La joven de Traspinedo desaparecida  fue hallada muerta en Traspinedo el pasado sábado

La joven de Traspinedo desaparecida fue hallada muerta en Traspinedo el pasado sábado ICAL

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"Casos como el de Esther López incrementan las consultas de padres por ansiedad en psiquiatría"

Antonio Soto, doctor en Psiquiatría y neurólogo, asegura que cada vez son más los progenitores que acuden al especialista porque el pánico que sienten a que pueda pasarles algo similiar a sus hijos les impide vivir con normalidad

9 febrero, 2022 23:18

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Casos como el de Esther López, a la espera de conocer los detalles forenses que determinen las circunstancias concretas de su muerte, generan en la sociedad un efecto "recordatorio" de otros que han copado los titulares de los medios de comunicación en los últimos años.

Además del dolor empático que suscita en la población, se producen otros fenómenos: incremento del miedo, psicosis y, en algunos casos lo que es peor: un efecto llamada en sujetos que copian modelos de conducta buscando demostrar su dominio. Pero ¿por qué?

Vecinos de Esther López guardan emocionados un minuto de silencio tras conocerse el hallazgo del cuerpo sin vida de la joven

Vecinos de Esther López guardan emocionados un minuto de silencio tras conocerse el hallazgo del cuerpo sin vida de la joven ICAL

Juan Mons, prestigioso psiquiatra de Burgos, considera que "se da un exceso en el número de horas de información respecto a sucesos como el de Esther López, lo que alimenta el miedo entre la población".

Este doctor entiende que debería haber una línea ética "entre informar, que es necesario y lo normal, y lo que hacen algunos medios de comunicación cuando sucede un hecho como el de la joven de Traspinedo, con mesas camilla donde debaten durante días sobre lo mismo generando mayor alarma sin aportar nada".

Según la ONU, violencia es cualquier relación, proceso o condición por la cual un individuo o grupo social viola la integridad física, psicológica o social a otra persona. En este sentido, parece utópico imaginar un mundo en el que pueda erradicarse.

Cuando preguntamos al doctor Mons qué está fallando -independientemente de que la violencia sea una realidad con la que convivimos desde el comienzo de los tiempos-, su respuesta es clara: "Hay una profunda crisis de valores y un sistema que genera un vacío enorme que en muchas ocasiones se traduce en el desarrollo de personalidades violentas. Vivimos en una trampa. En un sistema que ni nos respeta ni nos cuida", concluye.

Antonio Soto, Doctor en Psiquiatría y neurólogo con más de 50 años de experiencia en esta profesión, cree que, además, las redes sociales han actuado como un "acelerador de los dramas que a su vez incrementan la ansiedad y el miedo en las mentes más frágiles".

Los comentarios, hilos y timeline de las redes sociales han hecho de amplificador de los casos más graves de violencia

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El consumo constante de noticias a través de estos medios actúa de amplificador generando "un estrés y un miedo mayores que afectan más a los individuos más débiles mentalmente". Y este consumo, según un estudio de la Asociación Estadounidense de Psicología bajo el título 'The Dark at the End of The Tunnel: Doomscrolling on Social Media Newsfeeds'. se ha intensificado desde 2018 y de forma especial tras la irrupción de la pandemia.

Se acuña el término Doomscrolloing como el fenómeno por el cual el usuario busca compulsivamente noticias negativas en sus dispositivos digitales. Una especie de adictos a las malas noticias.

Este miedo amplificado, sin embargo, "no ha incrementado los casos en consulta de personas con especial pánico a sufrir un episodio violento", aseguran ambos psiquiatras, al menos en lo que a su experiencia se refiere en los últimos veinte años.

Lo que sí se ha incrementado han sido las consultas de adultos "que muestran pánico, estrés elevado o mucha ansiedad a que a sus hijos les pase algo parecido a lo que ven en los medios de comunicación. Un miedo que se traduce en un nivel de estrés tan alto que afecta a sus vidas en ocasiones de forma severa", comenta el doctor Soto.

¿Tiene la sociedad una percepción distorsionada de la seguridad del entorno en el que vive, o este miedo está fundamentado? En palabras de este doctor en psiquiatría, "la gente tiene la percepción que realmente hay: y es que antes a los hijos se les dejaba ir solos al colegio y ahora los padres en consulta te confiesan que no se atreven".

No es un miedo "irracional", asegura, porque ven que son hechos que ocurren a personas como ellos, en entornos como los suyos, "y eso no tiene nada de irracional", asegura.

Doble impacto

A pesar de que no existe unanimidad en torno a si el exceso de informaciones sobre violencia en los medios de comunicación genera necesariamente a su vez un efecto espejo que atrae nuevas conductas violentas, "sí está demostrado que en ocasiones produce o facilita la comisión de nuevos delitos por imitación". El llamado Efecto Werther de Goethe, pero en lo que a violencia contra otros se refiere.

Lo cierto es que "consumir violencia tiene siempre un impacto en el cerebro de las personas, tanto si es porque consumen demasiada información al respecto y de forma continuada, como si se trata de otro tipo de relación con esas conductas", afirma Soto.

Por su consulta, tras 50 años y sin pensar aún en la jubilación, han pasado pacientes con todo tipo de problemas. Soto coincide con el doctor Mons en que a lo largo de su carrera profesional ha visto cómo "la falta de valores ha ido generando escenarios donde el otro, el que no soy yo, no existe, no importa, o cada vez menos", lo cual lleva a una banalización de la vida humana.

¿Tienen más miedo las mujeres de hoy que las de hace veinte años? El Doctor Soto cree que hay más miedo en general, porque a su consulta acuden pacientes con miedos, fobias y paranoias de todo tipo, pero asegura que no ha notado un incremento significativo en mujeres.

El caso de Esther López incendió las redes sociales desde que desapareció el pasado 12 de enero en Traspinedo, y volvió a ser el centro de la noticia cuando apareció su cuerpo el pasado sábado en una cuneta de este municipio vallisoletano.

Mensajes en los que muchas mujeres mostraban no sólo su indignación y tristeza sino también su miedo a pasear por la calle o a quedar con amigos, a volver solas por la noche o a salir a hacer footing una vez caída la tarde por cualquier pinar o carretera.

Miedo. Ansiedad. Paranoia. Distorsión de la realidad. Las consecuencias de ser testigos del horror ajeno sin la percepción necesaria de vivir en un entorno suficientemente seguro.