plazo, eso hace que se atrofie una parte del cerebro, que se llama hipocampo, que produce nuevas neuronas, con lo cual la depresión acaba provocando atrofia cerebral.

El Alzheimer es una enfermedad que va a ir apareciendo cada vez con más frecuencia. A medida que la esperanza de vida aumenta, la enfermedad tendrá más tiempo para desarrollarse.

Doctor, el Alzheimer es la tercera causa de muerte en la actualidad. ¿Se tiene conciencia social, respecto a otras enfermedades como el cáncer o los infartos?

Creo que la población está cada vez más concienciada de que la demencia es algo tremendamente frecuente, y la gente está asustada porque, hoy por hoy, el Alzheimer como tal, no tiene tratamiento. Los tratamientos que existen ayudan a que, una parte del sistema que ayuda a la memoria, esté un poco más activo, pero no hay tratamientos que vayan contra la causa. Debo decir, también, que se acaba de aprobar un medicamento en Estados Unidos, que nosotros ya probamos en un ensayo clínico. Es un anticuerpo que se une a las proteínas malas, las que no permiten que se puedan hacer nuevas, y que vaya aumentando esta especie de basura neuronal. Ahora se está hablando de nuevos tratamientos, incluso se habla de la vacuna.

Precisamente, en la presentación del 'Proyecto EDADES' en el Ayuntamiento de Salamanca, usted hablaba de una posible vacuna contra el Alzheimer, ¿será posible?

Estamos pendientes de participar en un proyecto de ensayo clínico internacional, en el cual, lo que se va a probar es una sustancia que, inyectada en el organismo a modo de vacuna, haría que nuestro propio sistema inmune detectará esas proteínas malas que producen Alzheimer. De tal modo, que el organismo estuviera preparado para cuando hallara ese incremento de proteínas beta-amiloide y tau. Todo nuestro cerebro, nuestro sistema inmune, hiciera una defensa contra estas células, e impidiera que se desarrollara la enfermedad. Eso es tremendamente esperanzador, y en la que esperamos tener la oportunidad de participar con nuestro equipo, y a través también del 'Proyecto EDADES'. Puedo decir que una vacuna contra el Alzheimer desesperanzador pudiera ser muy esperanzadora.

¿Cómo afectó la pandemia a quienes padecen esta enfermedad?

La pandemia empeoró muchísimo a la gente mayor por varias razones. Primero, porque el aislamiento es un factor estresante, tremendo, enorme. La falta de contacto social, el aislamiento, produce muchísima patología, produce ansiedad, produce angustia, miedo y depresión. La gente dejó de salir, dejó de socializar, dejó de hablar, se aburrían y estaban con mucho miedo. Eso afecta mucho a la salud mental, y a parte de la falta de socialización, la falta de actividades con otras personas, hace que la capacidad cognitiva se deteriore. Necesitamos continuamente estar en contacto con otras personas para que nuestra capacidad cognitiva, nuestro cerebro, nuestra mente, se alimente. Tenemos que alimentar nuestra mente y nuestro cerebro cada día. Hay una relación clarísima entre algunos factores positivos de crecimiento neuronal. El factor de crecimiento nervioso FCN o NGF son factores de crecimiento que hacen que nuestro cerebro se ponga a regenerar neuronas. Y hay cosas que favorecen este tipo de factores que hacen crecer la neuronas. Entre ellos está el ejercicio físico y el estar animado. La actividad sexual también es una cosa importante, de la que se habla muy poco, pero la gente que mantiene una buena actividad sexual de pareja, muy posiblemente tengan factores protectores, porque se sabe que la actividad sexual incrementa los factores de crecimiento neuronal. Aunque hay muy poca investigación sobre esto, muy posiblemente, es algo tremendo y sumamente importante.

Hay mucho lugar para la esperanza, pero para eso debemos cambiar primero nuestro concepto de la enfermedad. No tenemos que esperar a que te atrape, si no tienes que anticiparte a ella.

¿Puede haberse convertido Salamanca en un lugar de referencia en la lucha contra el Alzheimer?

Afortunadamente, vemos que pudiera serlo. Puede ser un lugar de referencia, porque tenemos varias circunstancias que lo están haciendo posible. Por un lado, que nuestro equipo, nuestro proyecto, participa de otras instituciones. Por un lado, la institución universitaria, debido a que tenemos la unidad de investigación. Yo tengo una plaza de profesor universitario en la Universidad de Salamanca, con lo cual el espíritu de investigador siempre está presente. Segundo, por mi perfil asistencial, puesto que también tenemos pacientes en el Centro de Salud. Y tercero, porque el Ayuntamiento de Salamanca se ha implicado tremendamente en apoyar económicamente, y ofrecer toda la infraestructura necesaria. Además, hemos sido capaces de hacer un convenio entre la USAL y el Ayuntamiento. Con él podemos disponer de todos los medios posibles. De modo que hemos podido concatenar estas tres instituciones, para que el proyecto salga adelante y, de hecho, cada vez estamos teniendo más demanda. Incluso estamos teniendo peticiones de otros municipios de la provincia. Nos están llamando para ver si este modelo puede implantarse en otros sitios.

Finalmente, ¿doctor, hay lugar para la esperanza?

Claro que sí, hay mucho lugar para la esperanza. Para eso tenemos que cambiar, primero, nuestro concepto de la enfermedad. No tenemos que esperar a que la enfermedad te atrape, si no tienes que anticiparte a ella. Eso es tremendamente importante. Tienes que vivir pensando que quizá el día de mañana tienes bastante probabilidad de tener Alzheimer, y tienes que vivir para evitarlo. ¿Cómo? Pues fomentando mucho tu calidad de vida. Significa que tienes que huir del estrés innecesario. Que tienes que intentar ser una persona sana. Una persona social y una persona feliz. Eso es tremendamente importante para poder luchar, muchos años antes, contra la enfermedad.