Francisco Franco en su lecho de muerte.

Francisco Franco en su lecho de muerte.

Opinión Puntadas con hilo

Franco casi murió hace cincuenta años

"Sánchez, acuda al diván de Freud. Después de medio siglo a millones de españoles Franco nos importa un bledo".

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Mi generación tuvo la suerte de vivir en directo hechos históricos excepcionales, como fueron la muerte de Franco el veinte de noviembre de mil novecientos setenta y cinco, la desaparición de la larga dictadura que durante cuatro décadas hurtó las libertades cívicas a los españoles y el posterior nacimiento de una democracia parlamentaria plena, tras la denominada ‘Transición’.

Ahora, el presidente Sánchez, con su ‘Año Franco’, quiere conmemorar el medio siglo del fin del franquismo a su manera, como Frank Sinatra en ‘My way’. Debe tomar por mamelucos a los españoles para que pensemos que Franco aún interfiere en el destino de nuestro país. Está contrariado por su desaparición real. Le gustaría que el general estuviera muerto a medias, casi muerto o mitad vivo para movilizar el voto de la izquierda que deserta del socialismo. Sánchez cree que los ciudadanos somos ‘Rexona, el desodorante que nunca abandona’.

Con la llegada al poder del socialista Rodríguez Zapatero se removieron viejas heridas de división entre españoles, que la gran obra de la ‘Transición española’ había intentado cicatrizar. Zapatero, torticeramente, hurgó en la llaga para que el enfrentamiento fratricida de la guerra entre hermanos doliera y sangrara eternamente. La polarización actual de la sociedad española, la división, los extremismos y populismos son el legado de aquel presidente de la ‘desmemoria’ histórica.

Cuando la historiografía analice sus mandatos, pondrá en su sitio a Zapatero. Es probable que el juicio de sus actos no sea benévolo. A lo largo de los años en los cuales encabezó el gobierno, mantuvo una verdadera obsesión con el dictador Franco. El mundo de las obsesiones es proceloso y lo trata la disciplina médica de la psiquiatría. El presidente leonés quería ganar la guerra a Franco. Por mucho que produjera endorfinas en su compleja ‘psique’ invertir la historia a su medida, es algo categóricamente imposible, una entelequia.

España se rompió en dos en aquella horrible guerra fratricida que estaba abocada a un escenario de destrucción de la democracia y la libertad. El ‘día después’ del final de la guerra ‘incivil’ solo podía ser trágico. Si la victoria se alzaba de parte del bando franquista se establecería una dictadura alineada con las potencias de Eje, Alemania e Italia, países a los que Hitler y Mussolini habían conducido a regímenes totalitarios como el nazismo y el fascismo.

No se puede afirmar con certeza, sino como hipótesis predictiva, lo que hubiera ocurrido en España si la contienda civil se hubiera resuelto a favor de la República. Nunca el régimen republicano instaurado en 1931 fue una ‘arcadia feliz’, pese a quien pese. Con la victoria del Frente Popular la República se transformó en una ‘democracia muy poco democrática’, conclusión sobre la que existe consenso entre los más prestigiosos historiadores.

Al finalizar la guerra ‘incivil’, en España se consolidó la dictadura de Franco. Zapatero y su discípulo Sánchez quieren presentar el franquismo y el fascismo como la causa de todos los males actuales de nuestro país. Lo que callan es lo que hubiera podido ocurrir si la contienda se hubiera resuelto en favor de la República. En España se habría implantado un régimen comunista bolchevique. El anhelo de su admirado líder socialista Largo Caballero era alcanzar la dictadura del proletariado. No falten a la verdad.

Sánchez, con filial devoción por Zapatero, está también obsesionado con la figura de Franco. Es una irresponsabilidad traer a colación al dictador y al fascismo, día sí y día también. Sánchez es la fábrica de franquistas. Por reacción a su política, en absurda respuesta emocional pero real, un diecinueve por ciento de jóvenes españoles se declara partidario de la dictadura franquista, que no vivieron.

En España falta cordura y reivindicación del ‘espíritu’ de la Transición, el consenso, la reconciliación, la democracia y la libertad. Hace cincuenta años que murió el dictador, no está casi vivo. Sánchez, acuda al diván de Freud. Después de medio siglo a millones de españoles Franco nos importa un bledo.