Haciendo analogía con el viejo refrán agrícola de “grano a grano se hace granero” las elecciones que se celebraron en Castilla y Leon el 13 de marzo han servido para construir varios graneros, en algunos casos, en otros hacerlos más grandes y, en otros casi vaciarlos.

Viendo los datos, la sociedad castellano y leonesa no ha hecho, ni medio ni por entero y, por supuesto, ni un claro ganador de las elecciones; y así es, nadie puede titularse ganador, recuerdan el artículo “solo se ganan elecciones” de fecha 10 enero 2020.

Abreviando exponía que: “solo se ganan elecciones cuando puedes gobernar y legislar con tus propias fuerzas, sin necesidad de apoyarte en otro partido”

Nadie puede declararse ganador hoy y sobre todo (tras los resultados obtenidos en estas elecciones) en el que la necesidad de cada una de las fuerzas preponderantes ha perfeccionado las razones que sustentaban esa opinión porque, en un sentido u otro: abstención del PSOE para mantener sus políticas establecidas tras las amenazas de VOX de aniquilar “legislación izquierdista” o el apoyo y subida al cajón del gobierno por parte de VOX (ya han advertido que sus votos no son menos que otros) para revolver todo el entramado que la izquierda ha montado a su imagen y semejanza ideológica (dicho sea de paso con la aquiescencia del PP) directamente o de forma virtual y por puro interés todos quieren subirse al cajón del gobierno y con ello se confirma lo dicho y es que no, el PP con todo lo que diga Mañueco, no ha ganado las elecciones.

La exigencia por parte de VOX de derogar “leyes de la izquierda”  no es más que una exigencia coherente pero no es ilegal, es lo que tiene la capacidad de legislar de un partido en el gobierno y por tomar este tipo de decisiones no se les puede demonizar.

 “No banalicemos el fascismo; no soy sospechoso de simpatizar con VOX”… Guillermo Díaz tras una memorable intervención localizó cinco elementos que lo fijan trasladando tras esa calificación de ultraderecha a ERC al localizar en la ideología de esta formación los 5 elementos necesarios: “Pasado mítico, inventado, adoctrinamiento, espacio vital o “lebensraum” y racismo.

Así pues, a mi modo de entender, VOX no es fascista, ni siquiera ultraderechista, es un partido conservador, conservador y tradicionalista a ultranza, eso sí, pero no más que el PSOE, o que creen, ¿que el PSOE no es conservador, no trata de proteger, de defender su historia -de 140 años presumen- su memoria, sus tradiciones, sus líderes pretéritos, sus espacios de convivencia? que, puestos en el fiel de la balanza fijados por Guillermo Díaz, no sé, no sé!

El que quiera enmarcar todo esto en fascismo y antifascismo como dijo Rufián en una sesión del Congreso está equivocado. Y Ayuso lo ha dicho en repetidas ocasiones y de forma determinante “no hacer caso de las presiones que se reciban o lo que diga la izquierda”

Pero no, algunos siguen empecinados en el error de escupir en el ojo de aquellos ex votantes que libremente han traspasado su voto a VOX. Nunca se sabrá la proporción pero ante la posibilidad que fuesen muchos (los datos así lo indican) me guardaba mis opiniones al respecto, más que nada, porque la actualidad política contradice todo y a todos.

Y esto es así debido a los resultados obtenidos, tan apretados son que no cabe, en según qué combinaciones, un escupitajo en el ojo de cualquier representante político, todos necesitaran tener los ojos en perfectas condiciones para apretar bien el botón y que sea el botón correcto.