Tarjetas de crédito junto a la imagen del abogado Aitor Martín

Tarjetas de crédito junto a la imagen del abogado Aitor Martín

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Avalancha de sentencias contra las tarjetas revolving en Castilla y León: “Lo mejor es no tenerlas”

Los abogados reconocen que ante un problema de este tipo hay que “interponer" una demanda porque con una reclamación extrajudicial "no te van a hacer ni caso”

3 junio, 2022 07:00

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Algo tan sencillo como recibir una llamada y aceptar una tarjeta de crédito se puede convertir en una pesadilla. Eso es lo que están sintiendo muchos castellanos y leoneses que están sufriendo en sus cuentas corrientes las temidas tarjetas ‘revolving’. Como nos indican desde el bufete Aitor Martín Ferreira, se está viviendo “una avalancha” de denuncias contra un producto bancario que en ocasiones llega a la usura y que han dejado a las cláusulas suelo en un segundo plano.

Las ‘revolving’ son un tipo de tarjeta de crédito que ofrecen los bancos, pero con ciertas peculiaridades que las convierten en un producto peligroso. Las asociaciones de consumidores invitan a usarlas con prudencia y a reclamar en caso de no haber sido informado correctamente sobre el producto. Y como en el caso de Martín Ferreira, el consejo es que “no tengamos ninguna” y si ya la tenemos “interponer una demanda porque con una reclamación extrajudicial no te van a hacer ni caso”.

¿Qué ocurre con estas tarjetas? Pues que todas las compras que se realizan ya sea en un supermercado, en una tienda de ropa, de muebles o de electrodomésticos quedan aplazadas automáticamente, con la contrapartida del cobro de unos altísimos intereses. Lo que ocurre es que no sucede como con una tarjeta de débito que se pasa al instante, en este caso el pago se realiza en cuotas mensuales que generan intereses. Es decir, que funcionan “como una especie de minicrédito”, señala el abogado salmantino, pero en ocasiones el cliente desconoce que los elevados intereses que se están generando. Y el problema es que la tarjeta se puede usar aunque la cuenta no tenga dinero, ya que el banco ‘tira’ del crédito concedido y esa deuda se tiene que ir devolviendo y con intereses cada vez más altos.

Aitor Martín pone ejemplos que le están llegando a sus despachos de Salamanca y Valladolid. “Te concede un crédito para pagar un teléfono móvil por solo 50 euros al mes. El enganche es poco porque es cómodo de pagar y no le echas cuentas. Pero de ese dinero, parte es para pagar intereses. Lo que hacen es sumarse a la deuda. Es decir, que nunca acabas de pagar, es el efecto bola de nieve”, apunta y recuerda que sus clientes le dicen que lleva pagando 10 años “porque el 70% son intereses, es amoral y también ilegal, nosotros ponemos una doble denuncia, por usura y por no pasar el doble control de transparencia”.

Casos práctico

El último caso ganado ha sido una sentencia contra BBVA y su tarjeta revolving AFFINITY en la que declararon la nulidad de su contrato con un interés superior al 20 % T.A.E., condenando al banco a reintegrar todos los intereses y comisiones que superen el capital prestado y a abonar las costas del procedimiento, recuerda en un caso llevado desde el Tribunal de Primera Instancia de Valladolid.

Algunas entidades financieras, aunque estas tarjetas también se ofrecen en grandes supermercados, tiendas de ropa o de electrodomésticos, emiten este tipo de tarjetas aplican intereses muy altos, que rondan el 20% y en algunos casos superan el 25% TAE para poder pagar un teléfono, una lavadora o un televisor. “algo que es usura”, apunta Martín. Hasta que una sentencia del Supremo del 4 de marzo de 2020 consideró usura una tarjeta 'revolving' con un TAE del 27% TAE y acordó su nulidad. “Desde ese día se abrió el camino y la justicia nos está dando la razón en la mayoría de los casos”.

Hace unos meses, el Juzgado de Primera Instancia número 3 de Alcobendas declaró la nulidad de una tarjeta 'revolving' con una TAE del 26,72% de Bankinter Consumer Finance S.A., por lo que ha reconocido que la entidad tenía que pagar 13.125,54 euros a un vecino de Valladolid

Un proceso judicial que en casos como los de estas dos provincias de Castilla y León se están alargando entre 8 meses y un año, aunque muchas veces no se llega ni a juicio y es suficiente con la señalización de una audiencia previa para que el conflicto quede visto para sentencia.

Así pues, el abogado recomienda que si nos llaman por teléfono y nos ofrecen una tarjeta de  crédito lo mejor es decir que no. “Ni esperes a que te lo expliquen. Yo solo tengo de débito. De crédito no tengo ni buena ni mala. Para que veas”.