El coordinador general de IU Castilla y León, Juan Gascón, el portavoz de Podemos, Pablo Fernández y el secretario general del PSOECyL, Carlos Martínez, en una imagen de archivo

El coordinador general de IU Castilla y León, Juan Gascón, el portavoz de Podemos, Pablo Fernández y el secretario general del PSOECyL, Carlos Martínez, en una imagen de archivo Miriam Chacón ICAL

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El desafío de la izquierda a la izquierda del PSOE en Castilla y León: dudas sobre la unidad para las elecciones de marzo

IU, Sumar y Verdes Equo han anunciado una alianza mientras Podemos se mantiene al margen de una unión que podría ser indispensable para que ese espacio conserve su representación en las Cortes.

Más información: Miguel Ángel Llamas, nuevo líder de Podemos Castilla y León: "Estamos preparados para ir en solitario a las elecciones"

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La izquierda alternativa vive un momento de incertidumbre en Castilla y León. Los partidos situados a la izquierda del PSOE han comenzado a engrasar su maquinaria de cara a las próximas elecciones autonómicas, previstas para el mes de marzo de 2026, pero a poco más de cinco meses de los comicios aún no han despejado una de las incógnitas clave: si se presentarán juntos o separados.

El pasado lunes, tres de las formaciones del conocido como espacio del cambio, Izquierda Unida, Movimiento Sumar y Verdes Equo, dieron un paso adelante y anunciaron que, tras meses de encuentros "informales y colaboración a diferentes niveles", habían acordado "formar un frente común" de cara a los próximos comicios autonómicos.

En concreto, señalaron que iniciaban un proceso de diseño de "programa conjunto" y de candidaturas y que el mismo estaría "abierto a la colaboración con otras formaciones políticas afines", tendiendo la mano a Podemos. Una candidatura conjunta que se configurará mediante un proceso participativo que culminará en el mes de noviembre.

Pero desde el otro gran actor de la izquierda alternativa, Podemos, los mensajes son, hasta el momento, confusos y contradictorios. Se trata de la formación a la izquierda del PSOE que ostenta un mayor protagonismo ya que su cara visible, el procurador y portavoz del partido a nivel nacional, Pablo Fernández, es la figura más reconocible de ese espacio en la Comunidad.

Mientras que Fernández que dejó de ser coordinador del partido en junio y abandonará las Cortes al finalizar la legislaturaha apostado por conformar una candidatura "amplia y plural" de cara a los próximos comicios, su sucesor al frente del partido en la Comunidad, Miguel Ángel Llamas, se ha mostrado mucho menos optimista calificando de "muy improbable" la coalición.

La indecisión a la hora de configurar una candidatura unitaria está obligando, además, a otros pequeños partidos a dar el paso de presentarse en solitario, como es el caso del Partido Castellano-Tierra Comunera (PCAS-TC), que se presentó con Recortes Cero en los comicios de 2022 y con IU en 2019 y que, en esta ocasión, ha anunciado que concurrirá por su cuenta.

Las formaciones a la izquierda del PSOE afrontan, por ahora, divididas la carrera hacia unas elecciones autonómicas en las que todas ellas aspiran a jugar un papel preponderante para tratar de desbancar al Partido Popular después de 38 años en el poder en Castilla y León.

Aunque IU, Sumar y Equo han anunciado su intención de conformar una alianza, la incógnita de la decisión que tomará Podemos y su aliado ecologista, Alianza Verdepone en entredicho la fortaleza y capacidad de una unión que podría ser condición sine qua non para aspirar a mantener o aumentar su representación en las Cortes y ser decisivas para el cambio político.

IU y Sumar mueven ficha

Izquierda Unida, Movimiento Sumar y Verdes Equo han sido las primeras formaciones en mover ficha para configurar una candidatura unitaria de la izquierda alternativa que permita a ese espacio acudir con opciones de mantener o mejorar su representación en la Cámara autonómica a la batalla electoral del próximo mes de marzo.

Los líderes de IU, Juan Gascón, y Movimiento Sumar, Marina Echeverría, no han ocultado nunca su intención de configurar una candidatura de unidad de las izquierdas y dejar de lado las tiranteces entre las formaciones a nivel nacional, especialmente entre Podemos y Sumar, con el objetivo de contribuir al cambio político en la Comunidad después de 38 años de gobiernos populares.

