La crónica de sucesos está impregnada cada vez más con hechos delictivos hasta no hace mucho tiempo más propios de grandes urbes, de otras latitudes donde la delincuencia está a la orden del día. Pero la globalización también conlleva la expansión del delito y sus nuevas vertientes, que NOTICIASCYL les detalla cada domingo en una serie, acercándoles los detalles sobre prácticas cada vez más comunes en Salamanca.

Es el caso del consumo de drogas de diseño cada vez más potentes, cada vez más mortales, y que cada vez pasan más desapercibidas entre una juventud que ignora sus dañinos efectos. La última moda es el ephylone, bk-EBDP, unas pastillas procedentes de India y China que no se pueden distribuir legalmente pero tampoco figuran en listados de sustancias ilícitas. Esta situación de alegalidad propicia que incluso se puedan adquirir a través de internet.

El ephylone es una sustancia estimulante, pero como tiene unos efectos similares al éxtasis, se menudea como tal. Los camellos engañan a los jóvenes ávidos de nuevas sensaciones asegurando que es como el MDMA, o el GHB (éxtasis líquido), pero más suave. Absoluta mentira. Se ingiere por la boca, pero sus efectos son mucho más mortíferos. Junto al cosquilleo que ofrece una sensación de flotar también está una alteración de la conciencia y una gran deshidratación del cuerpo. Es decir, daños en el cerebro irreversibles y riesgo de morir porque los órganos básicos no aguanten el ritmo al que están sometidos o por un fallo cardíaco.

Por ejemplo, durante los últimos meses se han dado casos en España de jóvenes que terminaban en el cuarto de baño desnudos porque tenían mucho calor y decían que iban a ducharse, o huyendo de una discoteca porque veía al resto de la gente como zombies, o provocando peleas al considerar que los demás asistentes a la fiesta querían matarle. Tal es la alteración de la mente que llega a producir esta droga durante las siguientes horas a consumirla.

Y como los narcotraficantes siempre están experimentando con la droga para obtener efectos más potentes que logren enganchar a más consumidores, ya se ha detectado ephylone adulterado con anfetaminas. Hay quienes en lugar de ingerir esta droga la fuman, se denomina una ‘bombita’, asegurando que así los efectos de la sustancia estupefaciente son más progresivos y no llega el ‘subidón’ de golpe. También es falso. Las consecuencias para el corazón y el cerebro son las mismas.