
Jorge Soto, de Ascel, y un lobo en Castilla y León
Jorge promete batalla ante una guerra eterna en CyL: "Matar al lobo no tiene justificación ni científica ni técnica. Menos ética"
Desde Ascel apuntan que tomarán “todas las medidas necesarias a su alcance” para “conservar el patrimonio natural” y que “no se maten lobos” en la Comunidad.
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Ascel (Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico) pasa por ser una agrupación de personas que se basa en el trabajo voluntario de su Junta Directiva y también en la del resto de sus socios.
“No recibimos ningún tipo de subvenciones públicas por nuestro trabajo y nos financiamos a través de las cuotas anuales de nuestros socios y donaciones privadas. Nuestro principal objetivo pasa por promover la conservación, a largo plazo, de poblaciones viables y funcionales de lobos en la Península Ibérica”, explica Jorge Soto.
Naturalista, burgalés de 54 años y miembro de la Junta Directiva de Ascel, EL ESPAÑOL de Castilla y León charla con él sobre las últimas novedades que se han producido, la semana pasada, en relación a la protección de este animal.
El pleno del Congreso aprobaba el pasado jueves, 20 de marzo, eliminar su protección especial al norte del Duero, lo que podría permitir su caza, y abre la puerta a que pueda también rebajarse la protección al sur.
Una medida que salía adelante a través de una enmienda del PP al proyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario con el apoyo de Vox, Junts y PNV.
P.- ¿Cómo cree que está la situación del lobo en Castilla y León?
R.- Según los datos oficiales publicados en el último censo de la especie, los lobos en Castilla y León han aumentado menos del 8% en los últimos 10 años, lo que supone una tasa de crecimiento anual del 0,8%, es decir la menor en una década desde los años 70. Independientemente de su status demográfico o área de distribución, de que haya muchos o pocos, es tal la importancia ecológica del lobo que debería estar protegido como lo están la golondrina, el buitre leonado, o el gavilán que tienen miles de parejas en España y nadie se plantea su desprotección.
P.- ¿Es una especie vulnerable?
R.- Hablamos de una especie vulnerable y amenazada. Está aislada del resto de poblaciones de lobo en Europa. Tiene problemas de falta de variabilidad genética y sufre altas tasas de mortalidad ilegal y atropellos. Aunque parece evidente y es público y notorio que el mayor factor de amenaza del lobo en la actualidad es la Junta de Castilla y León. Paradójicamente, la administración que debería velar por su conservación.
P.- ¿Cómo vio la medida del Gobierno, en septiembre de 2021, de que el lobo fuera especie protegida cuando entró en el Lespre y dejó de ser cinegética al norte del Duero?
R.- Los lobos deberían haberse protegido cuando España firmó el Convenio de Berna, hace más de 20 años. La protección del lobo en nuestro país, en el 2021, no fue debida a un capricho del Gobierno, sino a una solicitud de Ascel acompañada de un extenso informe técnico-científico en el que justificábamos que el lobo cumplía los criterios legales y científicos recogidos en la Ley 42/2007 para merecer dicha protección. Con su protección se subsanó un error histórico con esta especie.
P.- ¿Cómo cree que ha influido estos años esa medida en Castilla y León?
R.- No cabe duda de que, para la conservación de la especie, el hecho de que se dejara de cazar legalmente ha supuesto un gran avance. Desde el 2006 hasta el 2021 se mataron en Castilla y León, por caza y controles de población, un total de 1.104 lobos sin que esta medida haya servido para disminuir los daños al ganado. Es más, año tras año se mataban más lobos y los daños seguían aumentando. Sostener, como he escuchado a algún responsable político de la Junta de Castilla y León, que ‘cazar lobos hace que su población aumente y es bueno para su conservación’, no sólo es negacionismo científico, sino que va más allá. Es tratar a los ciudadanos como imbéciles.

Imagen de un lobo en Castilla y León
P.- Hace unas semanas el consejero Juan Carlos Suárez-Quiñones presentaba, en rueda de prensa, los datos del lobo. Hablaba de un aumento desmesurado de ataques y pérdida de cabezas de ganado.
R.- La población ha pasado de 179 grupos reproductores en el año 2014 a 193 en el último censo de 2024. Hablamos de un aumento de 14 grupos más durante diez años. Con esa tasa de crecimiento, un 8% en diez años, cualquier ciudadano medianamente inteligente podría entender que no es un aumento desmesurado. Cualquiera menos el consejero. Lo que sí que ha aumentado desmesuradamente es la cantidad de desinformación, bulos y mentiras sobre la especie, propagados desde la Junta de Castilla y León y muchos medios de comunicación de la Comunidad.
P.- Hablaba el consejero de un incremento del 47% de ataques de lobo desde que se instauró la medida en 2021. ¿Cómo lo ve?
R.- En términos globales, los daños atribuidos al lobo en Castilla y León no supera el 0,16% del total de la cabaña ganadera en extensivo. Se trata de una afección ridícula si la comparamos, por ejemplo, con la mortalidad natural del ganado de extensivo por enfermedades, complicaciones en los partos y otras cuestiones que está entre el 5 y el 10%.
P.- Algo falla en lo que a los datos se refiere.
R.- La Junta de Castilla y León está dando datos falsos a la sociedad, ya que antes de la protección del lobo en 2021 la administración regional solo pagaba los daños en las Reservas Regionales de Caza y al Sur del Duero. Fuera de esas zonas, los ganaderos, si querían percibir indemnizaciones por daños, debían suscribirse una póliza de seguro privada. Muchos ganaderos no daban parte porque carecían de ella o, si la tenían, estos daños no se contabilizaban porque la Junta de Castilla y León no les indemnizaba y no figuraban en las estadísticas. Tras la protección de la especie, todos los daños en la Comunidad se pagan con dinero público y son contabilizados en las estadísticas oficiales.
