Castilla y León registró a lo largo de 2018 un total de 14 ahogamientos en espacios acuáticos, cifra que representa el 3,8 por ciento del total de fallecimientos ocurridos en el Estado, 372, 109 menos que en 2017, según el Informe Nacional de Ahogamientos (INA) que elabora la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo.

Tras esa cifra, Cataluña registró 41 muertes (11 por ciento), la Comunidad Valenciana 37 (9,9 por ciento), Castilla y León y País Vasco 14 (3,8 por ciento), la Región de Murcia 12 (3,2 por ciento) y Asturias 11 (3 por ciento).

El informe atribuye el descenso en el número de ahogamientos al retraso en el comienzo del uso de las playas debido al mal tiempo, que se prolongó durante los primeros meses del año, incluidas las vacaciones de Semana Santa, y ha sido el factor determinante de este descenso de más del 22 por ciento en la cifra de fallecimientos por ahogamiento.

A lo largo de los últimos cuatro años, 2017 fue la anualidad con más fallecidos, 481; seguida de 2016, con 437, y 2015, con 415, mientras que el pasado año, 2018, fue el único ejercicio que bajó de los cuatrocientos muertos, con las 372 muertes computadas.

El mes en el que más muertes se produjeron fue agosto, con 65 ahogados, lo que junto a las 60 de julio y las 52 de septiembre concentra en la época estival hasta el 47,6 por ciento de los decesos producidos el año pasado, aunque sería del 56,7 por ciento si se suman las 34 que se dieron en junio. El mes con menos fallecidos fue febrero, con siete.

El perfil de la persona muerta por ahogamiento en un espacio acuático español es el de un varón en el 77 por ciento de los casos, de nacionalidad española (75 por ciento), con más de 45 años (65,9 por ciento, aunque el 40,1 por ciento era mayor de 65).

El lugar donde más muertes se concentraron fueron las playas, en el 44 por ciento de los casos y en espacios que carecían de vigilancia (hasta el 83 por ciento). La franja horaria de la mayoría de ahogamientos se sitúa entre las 10.00 y las 18.00 horas (60,3 por ciento).