Pues sí, mejor que bien comenzó hoy mismo en Arenas de San Pedro el III Ciclo de Novilladas de la Junta de Castilla y León y la Fundación del Toro, con novilleros y novillos mucho más que sobresalientes. Tarde de cartel grande en Valladolid, la verdad es que no dudé a la hora de cambiarla por ésta, entre otras razones porque siempre me ha gustado coger a los toreros por sus principios, viéndolos crecer y forjarse, y a los dos del caso, Daniel Medina e Ismael Martín, los llevo de ojo desde que empezaron en esto.

El segundo utrero de María Cascón, atanasio-lisardo en la pureza de Juan Luis Fraile, y los dos de La Guadamilla, Astronauta y Enredador, a mi juicio fueron de vuelta al ruedo, vuelta únicamente concedida al último, que además de meter la cara y colocarla de libro por ambos pitones se demostró educadísimo, hasta el extremo de que, habiendo desarmado a Ismael Medina a la salida de un pase de pecho, de inmediato le devolvió la muleta, dándosela al girar el cuello cuando éste ni siquiera tuvo tiempo para cerrar la mano. Hondos y serios, los tres astados lo pedían todo por abajo, no hacían extraños y se entregaban con codicia, exigentes pero nobles, nobles pero exigentes.

El varilarguero de turno le hizo la faena a Daniel Medina de dejarle demasiado entero su primer novillo, que ya se fue para arriba en banderillas y que luego se puso enojoso, porque reponía y reponía y volvía a reponer comiéndole los terrenos. Fue, creo yo, el único fallo serio de una tarde redonda, con Medina variado, templado y cadencioso en el segundo de Fraile y con Ismael Martín luciendo un toreo de registros y resonancia, toreo el suyo que transmite y enseguida llega a los tendidos. Yo lo he visto fácil y con sentido del espectáculo con los palos, ajustado con el capote y habiendo progresado muchísimo con la muleta respecto a su recién vencida etapa de novillero sin caballos.

En definitiva: Daniel Medina cortó las dos orejas del segundo de su lote, Ismael Martin se  alzó con cuatro y, como ya he señalado, tres de los cuatro astados rayaron bien alto. Así pues, hubo novilleros y novillos, de modo que el III Ciclo de la Junta y la Fundación ha comenzado estupendamente.

“Principio bueno”, dice el refrán, “la mitad es hecho”.