Castilla y León

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Burgos

La incansable lucha de los siete habitantes de Fuenteodra para salvar la iglesia de su pueblo

18 noviembre, 2020 09:46

Los siete habitantes de Fuenteodra, en Burgos, con una densidad de población de la mitad de Siberia, han decidido dar un paso más para salvar a la iglesia de San Lorenzo, La Dama de Las Loras, el lugar donde se bautizaron, hicieron su primera comunión, se casaron o velaron a sus muertos. 

Las grietas y humedades comenzaron a aparecer con el tiempo y ellos formaron la Asociación Cultural Manapites para "evitar el colapso y ruina de esta iglesia única, imagen inseparable del Geoparque Mundial de la UNESCO Las Loras”, según afirma su presidente, el paisajista e ingeniero Javier Maisterra. Y poco después acudieron a la asociación Hispania Nostra con el objetivo de poner en marcha una campaña de micromecenazgo que, en apenas 20 días, ha recibido el apoyo de más de 150 micromecenas los cuales han aportado alrededor de 11.000 euros (https://crowdfunding.hispanianostra.org/lasalvemos-iglesia-de-fuenteodra/1821). 

Pero necesitan más, mucho más. Y están convencidos de que lo conseguirán. El 7 de diciembre termina el plazo para reunir casi 18.000 euros como objetivo mínimo y 30.000 euros como objetivo óptimo. 

La iglesia de San Lorenzo Mártir de Fuenteodra es un templo muy singular de estilo gótico flamígero (siglo XVI) caracterizado por unos elementos arquitectónicos y decorativos que le hacen único, representando, sin duda alguna, el patrimonio más importante de la zona. Consta de una  sola nave muy estilizada en altura, con dos tramos de bóvedas estrelladas y nervaturas de piedra. Su ábside es poligonal con potentes contrafuertes. Tiene una portada renacentista tapiada con arco rebajado, con columnas y hornacina con santo, situada en la cara oeste de la torre. Y otra, la actual en el sur, tiene arco de medio punto moldurado. 

La torre es cuadrada, almenada (con aspecto inconfundible de torre de carácter defensivo) con óculo a medio hastial sobre la puerta tapiada, con cinco huecos, en los cuales se encuentran dos campanas y dos campanillos, estando uno vacío. 

Consta de tres pisos: el inferior, donde está el baptisterio, el intermedio que corresponde al coro y rematado como el inferior por una bóveda renacentista y finalmente el último que es el campanario. La altura de la torre supera los veinte metros. Lamentablemente la iglesia se halla en un estado de abandono total desde hace décadas, encontrándose hoy en día en grave riesgo de derrumbe y ruina irreversible, por lo que se cerró al culto hace más de quince años. 

Está incluida en la Lista Roja del Patrimonio de Hispania Nostra, como patrimonio en riesgo de desaparición desde enero de 2020. Su ruina, inminente de no actuar de inmediato, supone un serio riesgo sobre las viviendas aledañas y asestaría un golpe moral muy duro sobre la memoria y el sentir de un pueblo y sus habitantes. 

  Para frenar el deterioro, con el asesoramiento de prestigiosos arquitectos especializados en restauración de patrimonio eclesiástico, la Asociación Cultural Manapites ha propuesto materializar un Plan Director articulado en fases, dada la envergadura del proyecto y las dificultades de financiación. Su objetivo ahora es abordar una primera fase para salvar la torre del campanario.

“Nuestra iglesia está muy malita. Los técnicos piensan que de no actuar con celeridad y contundencia no pasará el invierno. El diagnóstico es muy triste y no ofrece dudas. Cubierta, bóvedas y muros no pueden más y empiezan a mostrar síntomas irreversibles de fatiga tras tantos años de desidia y abandono”, lamenta Javier Maisterra. 

“Somos conscientes de que este primer viaje con destino a la cubierta y el campanario de la torre va a mostrar a la sociedad nuestro coraje y determinación ante un objetivo más amplio y hermoso que es salvar la iglesia de San Lorenzo Mártir y dotarla de un Proyecto Cultural dinámico y atractivo basado en el Paisaje Cultural que vuelva a colocarla con todo su esplendor en el centro de la sociedad local, esta vez actualizada al siglo XXI”, añade Maisterra. 

“Resulta imprescindible el compromiso de las administraciones, al menos, para evitar la ruina. Si llega el caso, ya nada tendrá sentido ni solución. Estamos a tiempo. Un pueblo de 7 vecinos y una voluntariosa asociación cultural no podemos hacer más. Hemos empezado el viaje, pero solos no podremos terminarlo”, señala Maisterra. 

EL PECULIAR CASO DE LA PILA DE AGUA BENDITA QUE NUNCA SE VACÍA 

Nada más entrar en el templo, a mano derecha, se encuentra una gran concha de piedra incrustada en el muro de la iglesia que se usaba como pila de agua bendita. Siempre se encuentra rebosante de agua cristalina pero, curiosamente, nadie la llena. “En esta época, con las lluvias y toda la humedad que tienen las paredes de la iglesia, puede ser normal que se llene de agua. Pero yo la he visto en agosto, cuando llevaban muchos días sin llover, y la pila de agua bendita seguía teniendo agua”, explica Maisterra.