La operación Barronco de la Guardia Civil ha vuelto a desembocar en el esclarecimiento de otros tres presuntos delitos contra los derechos de los trabajadores en el sector laboral-forestal. La Guardia Civil ya liberó, según se conoció el pasado 17 de marzo, a cinco víctimas de la trata de seres humanos en dos fincas de Ávila. Ahora, el 10 de mayo, se activó una segunda fase para verificar si se podría estar alargando la campaña de aprovechamientos de encinas habiendo terminado y contratando a empleados irregulares.

Dichas investigaciones estuvieron focalizadas en una dehesa de la localidad de Balbarda - La Torre, donde conocieron que se había llevado a cabo la tala de encinas de manera irregular. Tras la inspección ocular, las labores de vigilancia en la zona descubrieron la poda de más encinas, así como ramas con diámetros cortados por encima de los permitidos.

Cuando escucharon el ruido de las motosierras la Guardia Civil se desplazó hasta el lugar y se encontró con siete obreros efectuando labores de troceo de ramas cortadas. Igualmente, se encontraron con que contaban con un equipamiento muy deficiente y fueron identificadas, comprobando que uno era de nacionalidad española y no tenía contrato ni estaba dado de alta en la Seguridad Social, mientras que los seis restantes eran colombianos y estaban en las mismas condiciones, además de no tener permiso de residencia y/o trabajo.

Fue entonces cuando las investigaciones se centraron en el empleador, que para lograr un mayor beneficio económico y a través del engaño, captaba a las personas extranjeras en una situación de necesidad para subsistir. Al no poder acceder a un puesto de trabajo legal, el empleador se aprovechaba de su situación siendo consciente de que no se iban a negar a trabajar sin contrato y sin ser dados de alta.

Tras analizar todo ello, el 11 de mayo el empleador fue puesto a disposición judicial como investigado.