Expectación a las puertas del convento de Santa Clara en Belorado

Expectación a las puertas del convento de Santa Clara en Belorado Ricardo Ordóñez Ical

Burgos

El portavoz de las clarisas de Belorado llama “sinvergüenza” al arzobispo de Burgos y una monja abandona

José Ceacero asegura que Iceta “está nervioso” porque “está en juego su birreta cardenalicia”

15 mayo, 2024 19:48

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El portavoz de las monjas clarisas del Monasterio de Santa Clara en Belorado, José Ceacero, llamó hoy “sinvergüenza” al arzobispo de Burgos, Mario Iceta, por su postura ante el enfrentamiento que están protagonizando las religiosas con la Iglesia Católica, y aseguró que Iceta “está nervioso” porque “está en juego su birreta cardenalicia”.

En declaraciones realizadas ante los medios de comunicación a la puerta del monasterio, Ceacero reseñó que el papa Francisco “no le va a dar la birreta a un supuesto arzobispo al que le plantan cara unas monjitas y le sacan los colores” con un enfrentamiento que proviene de la etapa en la que tanto Iceta como la abadesa del convento, sor Isabel de la Trinidad, pertenecieron a la Diócesis de Bilbao.

Además, el portavoz de las clarisas acusó a Iceta de mentir porque “no puede demostrar que hayamos arruinado a miles de personas como hizo él en Córdoba con Cajasur”, en relación a la supuesta motivación del enfrentamiento que procedería de la frustrada operación de compraventa del monasterio de Orduña, subsede de las clarisas de Belorado, y que permanece cerrado desde el domingo: “Ahí no ganan dinero, se pierde”, concluyó Ceacero.

No obstante, según confirmó el portavoz de las monjas clarisas, una de las 16 hermanas que permanecen en el Monasterio de Santa Clara ya se ha marchado del convento hacia Castil de Lences al no estar de acuerdo con la decisión tomada y con los documentos firmados por la abadesa.

“El resto están como una piña”, sostuvo Ceacero, remitiéndose al vídeo compartido por las religiosas en redes sociales y en el que se ve a muchas de ellas en el interior del convento junto a sus familiares. En él, además, aseguran estar “bien”: “Nuestra realidad no es que estemos secuestradas lejos de nuestras familias”, señaló una de las clarisas, mostrando una imagen de varias de las monjas con familiares que les acompañan en el interior del monasterio.

“Iremos compartiendo nuestra experiencia”, añadió la religiosa a través de la cuenta de Instagram @tehagoluz, de reciente creación y a través de la cual comparten imágenes del convento y otras en las que se puede ver a las monjas en el interior del convento. “Hermanas llamadas cismáticas, encerradas, secuestradas, manipuladas y alejadas de sus familias. Te hago luz”, reza la última fotografía publicada en esta red social, en la que se puede ver a las hermanas y sus familiares sonriendo.

“Ser fieles a la verdad de Cristo, a la fidelidad, la fe y la doctrina de la Iglesia Católica”, indican las religiosas, que reiteran que irán compartiendo su “realidad” a través de esta red social, para “poder mostrar lo que han ido descubriendo”, así como intentar “desmentir y esclarecer la verdad”.

La comunidad de clarisas de Belorado sorprendió ayer a todos al manifestar a través de un comunicado su intención de abandonar la Iglesia Católica y situarse bajo la tutela y jurisdicción de Pablo de Rojas Sánchez-Franco, excomulgado por el entonces obispo de Bilbao y hoy arzobispo de Burgos, Mario Iceta, en julio de 2019. 

Iceta pide paciencia, pero...

Asimismo, el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, apostó hoy por “la paciencia y el diálogo” con las monjas clarisas del Monasterio de Santa Clara de Belorado, en la provincia de Burgos, aunque advirtió que se aplicará sobre ellas el derecho canónico si mantienen su postura de abandonar la Iglesia Católica.

En declaraciones ofrecidas en una entrevista concedida a La 8 de Burgos, Iceta apuntó que la decisión es aún “muy reciente” y que, por tanto, “sería aventurado decir qué caminos” van a seguir desde la Iglesia Católica. No obstante, recordó que, de mantenerse la decisión de las monjas de no conceder validez a la Iglesia desde el Concilio Vaticano II, “las consecuencias son muy profundas”.