El bienestar personal ha protagonizado el programa de la Semana de la Ciencia desarrollado hoy en la Universidad Pontificia de Salamanca con varias intervenciones como las que han ofrecido los técnicos del equipo del Servicio de Asistencia Psicológica Sanitaria (SAPS) sobre estrategias cognitivas para mejorar la imagen corporal y herramientas para fomentar el bienestar.

En la primera ponencia, '¿Puedo tener el cuerpo que quiera?', la directora del SAPS, Mª Ángeles Gómez, ha abordado algunos mitos sobre el peso ideal y el cuerpo perfecto, cuestionando si para quererse es necesario buscar un canon de belleza que exige volumen en algunas partes del cuerpo y a la vez delgadez en otras. La profesora ha planteado las consecuencias psicológicas que conlleva perseguir esa idea, "lo que favorece que gran parte de las mujeres estén insatisfechas con su cuerpo".

Gómez ha expuesto errores de pensamiento que con frecuencia utilizan las personas descontentas con su cuerpo, que provocan una baja autoestima, estados de ánimo negativos y en algunos casos conductas de riesgo y dietas peligrosas que llevan a desarrollar trastornos de conducta alimentaria (como anorexia y bulimia). Esta conducta, en ocasiones también conduce a evitar las relaciones sociales por sentirse evaluado. Aunque el canon de belleza para hombres y mujeres varía, se cometen errores de pensamiento comunes como: "no valgo nada, los demás me van a querer en función de mi peso, el éxito depende del cuerpo que tengas...", sesgos con los que el equipo de psicólogos trabaja para romper el canon de belleza impuesto.

La psicóloga ha insistido en la necesidad de que las personas se acepten y valoren "sin descuidar otras áreas, de la misma forma que no valoras a tu mejor amigo por los estereotipos de belleza" y animan a trabajar para sentirse bien consigo mismo, rompiendo con las rígidas normas estéticas.

En la segunda conferencia, Alejandra Melero (SAPS) y Carlos Gallardo (alumno del Máster Universitario en Psicología General Sanitaria), han abordado las claves para conseguir un estado de bienestar psicológico de forma estable a lo largo de la vida, teniendo en cuenta que el bienestar psicológico es personal y en ocasiones está condicionado por la importancia que le damos a distintos aspectos: que las cosas vayan bien, las circunstancias vitales, las conductas y decisiones, los pensamientos, cómo nos traten los demás, etc.
Sin embargo, han apuntado que la influencia de estos ítems genera conductas desadaptativas que llegan a provocar trastornos psicológicos graves como la depresión.

Para los psicólogos, emociones como el miedo, la tristeza, la  impotencia o el desánimo son parte de la vida y si las negamos, volverán y aumentarán. Por tanto, invitan a corregir conductas desadaptativas teniendo en cuenta "que no podemos hacernos responsables de todo, porque no todo lo que pasa a mi alrededor depende de mí. Y ante un problema, es necesario aprender a dimensionarlo para no aumentar una emoción negativa". También insisten en enfocar el ahora y trabajar la aceptación, que no es resignación, "sabiendo que las cosas que no dependen de ti no se pueden cambiar".