Castilla y León posee todos los recursos necesarios para ser un destino turístico imbatible. Da igual hacia dónde mires, las nueve provincias de esta extensa Comunidad tienen lo mejor para atraer el interés de cualquiera que se dispone a organizar un viaje.

Tiene lo mejor en patrimonio histórico: gótico, románico, barroco, mudéjar, iglesias, catedrales, castillos hasta un acueducto…. Por algo cuenta con ocho bienes declarados Patrimonio de la Humanidad, desde las ciudades de Ávila, Segovia y Salamanca pasando por la catedral de Burgos o los yacimientos de Atapuerca y las Médulas, y la calle Mayor de Europa que es el Camino de Santiago. La región con más bienes declarados en esta categoría en el mundo.

Tiene cultura por todos sus rincones, tradiciones y expresiones artísticas que se desarrollan durante los 365 días del año.

Castilla y León es también riqueza natural, que adquiere la máxima categoría, espacios naturales que recorren a lo largo y ancho su territorio y que albergan hábitats singulares con una belleza paisajística excepcional. No en vano representan el 20% de la Red Natura Europea.

Con todo esto aparece también la oferta gastronómica de la Comunidad que es incomparable y está ligada a la producción agroalimentaria con una diversidad que muy pocos otros territorios tienen. Somos la región con más figuras de calidad alimentarias reconocidas, denominaciones de origen de vino, indicaciones geográficas que amparan todo tipo de alimentos. Se cultivan y se producen aquí las materias primas con una profesionalidad agraria de primer nivel y se transforman por una industria que conoce y cuida los procesos tradicionales.

En definitiva, la oferta que tiene Castilla y León no la tiene nadie en nuestro país y tampoco en otros cercanos. Esta excepcional oferta se organiza en torno al sector turístico que da empleo a cerca de 80.000 personas en nuestra Comunidad. Recorre todos los rincones y tiene una amplia presencia en el medio rural, donde tiene especial relevancia. Frenar la despoblación y retener a la gente en los pueblos está directamente relacionado con este sector, que es el más importante junto con el agrario y que ambos permiten la creación de empleo. Por supuesto que existen muchos otros capaces de conseguirlo también, pero estos dos ocupan un lugar preeminente.

Por lo tanto, desarrollar políticas públicas acertadas, que apoyen a este sector resulta de vital importancia. Y más en Castilla y León donde la dispersión del territorio hace imprescindibles las políticas públicas.

En esta Comunidad, a principios de este siglo, se creó la Consejería de Cultura y Turismo y tuve el privilegio de ponerla en marcha, impulsando su desarrollo y gestión. Era necesario que toda la riqueza que tiene Castilla y León en materia cultural y patrimonial fuera proyectada desde el enfoque turístico, ya que necesitábamos el desarrollo económico del sector con toda su potencialidad. El trabajo más importante consistía precisamente en eso, en encajar y cohesionar todos los eventos culturales y la visita a nuestro patrimonio, dándolo a conocer a través de la promoción turística. Utilizar todos los soportes de divulgación, información y construcción de un producto turístico para que la oferta de Castilla y León fuera conocida por los potenciales turistas. Generar eventos culturales como fueron el Festival de las Artes de Castilla y León, el MUSAC, las Edades del Hombre, el aprendizaje del español para que los turistas los conocieran y vinieran a visitarnos.

Se construyó todo esto en torno a una marca que fue objeto de un trabajo de análisis y reflexión realizado por expertos en la materia, que fue muy meditado y dirigido desde el equipo directivo de la Consejería, valorando muy bien hacia donde debía ir la imagen que queríamos transmitir de Castilla y León y se concluyó en que debía ser 'CASTILLA Y LEÓN ES VIDA'. Una marca que se anunció después de un largo y profundo proceso de reflexión, se pensó en su tipografía, los colores, la música… Ha portado hasta la música de 'la vida es bella' durante un tiempo en el que se adquirieron los derechos. Se desarrollaron 'spots' audiovisuales que fueron francamente impactantes por su alta calidad.

Una marca es imprescindible en los tiempos que vivimos y cualquier experto en marketing te diría que si quieres que se conozca tu producto y lo quieres vender necesitas una buena enseña.

'Castilla y León es vida' ha cosechado multitud de éxitos y se ha hecho un importante hueco en el panorama nacional. Cualquiera que posee una marca con historia no se deshace de ella, el tiempo de trabajo y de desarrollo de presencia en el imaginario colectivo no se puede comprar, es insustituible.

Sustituir 'Castilla y león es vida' por una marca tomada de un banco de imágenes no ha sido una buena idea, sustituir el eslogan por otro sin haberlo meditado tampoco lo ha sido.

Acompañar todo esto de una representación de danza el día de su presentación, que costó cinco veces lo que el desarrollo del logo, es un verdadero desatino que da idea del tamaño de la chapuza.

Las políticas públicas son imprescindibles para aportar valor a sectores en los que el trabajo que se desarrolla por miles de personas merece el máximo respeto y todo el cuidado cuando se toman decisiones que pueden perjudicar a una trayectoria tan larga como la que tiene el turismo en Casilla y León.

Esto no es un juego, hay que pensar mejor y valorar atentamente la repercusión de las decisiones que se toman.

¿Alguien se imagina que Coca-Cola cambiara su marca mañana?