Izquierda Unida se ha mostrado firmemente partidaria de la unidad y su coordinador general, Juan Gascón, ha hecho hincapié en varias ocasiones en la necesidad de conformar una candidatura de unidad que contribuya a desbancar al PP aunque recalcando en que debería construirse "sin imposiciones de líderes ni lideresas".

En el mismo sentido, Movimiento Sumar el partido de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz ha defendido una candidatura unitaria. "Tenemos que conseguir un acuerdo con las otras fuerzas de izquierda", aseguraba a este medio su coordinadora en Castilla y León, Marina Echevarría, que se ha dejado ver con Gascón en las movilizaciones contra la Junta por su gestión de los incendios.

La relación entre las tres formaciones que han dado el paso de unirse es fluida a nivel nacional −se presentaron bajo la coalición Sumar a las generales de 2023 y forman parte del mismo grupo parlamentario en el Congreso− y llegar a un acuerdo no ha sido complicado, aunque queda por ver la configuración de las listas, con la siempre espinosa cuestión de las primarias de por medio.

El pasado lunes, IU, Movimiento Sumar y Verdes Equo anunciaron que, tras meses de encuentros "informales y colaboración a diferentes niveles", habían acordado "formar un frente común" de cara a los próximos comicios autonómicos.

En concreto, señalaron que iniciaban un proceso de diseño de "programa conjunto" y de candidaturas y que el mismo estaría "abierto a la colaboración con otras formaciones políticas afines", tendiendo la mano a Podemos. Una candidatura conjunta que se configurará mediante un proceso participativo que culminará en el mes de noviembre.

Las tres formaciones anunciaron, además, tras presentar su proyecto de unidad, que "tienen la seguridad de que es lo que su electorado está esperando" que pasa por "conformar una izquierda sólida" con "un proyecto social y de desarrollo para las nueve provincias" que han sido "maltratadas por 38 años de política insolidaria y cruel con el territorio".

Una llamada de atención a un Podemos que, hasta el momento, se ha mostrado receloso a configurar una candidatura unitaria con el resto de formaciones y ha querido marcar distancias con ellas con la intención de consolidarse como la verdadera alternativa de izquierdas.

Las contradicciones de Podemos

Podemos mantiene una relación distante y tensa con el resto de formaciones de la izquierda alternativa desde su abrupta ruptura con Sumar −coalición en cuyo seno se habían presentado en las elecciones generales de julio de 2023− en diciembre de ese año y su paso al Grupo Mixto en el Congreso de los Diputados.

Desde aquel momento, la formación liderada por Ione Belarra ha ejercido una dura oposición al Gobierno de España y se ha mostrado muy crítica con decisiones como el envío de armas a Ucrania, el incremento del gasto militar o, más recientemente, un embargo de armas a Israel que, para Podemos, es insuficiente y no se está cumpliendo.

El partido, además, ha tumbado iniciativas legislativas del Ejecutivo de PSOE y Sumar como el decreto antiapagones, en el que los de Belarra votaron con PP, Vox y Junts, y ha tratado de consolidarse como una verdadera alternativa de izquierdas frente a la coalición liderada por Yolanda Díaz, en la que se integra IU, a la que acusan de hacer seguidismo a los socialistas.

Esa relación tirante a nivel nacional se ha trasladado a Castilla y León y el nuevo coordinador general de Podemos en la Comunidad, Miguel Ángel Llamas, ha calificado de "muy improbable" la coalición con IU y Movimiento Sumar de cara a las elecciones de marzo.

"Creo que es muy improbable que haya una coalición. Estamos abiertos al diálogo con todo el mundo, pero, dado el escenario estatal, no tendría mucho sentido que hubiera una coalición con los socios estatales del PSOE", afirmaba Llamas el pasado fin de semana, tras anunciar su candidatura a las primarias de Podemos para las elecciones de marzo.

El dirigente de la formación en Castilla y León, siguiendo la línea marcada por la dirección nacional del partido, denunció que el PSOE "está abrazando el rearme" y que "habla del genocidio de Gaza con una calculadora electoral" y aseguró que "en este escenario no tendría mucho sentido una coalición".

"En Podemos Castilla y León somos demócratas y hablamos y debatimos con todo el mundo y queremos hacer una coalición con la ciudadanía, con la gente que ha parado La Vuelta o con los que apuestan por la sanidad pública", insistía Llamas, que ya anticipó en el mes de julio en una entrevista con este medio que el partido está "preparado" para "ir en solitario a las elecciones".