P.- ¿Cree que tenemos un problema con el lobo en Castilla y León?
R.- La biodiversidad en general y el lobo en particular nunca pueden ser un problema para el ser humano. Ni en Castilla y León ni en ningún lugar del mundo. Lo que sería un problema es no tener lobos en Castilla y León. La biodiversidad y los ecosistemas completos y funcionales con todos sus ingredientes, hasta los que nos pudieran parecer más molestos, es y son garantía de nuestra propia supervivencia como humanos.
P.- ¿Dónde hay más manadas en nuestra Comunidad?
R.- Las provincias que más grupos reproductores albergan son León y Zamora.
P.- ¿Entiende la posición de los ganaderos?
R.- Partiendo de la base de que el lobo es un fenómeno natural como la lluvia, el sol, los robles o las amapolas y que el sector agroganadero es un sector hipersubsidiado con fondos públicos que pagamos todos los ciudadanos, es difícil entender ciertas posturas alentadas desde el populismo y la demagogia de los sindicatos agrarios.
P.- Duro ataque a estas organizaciones agrarias.
R.- El lobo siempre ha estado ahí y estará. Si el sector quiere que se maten lobos en lugar de proteger y cuidar su ganado, quizás habría que replantearse como sociedad si merecen recibir la ingente cantidad de dinero público que reciben. Muchos de estos fondos públicos, como la PAC, se pagan con condicionantes ambientales y el objetivo de su pago es conservar el medio ambiente y la biodiversidad. Recordemos que la ganadería es un negocio privado y el lobo es un bien público que forma parte del interés general de todos los ciudadanos.
P.- ¿Cuál cree que debería ser la medida a adoptar para que conviviesen tanto los ganaderos como el lobo?
P.- Creo que los ganaderos son lo suficientemente inteligentes para saber que hay qué hacer o qué medidas hay que implementar en sus explotaciones para no tener daños de lobo. Otra cosa es que por la razón que sea no les interese hacerlo o no lo hagan. Hay ganaderos profesionales que coexisten con el lobo y no sufren daños. Quizás sería bueno que les expliquen o informen sobre qué medidas adoptan para conseguirlo. Los daños de lobo no están relacionados con el mayor o menor número en una zona, sino con el uso o no uso de métodos de prevención para evitar los ataques.
P.- ¿Cómo vivió el acuerdo en el Congreso, el pasado día 20, en el que PP, con los votos de Vox, Junts y PNV aprovecharon la Ley de Desperdicio Alimentario para meter una enmienda que saca al lobo ibérico del Listado de Especies Silvestres de Protección Especial (Lespre), donde fue incluido en 2021?
R.- Con mucha tristeza y con la sensación de que España regresa a la Edad Media en materia de conservación y gestión de la biodiversidad. Utilizar al lobo como un arma o instrumento político, sin tener en cuenta todas las evidencias científicas que sostienen que la especie debe estar protegida, es una aberración y una indecencia. Las decisiones en materia de gestión de nuestro patrimonio natural deben estar basadas en la mejor ciencia disponible y no depender de criterios o decisiones políticas.

Primer plano de un lobo en Castilla y León
P.- ¿Qué supone esta medida?
R.- Es una nueva vuelta de tuerca. Supone que el lobo ha pasado de ser el chivo expiatorio o la cortina de humo de todos los males del sector ganadero, a un arma política, lo cual causa vergüenza ajena en un país que se supone civilizado.
P.- ¿Ahora se va a poder cazar el lobo al norte del Duero?
R.- No. Actualmente el lobo no es una especie cinegética en Castilla y León ni está incluido en su Ley de Caza, con lo cual su explotación cinegética o caza no es posible.
P.- ¿Es un palo para sus aspiraciones?
R.- Desproteger al lobo y regresar a los años oscuros de su caza es un retroceso como sociedad. Es difícil explicar a los ciudadanos como en pleno SXXI no hay otra forma de gestionar el medio natural y una especie como el lobo que matándola a tiros. También es complicado explicar y entender cómo desde la política se decide perjudicar al interés general como es el lobo y la conservación de la naturaleza, para beneficiar los intereses de un sector privado como es el negocio de criar ganado.
P.- El siguiente paso al que se apunta es que se pueda hacer lo mismo al sur del río Duero. ¿Cómo lo ve?
R.- Matar grandes carnívoros nativos como es el lobo no tiene justificación ni científica, ni técnica. Menos ética. Indiferentemente que se la muerte tenga lugar al Norte, Sur, Este u Oeste del rio Duero.
P.- ¿Van a tomar alguna medida?
R.- Desde Ascel tomaremos todas las medidas necesarias que estén a nuestro alcance para conservar nuestro patrimonio natural y por ende para que no se maten lobos en Castilla y León. Algo que deberían hacer los representantes públicos de la Junta, pero parece evidente que ni lo hacen ni tiene pensado hacerlo en un futuro próximo. Todo lo contrario, parecen empeñados en destruirlo.
P.- ¿Cómo ve el futuro del lobo?
R.- Espero que, como sociedad, valoremos la necesidad que tenemos de conservar ecosistemas completos y funcionales, donde la presencia del lobo, como especie clave, es imprescindible.
P.- Objetivo y deseo mirando al futuro.
R.- Que cese la persecución institucional sobre el lobo para que pueda cumplir su papel en los ecosistemas. Que acabe la demagogia, los bulos, las mentiras y la desinformación sobre una especie que simplemente intenta sobrevivir en un medio humanizado donde cada vez hay menos sitio para lo salvaje. Que como sociedad valoremos su presencia entre nosotros y le permitamos hacerlo.