Apenas 24 horas después del incendio que ha asolado la popular empresa cárnica castellana y leonesa, Cascajares, el Itacyl ha anunciado, junto a la Estación Tecnológica de la Carne, que la compañía palentina, que pondrá a disposición de la compañía sus infraestructuras y maquinaria para que puedan seguir trabajando. Al menos, hasta que puedan encontrar otra solución con el tiempo.

Del incendio que se declaró en la madrugada del pasado 26 de enero, sólo quedó el logotipo de la firma que presidía la fábrica en lo alto de su fachada, tras 30 años de historia de una compañía que hizo de sus capones y alimentos preparados navideños su seña de identidad y que consiguió colarse en el menú de la boda del rey Felipe VI y la reina Letizia.

Las llamas devoraron tanto la maquinaria como toda la producción y materia prima de Cascajares, a pesar de lo cual uno de sus fundadores, Alfonso Jiménez Rodríguez-Vila, declaraba a las pocas horas de sucederse los hechos que "lo importante es que no ha habido daños personales y que queda lo más importante: la marca y la gente".

La empresa había conseguido superar en el pasado ejercicio la facturación previa a la crisis desatada por la pandemia, hasta los 10 millones de euros, con una ampliación de su cartera de productos y tras haber inaugurado la ampliación de su fábrica en 2019.

Con el apoyo del Itacyl y de la Estación Tecnológica de la Carne, la Junta de Castilla y León pretende dar una solución inmediata y ágil a una empresa que deberá partir de cero para volver a comercializar sus productos alimenticios, si bien el propio Rodríguez-Vila aseguró desde el primer momento de conocerse la fatal noticia, que "Cascajares volverá y lo hará más fuerte que nunca".