Con todo, las fuertes reticencias del líder del partido a la unidad con IU y Movimiento Sumar contrastan con la posición mostrada por su predecesor en el cargo y portavoz del partido a nivel nacional, Pablo Fernández. El también procurador en las Cortes de Castilla y León −que abandonará al final de la legislatura tras más de 10 años− se ha mostrado más abierto a esa alianza.

Fernández, que también se ha mostrado muy crítico con Sumar, apostó el pasado 17 de septiembre por conformar una candidatura "amplia y plural" de cara a los próximos comicios y, aunque ha reconocido que "no ha habido ninguna novedad" en la configuración de alianzas, ha asegurado que el espíritu de Podemos es "acudir en candidaturas lo más amplias posibles".

"No hay ningún avance en este sentido pero estoy seguro de que Podemos concurrirá a las elecciones con una candidatura lo más amplia y plural posible para desalojar al PP del Gobierno", señaló. Una diversidad de posiciones que podría dificultar que el partido de Belarra se sumase a una hipotética alianza entre las fuerzas a la izquierda del PSOE para los próximos comicios.

Un complejo reto electoral

Los partidos de la izquierda alternativa afrontan con incertidumbre la carrera hacia las elecciones autonómicas de marzo de 2026 ante la incógnita de si Podemos y su aliado ecologista, Alianza Verde, se sumarán a la alianza anunciada entre IU, Movimiento Sumar y Verdes Equo. Una confluencia que podría determinar tras los próximos comicios.

La división del voto entre dos candidaturas de izquierda alternativa, una conformada por las tres formaciones que han anunciado que se coaligarán y otra por Podemos y Alianza Verde, podría penalizar al espacio del cambio ante las dificultades que impone la Ley D'Hont a los pequeños partidos y la escasa implantación de estas formaciones en la Comunidad.

Castilla y León es una autonomía de tendencia mayoritariamente conservadora, como demuestran los gobiernos ininterrumpidos del PP durante 38 años y el gran resultado obtenido por Vox en los últimos comicios, y esa realidad, unida a la escasa implantación de la izquierda alternativa en el importante ámbito rural de la Comunidad, siempre ha dificultado sus expectativas electorales.

En esa situación, cabría pensar que conformar una candidatura de unidad sería una condición sine qua non para que las fuerzas a la izquierda del PSOE mantengan su representación que actualmente es de un procurador o aspiren a aumentarla, ya que la división del voto podría provocar que ninguna obtuviese representación. Con todo, en política uno más uno no siempre suman dos.

Buena prueba de esa realidad es que en las últimas elecciones autonómicas de febrero de 2022 Unidas Podemos, que englobaba a todas las formaciones del espacio a la izquierda del PSOE, logró 62.138 votos y tan solo un escaño, sufriendo un retroceso frente a los resultados de cuatro años antes, cuando se presentaron dos candidaturas por separado.

En los comicios de mayo de 2019, Podemos-Equo consiguió 67.918 votos y dos escaños mientras que la candidatura encabezada por Izquierda Unida en coalición con Anticapitalistas, Partido Castellano-Tierra Comunera y Alternativa Republicana logró 31.580 votos y ningún procurador.

Ambas candidaturas sumaron, pues, 99.498 votos en 2019 y, sin embargo, esas mismas formaciones, presentándose en una candidatura unitaria menos de tres años después, perdieron 37.360 votos y un procurador en las Cortes.

Más lejos quedan los resultados de las autonómicas de 2015, cuando Podemos logró 165.475 votos y 10 procuradores en la Cámara autonómica frente a los 56.516 apoyos de IU-Equo, que obtuvo un representante, en un momento de máximo auge del espacio del cambio al calor del 15-M y la crisis del bipartidismo.

Esos precedentes podrían terminar de convencer a los dirigentes de Podemos de que presentarse por separado podría darles más réditos electorales en un momento en el que, además, intentan presentarse como la verdadera alternativa de izquierdas frente al Gobierno, pero también existen peligrosos riesgos.

En los próximos meses, el partido dirigido de Llamas deberá dar un paso adelante y decidir si se suma a la alianza con el resto de fuerzas o si, finalmente, opta por concurrir por separado a los comicios de marzo de 2026. Una decisión de la que podría depender el futuro de la izquierda alternativa en la Comunidad y su contribución a un hipotético cambio político tras las elecciones.