Tamara Lamas, la hija de un paciente oncológico del Bierzo, durante una manifestación

Tamara Lamas, la hija de un paciente oncológico del Bierzo, durante una manifestación César Sánchez Ical

León

"Me sentí humillada": la agonía de la hija de un paciente oncológico del Bierzo tras seis meses de su queja a Sacyl

Pide una "cara conocida" que sepa todo el proceso oncológico de su padre y una "voz de aliento" que pueda buscar tratamientos alternativos a los actuales.

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Tamara Lamas Pacios, hija de un paciente oncológico en el Hospital del Bierzo, ha lamentado la nula atención que desde Sacyl le han prestado tras presentar una queja formal a modo de carta hace seis meses.

El 16 de marzo se cumple medio año desde que intentara recibir respuesta ante la falta de médicos y las largas horas de espera que pasa con su padre en oncología para ser atendido. Habla de seis meses de "ansiedad, insomnio y preocupación" por su padre y seis meses de "absurda paciencia".

Tanto suya, como de su familia como de todos los pacientes y familiares de enfermos de cáncer de las comarcas de La Cabrera, Laciana y Bierzo. "Nunca antes las palabras 'ser un paciente' se habían tomado de una forma tan literal", añade.

La joven ponferradina asegura que llevan más de diez meses "sin tener una persona de referencia en el hospital, una cara conocida que sepa todo tu proceso oncológico sin tener que leerlo en una pantalla". 

Por esta razón, piden una "voz de aliento" que acompañe o un número de teléfono al que llamar "para pedir auxilio mientras se padece esta terrible enfermedad". Y a alguien que busque tratamientos experimentales y alternativos a los actuales.

Una agonía en la que llevan muchos meses de "sinvivir con la duda de si se podría hacer algo más" o de si los recursos que hay en otros hospitales, "llegarán algún día al Hospital del Bierzo".

Fue en mayo cuando su padre "perdió a su oncóloga" y todo, lamenta, porque "no hay personal que pueda aceptar quedarse en un hospital tan mal gestionado por Sacyl". Durante estos meses, Tamara no ha dejado de luchar y salir a la calle para pedir más recursos. 

Pide a los políticos de la zona que sientan "empatía" para tomar medidas. También que todos sus vecinos, con o sin familiares con cáncer, "estuvieran tan indignados". Y a su padre, decirle, que tras "haberse pasado la vida cotizando y trabajando de albañil, su tierra le devuelva una sanidad pública decente que lo atendiera con la dignidad que se merece". 

Lamenta que Sacyl nunca llegó a "tomarse en serio" su queja y que le contestó con una carta genérica. "Me sentí humillada, decepcionada y ninguneada. Muchos pacientes de muchas especialidades nos sentimos así", lamenta.

Una noche más en la que, asegura, no podrá "dormir" y sabe que su padre estará en su habitación "igual de despierto e inquieto, pero más agotado, deprimido y enfermo". 

Una reivindicación llena de dolor, pero aún con un halo de esperanza porque, afirma tajante, "por mucho que nos lo sigan negando, los habitantes de La Cabrera, Laciana y Bierzo, a base de protesta, vamos a tener un hospital con una plantilla estable para todas las especialidades".