El presidente de la Junta y del PP de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, preside un Comité Ejecutivo Autonómico del Partido Popular

El presidente de la Junta y del PP de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, preside un Comité Ejecutivo Autonómico del Partido Popular ICAL

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El PPCyL activa para sorpresa de todos el botón electoral meses antes de lo necesario: Mañueco se queda sin un as

La Junta blinda al presidente y sale en su defensa para recordar que solo él puede fijar la fecha electoral, pero los plazos ya están marcados. La oposición afila los cuchillos.

Más información: Las elecciones autonómicas de Castilla y León se celebrarán el 15 de marzo de 2026

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Los deslices son los que muchas veces marcan el camino. Y algo así ha pasado en el Partido Popular de Castilla y León, donde una simple fecha ha provocado cambios en la estrategia política de cara a las próximas elecciones.El botón de modo elecciones se ha apretado antes de lo pensado para disgusto de Mañueco.

La confirmación no oficial realizada por el secretario general del PP de Castilla y León, Francisco Vázquez, sobre la fecha de las próximas elecciones autonómicas,15 de marzo, ha supuesto un movimiento inesperado que complica la estrategia del presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco.

Con sus palabras, el dirigente popular ha marcado un horizonte en el tiempo que, aunque ya estaba implícito en el calendario, porque es algo que ya se sabía, ahora resta margen de maniobra al jefe del Ejecutivo autonómico y a su equipo a la hora de “jugar” con las fechas.

Desde el Gobierno autonómico se han apresurado a rebajar el alcance de las declaraciones de Vázquez. Fuentes oficiales consultadas por este medio, insisten en que el objetivo de Fernández Mañueco “es agotar la legislatura” y recordaron que el 15 de marzo es simplemente la fecha límite para que se celebren los comicios.

“No hay novedad alguna”, subrayaron, en un intento de neutralizar el interés político generado que se desató a nivel nacional.

Lo que está claro es que la precampaña ya tiene el pistoletazo de salida y que todo se va a medir en modo electoral, aunque es cierto que Mañueco ya había realizado durante los pasados meses varios anuncios que sonaban a urnas. Por ejemplo, un bono de 200 euros para actividades extraescolares. En julio, ya pidió a sus pupilos que no desconectaran del todo.

La idea del PP, como ya ocurriera en anteriores comicios, es la de presentar las elecciones autonómicas en clave nacional como una especie de plebiscito contra Pedro Sánchez, de ahí que un poco probable adelanto de urnas nacionales provocaría también el encendido definitivo del botón por parte de Mañueco.

Una vez más, y como ya pasara en 2022, Castilla y León centra todas las miradas y será el primer examen nacional, otra reválida para analizar la fuerza de Pedro Sánchez. El 15-M también será otro test para Feijóo, pensando en su liderazgo.

Aunque Mañueco no se cansa de presumir de "gobierno útil y eficaz", como hizo durante su intervención en el debate del estado de la Comunidad, es cierto que los incendios que han asolado la Comunidad este verano han supuesto una piedra en el zapato. También la sombra del juicio de la trama eólica sobrevuela, aunque el actual presidente no esté implicado.

Además, ahora es el momento de que también la oposición se ponga las pilas y comience la batalla con un Carlos Martínez que comenzará a pisar más la calle y con un Vox que tiene que decidir su candidato.

Nuria Rubio, viceportavoz y vicesecretaria general del PSOECyL, también quiso este miércoles opinar del lapsus de Palencia al que denominó como “sainete” y “ridículo espantoso”.

Incluso la leonesa ya mete presión y afirmó que hay voces dentro del PP que dudan de que sea un buen candidato ni cuenta con un equipo solvente, "como ha quedado demostrado con el consejero Suárez-Quiñones, y tiene un proyecto “totalmente agotado”.

“Estoy convencido de que no quiere ir a las urnas”, reconoció Carlos Martínez.

Mientras, la formación de Abascal también hace lo propio. Hierro ha aprovechado para lanzar el primer aviso. No garantiza su apoyo a Mañueco tras las elecciones de marzo porque "lleva demasiado tiempo despreciándonos y todo cuenta”. Se nota rencor tras la ruptura y los momentos vividos en las Cortes, con ruptura de papeles incluido.

Con el botón encendido, el resto de las formaciones también arrancan sus estrategias. Unidas Podemos, sin Pablo Fernández, acudirá con toda seguridad por separado. Mientras que Soria ¡Ya!, UPL o Por Ávila querrán acaparar el descontento de la ciudadanía, sobre todo la formación leonesa por el tema de los incendios.

Blindar a Mañueco

Mientras tanto, y volviendo al presente, el resto del Gobierno regional ha tenido que salir rápido a apoyar la versión oficial. Por ejemplo, la vicepresidenta, Isabel Blanco, durante un acto en Segovia, ha evitado concretar y ha subrayado que “el objetivo del presidente es agotar la legislatura”. Como siempre se había dicho.

“Desde la Junta seguimos trabajando para poner en marcha nuevos programas, seguir ayudando a las familias de Castilla y León y para seguir generando oportunidades en la Comunidad”, ha zanjado la vicepresidenta.

En la misma línea, la consejera de Industria, Comercio y Empleo, Leticia García, ha recordado en Burgos que la competencia para fijar la fecha electoral “es exclusiva del presidente”.

“Él ha insistido siempre en agotar la legislatura y es él el que tendrá que decir y decidir la fecha de celebración de las elecciones en Castilla y León”, ha zanjado.

Ambas declaraciones reflejan la voluntad de blindar la figura de Fernández Mañueco como único responsable del calendario.

Es cierto que el propio presidente ya había avanzado en ocasiones anteriores que los comicios se celebrarían en torno a mediados de marzo si no mediaba un adelanto electoral en el ámbito estatal.

En caso de que hubiera anticipo de las elecciones generales, el criterio de la Junta era sincronizar las citas para evitar un desgaste innecesario de los votantes.

Lo que está claro es que con sus declaraciones en Palencia, Vázquez ha condicionado públicamente la estrategia de la presidencia.

El equipo de Mañueco contaba con la baza de la ambigüedad, no precisar fechas, dejar un margen de incertidumbre e incluso mantener la posibilidad de un adelanto calculado, un recurso que ahora ya no tendría sentido.

Mañueco ha dejado de controlar los tiempos, y en este caso se los han marcado desde dentro de su propio partido.

De esta manera, Mañueco se queda sin ese conejo en la chistera que significa la posibilidad de adelantar, retrasar o simplemente mantener el suspense de cuándo se acudirá a las urnas, algo que había manejado a la perfección hasta el desliz de Vázquez.

Aunque desde el Ejecutivo se repita que “no hay novedad” porque el 15 de marzo era la fecha que estaba en todas las quinielas.