La Junta de Castilla y León sigue trabajando “en bajar impuestos”, así lo ha anunciado hoy el portavoz y consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo. La idea es dar continuidad a lo anunciado en pasadas semanas y llevado a Cortes de la eliminación y reducción de tasas, fiscalidad favorable en el medio rural e IRPF en los tramos mínimos. No se plantea, como anunció ayer, eliminar el impuesto de patrimonio, al estilo de Andalucía, pero avanzó que “no será la única rebaja fiscal en esta legislatura”.

Carriedo ha recordado durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno que la Junta acomete una “bajada muy ambiciosa” de la presión fiscal. Y ha recordado que el año pasado se eliminó el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, que benefició a 20.000 contribuyentes y un ahorro de 153 millones de euros, y pese a ello, subió la recaudación porque aumentó el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales”.

En lo que se ha mostrado crítico es en el impuesto que impondrá el Gobierno central a los más ricos, anunciado hoy por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en declaraciones en el Congreso, y que entrará en vigor el 1 de enero, aunque será temporal. “Es una pena que se haya impuesto el ala de Podemos dentro del Gobierno a la del PSOE”, ha asegurado.

Carriedo ha comparado la política de reducir la presión fiscal de la Junta ante la crisis económica, inflación y subida de tipos, “frente a los que suben impuestos”.