Los Supersónicos fueron una serie de dibujos animados que nació en 1962 (repuestos en los años 70-80) y que, cuando yo era muy niño, que también lo fui, veía en la televisión y, en ella, se reflejaba la imagen que, se esperaba, tuviese el mundo, en el que las viviendas tenían un funcionamiento ecológico, telemático, automatizadas con sistemas de regeneración del aire y campanas depuradoras al entrar en la viviendas, comunicaciones telemáticas y sirvientes automatizados. Los vehículos volaban y eran no contaminantes y presentaban los principios del siglo XXI como un mundo feliz, híper automatizado pero, profundamente humano, pues hasta los robots presentaban sentimientos y se sometían al valor del ser humano.

Hoy tenemos una visión ecológica en un mundo en el que, los que destrozamos nuestra economía y futuro en pos de la ecología, no afectamos al planeta más allá del 1%. Tenemos un funcionamiento telemático al que nos zambullimos sin tener la preparación adecuada, ni los modelos de actuación interiorizados, ni siquiera la tecnología oportuna, pero que implementamos en todos los aspectos de la vida echando a la cuneta a los mayores, a los menos preparados, a los que carecen del mínimo nivel técnico, generando, de este modo, un mundo nuevo con desechos humanos faltos de adaptación y, menos aún, de la ayuda precisa.

Pareciera que ya, en aquellos lejanos años de los Supersónicos, se preveía la crisis sanitaria, pues adecuaban la regeneración del aire y las campanas eliminadoras de virus al acceso de las viviendas que, ahora, precisaríamos.

Pero, lo cierto es que, no hemos desarrollado la tecnología al nivel predicho, o sí, ni hemos avanzado hasta el punto de conseguir la ciencia y sus aplicaciones en la vida diaria común; pero, lo que sí que hemos hecho es olvidar nuestro pasado, incrementar la deshumanización de la vida y destruir las libertades en post de la seguridad, desechando la sabiduría, la experiencia y a la persona.

Ahora estamos en el intento de conseguir ser supersónicos y se comienza a hablar del metaverso y de la realidad virtual como modo de vida... En definitiva, hemos comenzado una carrera para la deshumanización de la humanidad en aras de la ciencia, de la acción virtual, de la seguridad, del progreso, que únicamente significa la pérdida de libertad, pues, en ese universo nuevo, el pasado será el que deseen las élites, la ciencia se desarrollará según un interés de la élite, la libertad que poseas será la que determine la élite dirigente, sea esta la que sea y no decidida por ti.

Transmutamos la libertad individual, los Derechos Humanos y el libre albedrío por el interés del partido (puro comunismo) o de la élite dirigente (neocomunismo), por eso se vende al que defiende la libertad como fascista, al que promueve el libre albedrío como religioso radical o al que defiende la historia como un manipulador extremista y se defiende la postverdad, la supremacía del Estado, el estatalismo como modelo político y de desarrollo de los servicios públicos frente a los modelos de libertad a los que se demoniza.

Ya estamos entrando en la era de los supersónicos, pero no son los que nos vendieron de niños, sino los que Huxley firmó en su "mundo feliz", en el que la vida no será real, las relaciones no serán físicas, el hombre no será humano... En ese camino quedaremos muchos, muchísimos seres humanos que seremos despreciados por el sistema o aniquilados por él como sobrantes de producción y, todo ello, cubierto de la capa del progreso, el avance, el ecologismo, la diversidad, el nuevo mundo, de forma que los desechos lo serán por antiprogreso, fascista, retrógrado o, simplemente, viejo, caduco.

No es lo que quieres, no es lo que deseas, no es lo que dignifica al hombre y, mucho menos, es lo que nadie te ha preguntado. Es lo que nos imponen con la digitalización deshumanizada y hacia donde nos dirigen los que deciden nuestro futuro (bancos, grandes corporaciones, Davos, el partido, China...) que, evidentemente, no es el futuro democrático, ni libre, ni humano, por eso sobra el humanismo cristiano, por eso la libertad es sólo cuando la clama alguno de los dirigentes, por eso la política y la vida se están desarrollando en el plasma, en lo virtual, en el plexiglás.