Cráneo y molde endocraneal de DAN5/P1.

Cráneo y molde endocraneal de DAN5/P1. E. Bruner

Burgos

Así era el cerebro de los primeros Homo erectus

Investigadores del CENIEH realizan un estudio sobre el cráneo DAN5/P1 de 1,5 millones de años de antigüedad

1 marzo, 2023 15:08

El arqueólogo Silsehi Semaw y el paleoneurólogo Emiliano Bruner, del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, situado en Burgos, han publicado un estudio en la revista American Journal Of Bioligcal Anthropology sobre el cráneo DAN5/P1, con 1,5 millones de años de antigüedad y encontrado en el yacimiento etíope de Gona, perteneciente a la especie de Homo erectus. En él han determinado que la morfología cerebral de este fósil, que tiene un tamaño muy reducido para este tipo de homínidos, no presenta rasgos distintivos del género humano.

En este sentido, aclaran que tiene proporciones parecidas a las especies cuya posición evolutiva todavía queda por establecer o a los australopitecos, como ocurre con el Homo Habilis.

En el estudio relatan que este cráneo es "más redondo y menos alargado" de lo que se ve en individuos de Homo erectus más tardíos, aunque, matizan es probable que se deba a la arquitectura del cráneo y no a determinadas proporciones de la corteza cerebral.

Dicho análisis confirma que aún falta la evidencia de una frontera clara del origen de la anatomía del cerebro con los humanos, por lo menos a la luz del registro fósil en la actualidad. Asimismo, afirman que las diferencias entre las primigenias especies humanas, e incluso entre australopitecos y humanos, en la anatomía cerebral están asociadas principalmente a diferencias en el tamaño medio del encéfalo.

La dificultad que entraña encontrar rasgos cerebrales asociados a la evolución del género Homo, más allá del taña, consideran que puede deberse a la ausencia de diferencias macroscópicas en la corteza, así como a las limitaciones de las muestras fósiles, o a las dificultades a la hora de interpretar la morfología del cerebro a partir de las huellas internas del cráneo.

No obstante, puntualizan que esto no excluye la posibilidad de que el origen del cerebro de los seres humanos pueda estar ligado a cambios que no se pueden detectar en su anatomía general, como son los cambios que suceden a nivel de tejidos y células, de los neurotransmisores o de las conexiones neurales.